El futuro será un sistema donde se produzca menos y se consuma menos bienes o no será

El modelo económico financiero actual está agotado porque es un modelo muy ineficiente e insostenible, que atenta contra las leyes físicas de la naturaleza, contra el Estado del Bienestar, contra los niveles culturales, contra las libertades y la democracia y lo que aún es peor, contra el futuro mismo de la humanidad. Es un modelo que permite que la usura, la corrupción, la irresponsabilidad y el cinismo se hayan convertido en los principales calificativos de nuestros dirigentes económicos, en connivencia con la clase política y es el causante de que hayamos entrado en la Tercera Depresión Económica de la historia.

 

Tras seis de años de crisis ininterrumpida, las mentiras sobre la evolución de la crisis se han convertido en algo habitual entre nosotros. Con mentiras y medias verdades, se intenta desmovilizar a los ciudadanos y a las empresas de los diferentes países. Esta ocurriendo lo mismo que ya se conoció en las anteriores depresiones económicas. En el transcurso de ellas, constantemente, se anunciaban recuperaciones y falsas salidas de la crisis para volver caer una y otra vez, y así durante casi dos décadas de sufrimiento y deterioro socioeconómico.

 

En Europa, en las últimas semanas, se escucha más y más acerca de una pronta recuperación de la zona euro gracias a las políticas de austeridad. Subrayaré que estas políticas de la Troika — Banco Central Europeo (BCE), el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Comisión Europea (CE)— persiguen que las economías de España e Italia deban ser sometidas a una contracción cercana al 2%, la de Portugal más del 2% y la de Grecia a más del 4%.

 

Y estas políticas se empujan a pesar de que el desempleo se haya disparado en la zona euro, y los parados representen ya el 12% de la población activa, la mitad de los jóvenes están desempleados en países como España, lo que representa también una pérdida importante de talento, a largo plazo, y una fuerte erosión de la base fiscal imponible.

 

De igual modo, sólo en el año 2012, en Italia la deuda pública aumentó un 7% del PIB, en Irlanda un 11% y un 15% en Portugal y España. En conjunto, la deuda pública española, que representaba sólo el 36% del PIB a comienzos de la crisis, actualmente casi se ha triplicado, y la cifra real puede ser mayor. Y España es uno de los países que más ha reducido el gasto, que ha experimentado un mayor aumento de rendimiento de los bonos y cuya deuda se ha incrementado más.

 

La explicación es simple. Cuando un país renuncia a su soberanía monetaria, es como si los bancos tuvieran que pedir prestado en moneda extranjera. Por tanto, estos países son vulnerables a las crisis de liquidez como la que desencadenó la crisis en el sistema bancario europeo en 2010-2011. No se puede imprimir dinero para rescatar a los bancos o devaluar para impulsar las exportaciones.

 

En estas condiciones, el Estado sólo tiene dos opciones: impago de la deuda o deflación debido a las políticas de austeridad. Tiene que elegir entre morir ahorcado o morir quemado. Pero queda otra opción mucho mejor sobre la que no se habla: renegociar la deuda y optar por un modelo económico diferente basado en el desarrollo sostenible. El futuro será un sistema donde se produzca menos y se consuma menos o no será. Los bienes serán mucho más duraderos, más útiles y pertinentes y de mayor calidad.

 

http://juanjogabina.com/2013/08/24/el-futuro-sera-un-sistema-donde-se-produzca-menos-y-se-consuma-menos-bienes-o-no-sera/