El problema ya es España

Una previa: la prensa que importa es la anglosajona. Un artículo en el Frankfurter Allgemeine Zeitung es importante. Una columna en Le Figaro también. Y un reportaje en el Corriere della Sera. Pero la prensa que lee todo la gente que decide algo en este mundo es la anglosajona. El Financial Times, The Wall Street Journal, The Guardian, The New York Times. Y ésta es la más claramente favorable a la reivindicación catalana.

Y ahora entremos en harina: hay que leer con lupa el editorial del Financial Times sobre Rajoy y Cataluña. Dice cosas muy serias y significa un cambio de actitud enormemente importante y significativo. Y muy positivo para nosotros. Porque sin resquicio de duda deja claro que el problema no es Cataluña sino España. Rajoy, en concreto.

El Financial Times dice de manera inequívoca: ‘Rajoy debe deshacerse de la idea de que el sentimiento de los catalanes cambiará si la crisis económica remite. El deseo de independencia de los catalanes no es pasajero’. Y aún lo remacha así: El primer ministro español ha de buscar un compromiso. No se puede esconder tras la constitución argumentando que bloquea el camino hacia el referéndum o la independencia. En un sentido estricto es así. Pero la constitución debería poder acomodar algunas de las demandas de los catalanes sin llegar a romper España. Ahora es el momento de reconocerlo. ‘

El editorial, y esto es muy significativo, no acusa a los catalanes de nada, ni una sola vez. Al contrario. Dice que la situación, especialmente en lo que respecta al déficit fiscal, es insoportable y recuerda cuán multitudinaria es tanto la demanda de independencia como la exigencia del referéndum. Las acusaciones, todas, van directas a Rajoy. Y esto es una señal más, y pública, de que para los centros de poder europeos el problema catalán empieza a ser el problema español. El Financial Times no hace editoriales sobre cualquier menudencia ni a lo loco.

Ciertamente, el texto no defiende la independencia, sino que reclama la tercera vía. Pero eso no me preocupa nada. Porque no habrá tercera vía. Habrá un choque de legitimidades en el que la cuestión más importante, vista desde el extranjero, será saber quién tiene la culpa y quién es el responsable. Quien lo tiene que pagar. Y si el Financial Times, la biblia del poder, ya sabe que es España, sólo nos cabe esperar el desenlace de todo ello. Tic-tac, tic-tac…

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