¿Qué le pasa al proceso?

Escribo este post (http://diesdefuria.blogspot.com.es/2014/12/balanc-del-2014-les-claus-de-la_27.html) ya que es 27 de diciembre de 2014. Ya hemos pasado Navidad y San Esteban, y estamos a las puertas de cerrar uno de los años más intensos políticamente de nuestras vidas. Me hubiera gustado escribir «decisivos», en lugar de intensos, pero desgraciadamente, y cuando todo parecía que este sería el adjetivo más adecuado, del 9N hacia aquí la trayectoria que llevábamos ha sufrido una -por decirlo suavemente- frenada brusca, de un alcance y de unas consecuencias totalmente imprevisibles en estos momentos.

Los tres hechos clave políticamente de 2014:

1. El año del Tricentenario ha sido hasta el 9N el año más intenso del proceso soberanista, y se han alcanzado unos hitos que parecía nos situaban a las puertas del tramo final del proceso independentista. La espectacular ‘V’ del Once, que llenó de punta a punta las calles de Barcelona tuvo este año una especial trascendencia. Salíamos de un verano muy complicado, en el que el caso Pujol, con todo el enorme impacto que había tenido por la dimensión del personaje, había sido salvajemente usado, expresado, por todos los medios de comunicación españoles para desacreditar el proceso independentista. Fue una operación perfectamente planificada y ejecutada que tenía por finalidad hacer pinchar «el globo independentista», desmovilizar. Esta situación trasladó dudas sobre la capacidad de mantener la movilización de otros años. Si les hubiéramos dado un milímetro de argumento para decir que había habido menos gente que los años previos, habrían caído sobre nosotros en tromba.

Pero no les dimos ninguna oportunidad, y otra vez una movilización espectacular, multitudinaria como las anteriores, ejemplarmente cívica, pacífica y democrática lanzó un mensaje inequívoco a todo el mundo: Cataluña quiere decidir su futuro, y quiere que ese futuro sea la independencia.

Unas declaraciones de finales de agosto del bocazas impresentable de Enric Millo pusieron el punto exacto de lo que estaba pasando «Si la ‘V’ es menos numerosa que la Vía Catalana de 2013 será un síntoma de que el globo se está desinflando». Esto es lo que esperaban, deseaban y por lo que todos los aparatos del Estado (incluidos todos los medios de comunicación estatales y algunos de Cataluña) trabajaban. Y eso es lo que no ocurrió. De modo que, sensu contrario, como no fue menos numerosa, fue un síntoma claro que no se desinflaba nada y que a pesar de todas las turbulencias del verano, se mantenía la movilización, sin fisuras, sin concesiones.

2. El segundo hecho capital del año 2014, y este además podemos considerarlo el más importante de los últimos 300 años, fue el 9-N. Por primera vez en 300 años Cataluña votaba por su independencia. El 9-N fue un éxito espectacular, de trascendencia histórica si no lo hubiéramos estropeado después. Fue un desafío en toda regla al Estado. Implicó una movilización de recursos y voluntarios sin precedentes, con una organización impecable. Y se alcanzaron unas cifras de participación impensables, rozando los 2,5M de votantes, con casi 2M de votos por la independencia. El impacto internacional del 9-N fue espectacular. Cientos de medios de comunicación, todos los medios de comunicación internacionales de referencia, y un mensaje positivo e inequívoco: Cataluña había desafiado al Estado, Cataluña había desobedecido al Estado, y Cataluña había votado inequívocamente por la independencia.

Una corriente de energía como nunca habíamos sentido recorrió ese día nuestro país y su gente de punta a punta. Todo era ilusión, orgullo, satisfacción y un sentimiento de seguridad y confianza sin precedentes en todos nosotros y lo que estábamos haciendo.

Había habido, sin embargo, en medio de aquel éxito que lo desbordaba todo, un primer síntoma, muy grave y evidente, de un problema interno que amenazaba con llevarse todo por delante.

Algo muy grave estaba pasando a ERC y con ERC, que se había situado en un estado mental y político desconocido hasta entonces, sin ninguna confianza en ninguno de los otros agentes hasta entonces implicados en el proceso, singularmente con CiU, el Presidente Mas y el Gobierno, y que se traducía en una serie de decisiones tan imprevistas como imprevisibles. Esta situación ya estuvo a punto de llevarse por delante el 9N, cuando ERC se levantó de la mesa de partidos y dijo en un comunicado de prensa que «el gobierno renuncie al 9N». El 9N se salvó milagrosamente gracias a la inteligencia y determinación del Presidente Mas y a la responsabilidad de la CUP. Pero este marco mental que llevó a ERC a este error monstruoso en la valoración de lo que estaba pasando y que estuvo a punto de hacer saltar por los aires lo más grande que hemos hecho desde el 1714, está en la raíz del drama en el que, del 9N acá estamos instalados, en este estado de estupefacción, desilusión y colapso.

3. Y este es, desgraciadamente, el tercer hecho político que habrá marcado el 2014, este colapso en el que todos estamos sumidos por la distancia, desconfianza y diferencia de propuestas de los principales agentes políticos que hasta ahora han liderado el proceso. Ante la estupefacción generalizada, ERC culminó una larga lista de errores políticos continuados desde la previa del 9N planteando una propuesta política para el proceso sin prácticamente ningún punto de coincidencia con la planteada por el Presidente Mas y asumida por la fuerza política mayoritaria hasta ahora (CDC) y la Asamblea Nacional Catalana, que ha sido la entidad cívica y social que hasta ahora había liderado e impulsado el proceso. En este punto estamos y así parece que acabaremos 2014.

Analicemos, ahora, cuál es esta situación, qué consecuencias puede tener y cuáles serán las claves futuras.

Pero antes reiterar mi visión personal, sin la cual creo no se puede entender parte del análisis y, sobre todo, se puede hacer una lectura equivocada de lo que digo y porqué lo digo.

En el proceso en el que estamos hay dos formaciones políticas y una asociación cívica que son las verdaderamente clave: CiU y todo el mundo convergente, ERC y todo el mundo de Esquerra y la Asamblea, la ANC. No son los únicos, evidentemente, pero sí son los clave. A nivel político también tenemos la CUP y todo el mundo que gira alrededor de la CUP, que se ha demostrado muy importante, y a otros niveles, también partidos políticos como Solidaridad o Reagrupament han trabajado en este espacio y, sin reflejo en los sus partidos políticos, ha habido políticos de indudable influencia en el proceso, como Raül Romeva y este goteo de figuras del PSC que se han acabado decantando hacia el soberanismo. En el ámbito cívico el papel clave de la ANC es incuestionable, ya que desde el Once de septiembre de 2012 y aquella primera movilización que convocó, ha sido quien de una manera más clara ha liderado el proceso, por encima y por delante de los mismos partidos políticos, que han ido a remolque. Pero también hay otras organizaciones muy importante y con espacios propios de indudable trascendencia, como son Òmnium (con quien la ANC configuró la plataforma ‘AHORA ES LA HORA’ de cara al 9N), como es Súmate (la organización cívica con un mayor carácter estratégico en estos momentos) y toda una estrella de asociaciones, entidades, etc. que se han sumado a este movimiento cívico, como el mundo casteller.

Desde un punto de vista político, la independencia sólo es posible con CiU (CDC si me apuráis, aunque no tengo ninguna duda de que la gente de Unió y las siglas también seguirán, al margen de Duran) y con ERC. ERC es el partido que siempre ha estado en el independentismo, y CiU es la formación que ha ido virando hasta asumir la independencia como objetivo y que con este viraje es lo que ha hecho posible, dado cuerpo y fuerza, a la actual mayoría social por la independencia. CiU y ERC son por lo tanto, los dos pilares del proceso desde el punto de vista político. No puede haber independencia sin estos dos mundos, y, a la vez, ninguno de los dos mundos es lo suficientemente fuerte ni lo será como para llegar a la misma en solitario.

CiU y ERC son indispensables, los necesitamos y se necesitan. Por eso deseo que a ambos las cosas les vayan bien, y por eso no deseo ningún mal a ninguna de las dos formaciones. Los problemas en cualquiera de las dos formaciones son automáticamente problemas para el proceso, nos afectan a todos y lo afectan todo. No creo que haya nadie tan loco como para pensar que se puede llegar a la independencia en solitario, sin contar con el otro. Y estos buenos deseos, esta necesidad que hay de que las cosas les vayan bien a CiU y a ERC y no tengan problemas, la traslado a la ANC. Cualquier problema que haya en el ANC será un problema y muy grave, para el proceso, que tampoco nos podemos permitir.

¿Qué es lo que está pasando?

La actual situación de colapso se explica formalmente porque ERC hizo una propuesta política de hoja de ruta que se oponía radicalmente a la que había planteado el Presidente Mas y validado la ANC. Para simplificar o reducirlo a la parte más evidente del desencuentro, Mas (y detrás CDC) y ANC han apostado por una candidatura central de país por el SÍ a la independencia, que reúna el mayor número de fuerzas políticas, sociedad civil y personalidades relevantes de nuestra sociedad, mientras Oriol Junqueras y ERC apuestan por listas políticas separadas, cada partido la suya, con sus entornos habituales. Detrás de esto está la consideración excepcional de estas hipotéticas elecciones como plebiscitarias, donde el voto quedara identificado claramente como un Sí o como un No, ante unas elecciones donde esto esté, pero donde estén también todos los demás elementos de carácter ideológico y de confrontación política convencional.

Esta discrepancia, fuerte, relevante, con consecuencias, no es, sin embargo, y esto es lo más importante a tener en cuenta, el principal problema que tenemos, sólo es uno de los síntomas más extremos con que se ha manifestado hasta ahora.

El gran problema que tiene ahora mismo el proceso es este estado de desconfianza irracional en el que se ha instalado ERC en relación a Mas, el Gobierno y CiU. El gran problema es el marco mental en el que está instalada la dirección de ERC y que, desde el 14o les está llevando a encadenar decisiones equivocadas una tras otra, porque no se basan en ninguna estrategia ni hoja de ruta, sino en la voluntad de poner distancia en relación a todo lo que haga, diga o proponga Mas y CiU.

Como hemos visto antes este marco mental ya estuvo a punto de hacer saltar por los aires el 9N, que es lo más importante que hemos hecho en los últimos 300 años. En lugar de reflexionar y ver el error al que aquel marco mental les había llevado y las consecuencias que habría podido tener, lo único que hemos tenido hasta ahora es un mayor cierre y un casi enfermizo empeño por buscar partes, desesperadamente, argumentos para estar lo más lejos posible de Mas, del Gobierno y de CiU y de su mundo.

Aunque las diferencias de planteamiento de cara a unas futuras elecciones de Mas y de Junqueras son importantes, no es lo que provoca la situación actual de colapso. Ambas propuestas tienen puntos fuertes y puntos débiles. Sin este marco mental de lo que decía que está en el origen de la espiral de destrucción que está protagonizando ERC, estoy totalmente seguro de que Mas y Junqueras y sus equipos hubieran podido sentarse a hablar, a valorar las diferentes propuestas y estar trabajando hasta encontrar la fórmula más adecuada, y entonces sí, salir, explicárnosla y ejecutarla. Y todos detrás. Y sin este marco mental con el que están tomando las decisiones, no habrían ignorado las gravísimas consecuencias que tendría salir públicamente con una propuesta opuesta a la de Mas validada por la ANC.

Si ERC estuviera en el marco mental y estado de ánimo que tenía el 25N del 2012 y que hizo posible que, ante una situación muy compleja, aunque saliéramos de ella más reforzados y con más empuje hacia delante, el resultado del 9-N se habría gestionado con inteligencia y ahora mismo estaríamos volcados hacia la independencia, no sé si con lista de país o listas separadas, sólo sé que estaríamos avanzando como una máquina, a tope, imparables.

Pero no. Estamos en la desconfianza. Estamos en el no querer saber nada del otro. Estamos en el hacer propuestas por oposición a lo que propone el otro. Si uno cree que el proceso participativo es la mejor manera que teníamos de asegurar el 9N ante la hostilidad del Estado, el otro dice que el Gobierno renuncie al 9N. Si uno dice que harán falta elecciones plebiscitarias, el otro dice que las elecciones deberán ser constituyentes. Si uno dice que el final del proceso será una DUI o un referéndum vinculante acordado, el otro dice que el final será someter a votación una constitución. Si uno dice que lista de país, el otro dice que listas separadas.

Y este es el problema, grave, gravísimo, que tenemos delante. No si las elecciones y las listas serán así o asá, sino que el proceso está paralizado porque los fundamentos sobre los que se edificaba (la conciencia de que sólo podemos llegar yendo todos, contando todos) se han venido abajo y en el solar que ha quedado sólo se visualiza este ERC contra CiU.

Y esto es, con diferencia, lo más importante y urgente por resolver. Porque ni aunque ahora lleguen a un acuerdo agónico, que permita tanto a Mas como Junqueras salir del paso y del infierno en el que se abocarían y nos abocarían a todos si no lo hacen, el problema de fondo persistirá, y volverá a evidenciarse ante cualquier nueva situación que nos encontremos. Y más tarde o más temprano nos la pegaría, porque es evidente que no se puede avanzar y que lo que hagan no nos dará ninguna garantía ni seguridad si persiste la desconfianza y la manera de hacer política proponiendo lo contrario de lo que haya propuesto el otro.

Mi pesimismo, en este punto, y en contra de lo que es mi carácter, es grande, muy grande.

Creo que Mas hizo una propuesta extraordinariamente ambiciosa y potente. Pero que no era perfecta, evidentemente, y que tenía sombras e incertidumbres que estaba seguro entre la sociedad civil y, sobre todo, ERC, habrían podido abordar, porque tampoco era cerrada, hasta configurar una hoja de ruta tan ambiciosa como inclusiva, movilizadora, estimulante y, sobre todo, ganadora.

En vez de estar en este punto, estamos en lo contrario. Todo lo que ha hecho ERC desde que se conoció la propuesta de Mas ha sido marcar diferencias e ir improvisando nuevos argumentos a medida que los primeros quedan destruidos. Ya empezó la cosa a ir torcida cuando ante el anuncio de la conferencia de Mas ERC contraprogramó anunciando la conferencia de Junqueras, y siguió mal cuando desde el entorno de la dirección de ERC se criticó severamente a la ANC porque hubiera posicionado con la Declaración de Cornellà, que fue previa a la conferencia de Junqueras, cuando la reunión de la ANC estaba programada desde hacía mucho tiempo y, sobre todo, muchísimo antes de que ERC decidiera contraprogramar Mas con conferencia y posicionamiento propios, en vez de tratar de trabajar discretamente a partir de la propuesta que había hecho Mas… Y, ojo, porque la propuesta de Mas simplemente recogía muchas de las cosas que ya se habían explorado antes entre CiU y ERC, y que se detuvieron para no interferir en el 9N.

De cómo los «mantras» van cayendo y sólo ha quedado la voluntad de oponerse

Una vez posicionada ERC contra la propuesta de Mas validada por la ANC, entonces ha venido este espectáculo inenarrable de ir sacando «mantras» que presuntamente sirvieran para explicar o justificar este llevar la contraria.

Primero fue confundir la lista de país con una «coalición» entre CiU y ERC. Como la propuesta de lista de país era tan sólida y tan evidente que no tenía nada que ver con nada que ni de lejos se pareciera a una suma de siglas, sino que su gran ambiciosa justamente era que superaba sin contemplaciones los partidos, abandonaron este mantra.

Entonces apareció el mantra de los «indecisos», que la propuesta de ERC estaba pensada para poder actuar con más posibilidades de éxito sobre unos presuntos «indecisos» que la lista de país, que, de acuerdo a este mantra, sólo servía para los convencidos. Cuando se demostró que no había prácticamente indecisos y que los pocos que había eran más susceptibles de ser movilizados con una lista de país que con unas elecciones de partidos, fueron abandonando también este mantra.

El mantra de los indecisos fue sustituido por el mantra de que unas elecciones de partidos nos aseguraban que no se «perdiera» ningún voto por la independencia, porque si había una lista central de país, habría gente que no la votaría porque los votantes independentistas, en lugar de votar por la independencia en las elecciones decisivas, preferirían no hacerlo unos porque si iba fulanito ellos no lo votarían, y otros porque si iba menganito, tampoco. Nuevamente se demostró que cuando se pierden votos, y de verdad, es cuando las elecciones son de partidos y no se puede identificar claramente qué se está votando, porque se toman decisiones de voto con argumentos de las elecciones convencionales. Superado este mantra originado en científicas experiencias personales en alguna barra de bar, salió otro.

Bueno, este ha sido desde el principio: «¡ah! Como la CUP ya ha dicho que no participará, ya no puede haber lista unitaria, se escucha, y no hay que hablar más». Este argumento-excusa evidencia la formidable empanada mental. Siempre se ha hablado de una lista central de país, el máximo de unitaria posible, asumiendo que siendo este deseo positivo, y que si se lograra sería óptimo, también tiene sentido que las formaciones que están por Sí pero que se sitúan en el extremo del espectro político e ideológico quizás sean de mayor utilidad operando coordinadamente en solitario. Y que en ocasiones esto puede tener un alto sentido y valor estratégico. Pondré un ejemplo: como todos sabéis la configuración de todos los elementos de carácter estratégico y táctico en política, en la empresa, donde sea, se han tomado del ámbito militar, que es donde nacen y se configuran. En las operaciones militares de gran alcance, que movilizan un gran ejército, un gran volumen de tropas y recursos en un determinado frente, es habitual la estrategia de intentar destacar un pequeño contingente de tropas tras las líneas enemigas. En el día D, el grueso de las tropas, el que llevaría el peso de la batalla, desembarcan en Normandía, pero simultáneamente se habían enviado pequeños contingentes de tropas, lanzadas en paracaídas, tras las líneas enemigas. No podía ser muy grande, porque entonces lo hubiera enviado todo a la mierda en todos los frentes, y debían tener una gran habilidad para moverse sigilosamente entre líneas, evitando la llegada de refuerzos al frente, generando el caos en la retaguardia, que no sabe qué es exactamente lo que está pasando y, posteriormente, enlazando con la vanguardia del grueso de las tropas del frente principal asegurando su avance evitando la destrucción de vías de comunicación e infraestructuras.

Si la CUP quisiera estar en la lista central de país, perfecto. Pero en mi opinión es mucho más estratégico que se queden fuera, cubriendo el flanco extremo del voto antisistema frontera con ICV y Podemos. Esto la CUP lo puede hacer perfectamente, y más si cuentan con Proceso Constituyente. Ideológicamente no forman parte del grueso central del país, son la fuerza política más pequeña del bloque independentista y están acostumbrados al marketing de guerrilla. Estarán tocando los huevos desde la punta del arco parlamentario a todo lo que se mueva fuera de la lista central de país con los antiguos esquemas de voto ideológico clásico a los partidos. Como partido de gobierno ERC no podría hacer nunca este papel. Y se pone tozuda fracasará al intentarlo y nos hará fracasar a todos. No puedes enviar detrás las líneas uno de los principales ejércitos, es una aberración estratégica.

El mantra Podemos. Desde el fin de semana, con el aterrizaje estelar del mesías de Podemos en la ‘Vall d’Hebron’, ERC vio, cuando ya no tenía ningún argumento creíble que no fuera el «no porque no», la oportunidad de un nuevo mantra: una lista central de país dejaría vía libre a Podemos para penetrar en Cataluña, y se llevaría voto independentista que ante las elecciones de la independencia, preferiría apostar por la regeneración de España y el bla bla bla Cuarto Milenio de Podemos.

De cualquier mantra que ERC ha ido improvisando para oponerse numantinamente a una posible lista central de país, este es el más alucinante y al mismo tiempo lo que puede acabar teniendo unos efectos más devastadores sobre el proceso.

Como ya tuve ocasión de analizar en un anterior post, Podemos actúa en la práctica exclusivamente dentro del bloque de los votantes unionistas, de modo que las únicas transferencias de voto significativas de otras formaciones -que son las que hacen posible su irrupción en la escena política catalana- provienen del voto unionista de Ciudadanos, ICV-EUA y PSC. La transferencia de voto de ERC y CUP a Podemos sencillamente NO EXISTE (un 0,5 y un 0,0 respectivamente, es decir, sin el más mínimo valor demoscópico). Por tanto, el mantra «detengamos Podemos, que nos hará daño» duró horas, cayó por su propio peso.

El nuevo giro en el mantra Podemos, tal vez será el último, pero el más letal de todos:

A media semana desde el entorno de la cúpula de ERC ha dado un giro terrible en el uso del mantra Podemos, que es lo que en estos momentos me hace ser más pesimista con respecto al futuro, si entendemos que sólo puede haber futuro para el proceso contando con CiU y el mundo convergente y ERC y el mundo republicano.

El nuevo giro ha consistido en compartir el análisis y el discurso político de Podemos como ariete contra la corrupción y «la casta», y situar en el punto de mira que en Cataluña personifica la corrupción y ser casta a CiU y al mundo convergente. De modo que no hay ninguna posibilidad de compartir proyecto político con quien es responsable de todas estas atrocidades y la única opción para el independentismo es asumir que sólo lo será si asume y comparte la denuncia que hace Podemos y los enemigos que señala, como CiU, dado que Mas y Rajoy son lo mismo.

La víspera de Navidad Ernest Maragall reclamaba un frente político en Cataluña con ERC, Podemos, ICV-EUA, CUP y Más.

El mismo día 23 de diciembre Sergi Sol, que es el responsable de comunicación de Oriol Junqueras, que probablemente sea la persona que está más horas en contacto a lo largo del día y durante más días a la semana, hacía el siguiente tuit (23/12/14 14:29), refiriéndose directamente a la gente de Podemos: «Son nuestros vecinos, amigos, nuestra gente, mucho más q los q han robado, estafado y vivido de puta madre gestionando el status quo».

De este tuit del compañero Sergi Sol, con quien hemos compartido muchas cosas a lo largo de nuestra militancia independentista, pero que ahora pienso que está profundamente equivocado, me preocupa extraordinariamente si es un reflejo de lo que piensa la cúpula de ERC, del pensamiento en el que está instalada la cúpula de ERC. Los últimos meses los tuits de Sergi Sol hicieron presagiar tormentas que vendrían desde el mundo de ERC, como p.ej. en relación al 9N. Mi preocupación ya no ha tenido freno racional posible cuando he visto otros compañeros de la cúpula de ERC haciendo tuits alineándose de una manera u otra con la tesis de Sergi Sol.

Y esta preocupación es lo que me conduce al pesimismo. Si esto no es un mantra y es el frame en el que está instalada la cúpula de ERC, ya podemos dar por liquidado el proceso:

– El cambio en el eje político: Si juntamos este tuit, de una persona muy cualificada del mundo de ERC, con las declaraciones de Ernest Maragall, aliado de ERC y eurodiputado en sus listas, lo que se dibuja claramente es un nuevo eje político que se conformaría a partir del discurso que hace Podemos, que divide el panorama político entre «la casta y sus gestores» (entre los que hay CIU) y que parece precipitarse a una nueva reorganización de las fuerzas políticas en función de si su proyecto político es denunciar y combatir esta casta y articular una propuesta política de naturaleza regenerativa (donde estarían ERC, Podemos, ICV-EUA, CUP, Más, etc.) o no (PP y CiU).

– Romper con CiU: Reduciendo CiU a «gestora del status quo, ladrones y estafadores» es evidente que no hay ninguna posibilidad de acuerdo en nada y que nos encaminamos a una nueva guerra civil en el independentismo. Si CiU y su mundo no son alguien con quien se tiene que construir la independencia, sino alguien que hay que denunciar que sólo persigue gestionar el status quo para seguir robando y estafando, el proceso, tal como lo hemos conocido hasta ahora, está muerto. Y me invade una tristeza infinita al escribirlo. Si esto es lo que hay detrás de todo lo que está pasando y lo que no encontramos explicación, y hacia ahí es hacia donde vamos, de ahí no saldrá vivo nadie, y lo primero que nos cargaremos será el proceso.

– ¿Por qué esto ahora y no en 2012? ERC tiene todo el derecho del mundo a plantear las cosas en los términos que le dé la gana, ellos sabrán qué quieren, cómo lo quieren y con quien quieren. Pero si las cosas son así, cojones, que ya no se hubieran puesto a ello tras las elecciones de 2012. ¿A qué viene este calentar a todos con aquel pacto de legislatura, haber llegado hasta donde hemos llegado, y de repente, con una giro, decir que con estos no se quiere saber ni hacer nada y hay que combatirlos. Y que los nuevos amigos son la gente de Podemos y tal. Nos podíamos haber ahorrado la comedia y jugar con los sentimientos y las ilusiones de la gente.

– También resulta curioso la facilidad como ERC, y los mismos Sergi Sol y Ernest Maragall, olvidan su paso por 7 años de tripartito. Y en el caso de Ernest Maragall también por una larga vida de poder casi absoluto en el Ayuntamiento de Barcelona y el PSC. Así, los 7 años de tripartito, nada, ¿verdad? Como si no hubieran existido. Hombre, creo que es una pasada, después de haber estado gobernando tantos años situarse en un extremo de la plaza pública como si nunca hubieran tenido la más mínima responsabilidad en nada, reclamar para sí la virginidad ante el poder y todo lo que se haga. Sólo por poner un ejemplo muy de los nuevos amiguitos de Podemos, recordemos que es el tripartito, con ERC en el Gobierno, quien sitúa a Narcís Serra al frente de Caixa Catalunya, momento a partir del cual se producen todos los disparates de mala gestión que ahora están saliendo a la luz y que tanta pasta pública ha costado hasta ahora. Hombre, lo de vivir de puta madre de gestionar el status quo, como mínimo el tripartito vivió tan de puta madre como lo habían hecho los que sucedieron, ¡no jodamos!

– Por último, decir a los amigos y compañeros de ERC que este discurso que ahora mismo están haciendo ya lo habían hecho. Es lo que habilitó el tripartito, y aquella «brillante» estrategia que debía permitir convertir ERC en la Izquierda nacional, comiéndose el PSC-PSOE en el área metropolitana. Pues bien, recordad que al PSC no le hicisteis ni cosquillas, electoralmente, y que en cambio para ERC la aventura terminó con 10 diputados. (Y no me hagáis la trampa de imputar la actual situación del PSC en la estrategia tripartito, please). Si la cosa ahora vuelve a ser lo que dice, denuncia y propone Podemos y como trabajar con ellos, apaga y vámonos.

¿Cómo podrían ser las cosas?

Ahora mismo podríamos estar  volcados hacia la independencia, gestionando el éxito del 9N, con unas elecciones de carácter claramente plebiscitario, con una enorme candidatura central de país por el Sí a la INDEPENDENCIA, sin siglas de partidos, pero compartiendo los mejores liderazgos políticos, con la implicación total de la sociedad civil y su demostrada capacidad de movilización, y cuña la credibilidad y la potencia de la propuesta por el Sí con personalidades tan plurales como transversales.

Ahora mismo podríamos llevar ya semanas trabajando exclusivamente para explicar todos las virtudes de la independencia, porque la independencia es un proyecto político que incluye a todos y que beneficia a todos.

Ahora mismo podríamos estar dando una total confianza y seguridad a lo que estamos haciendo, al proyecto que tenemos y al cómo lo gestionaremos. Porque sabemos que uno de los elementos que retrae el voto de Sí a la independencia son las incertidumbres, y las podríamos estar destruyendo una a una desde la solidez y flexibilidad de un acuerdo de esta naturaleza, de lista central de país.

Ahora mismo podríamos estar explicando a todo el mundo que tenemos un proyecto de país nuevo. Un país mejor. Un país políticamente libre, económicamente próspero, socialmente justo… y ético. Porque habríamos podido conseguir un pacto único y excepcional para hacerlo posible, y transmitiríamos confianza y credibilidad para explicar que es la única manera real de conseguir el legítimo progreso económico al que aspiran la mayoría de ciudadanos de este país, y que es el argumento clave que hace votar que sí a la independencia.

Ahora mismo podríamos estar trabajando todos juntos, como lo hicimos el 9N, sin preguntar por siglas ni ideologías y, como lo hicimos en la Vía Catalana, cogiendo la mano de quien tenemos al lado para hacer realidad un sueño al que tenemos derecho: la independencia.

Ojalá aún estemos a tiempo, y este ahora mismo no sea lo que no pudimos hacer, sino sólo lo que tardamos un mes más en empezar a hacer.

¿Un aliento de esperanza?

En medio de todo esto que he explicado, esta semana ha habido dos gestos que quizás nos permiten pensar que el ahora mismo sólo se haya convertido en un retraso: la rapidez en la respuesta de Oriol Junqueras a la admisión de la querella contra el Presidente Mas y las consejeras Ortega y Rigau por 9-N. A diferencia de cuando el fiscal del Estado presentó la querella, en que Oriol tardó mucho en reaccionar, esta vez la respuesta ha sido inmediata y al día siguiente de la admisión, respondiendo a la llamada de la ANC, Oriol Junqueras se ponía junto a miles de ciudadanos autoinculpándose. Le doy un gran valor a este gesto, es propio del Oriol que todos conocíamos y admirábamos.

Esta noche Oriol Junqueras ha publicado un artículo en el ARA. Valoro la voluntad que expresa de llegar a un acuerdo, y que este acuerdo apunte a quien debe apuntar, a las fuerzas que están por la independencia y no a quimeras como la de Podemos. Sin embargo, ni un milímetro de autocrítica en nada y, lo que es peor, hablar en tercera persona, los problemas que únicamente ha generado ERC y su actitud. Me hubiera gustado una reflexión que no he encontrado. El problema no es el acuerdo, sino la actitud, el marco mental, el frame en el que se mueve, analiza las cosas y toma decisiones ERC. Es esta la urgencia mayor y la máxima prioridad que tiene el proceso. El resto de cosas, si arreglamos esto, vendrán solas. Pero sin embargo, no hay nada de nada de nada.

EL SINGULAR DIGITAL

Artículo publicado en Días de Gloria (http://diesdefuria.blogspot.com.es/2014/12/balanc-del-2014-les-claus-de-la_27.html)