Tesis sobre el 11-M


1- El 11 de marzo de 2004 los españoles, los ilegales y el mundo entero comprendieron terriblemente que la Guerra «de Irak» no se había terminado, y que el campo de batalla no se reduce al territorio iraquí: Madrid fue un campo de batalla más de la Guerra Global Permanente, de la Guerra Global Postmoderna.

2- El 14 de marzo de 2004 la Humanidad entró de lleno en la postmodernidad política: Al Qaeda formó un gobierno socialdemócrata en España. Hagamos, como decía Althusser, una lectura sintomática: ¿Y si no hubiera habido atentado? ¿Qué estaban haciendo los españoles hasta el 11-M?. La postmodernidad parece una política de la paradoja, un oxímoron permanente, un contrasentido trágico pero dinámico: si Al Qaeda no hubiera contraatacado, la ciudadanía española no hubiera tomado conciencia de los peligros de la guerra global postmoderna. El contrataque orientalista produjo una ¿fugaz? recuperación de la política. Los españoles dejaron de lado el consumismo y el economicismo neoliberal y dieron mayoritariamente un voto político por el cambio de gestión en España. ¿Alcanzará con eso?. Y, ¿porqué el pueblo o la multitud se unen sólo en los momentos-límite?.

3- La caricatura irónica del diario francés Le Monde del 15 de marzo resume el momento histórico: Bin Laden aparece sonriente hamacándose, columpiándose, sobre la nariz larga de mentiroso de Aznar, que se va con sus valijas. Agradezco al Canal Vasco News haber podido verla.

4- El mazazo infernal de Al Qaeda parece haber dado fin a la criminalización de las izquierdas y de los nacionalismos en España. La derecha política encuentra también su límite postmoderno.

5- Algunas voces en España, y más allá de España, siguen hablando de la «lucha contra el terrorismo» y de hacer «ojo por ojo». ¿No se dan cuenta de que del otro lado están diciendo lo mismo?. ¿No tendrá fin algún día el faloegocentrismo occidental?. La humanidad necesita hacerse críticamente una ecografía social mundial, para ver qué pasado y qué futuro lleva adentro. De lo contrario, las calles de sus ciudades se seguirán convirtiendo en dramáticos tanatorios.

6- El 14-M y el 15-M mostraron además que la política es la continuación de la guerra por otros medios. La retirada de las tropas españolas de Irak ordenada por el Presidente electo, Jose Luis Rodríguez Zapatero, es la prueba cabal de que España entró equivocada y soberbiamente a una guerra postmoderna de la que salió perdiendo. El 11-M fue una especie de batalla postmoderna de Ayacucho de los españoles, fue su Covadonga inversa, su Tratado de Tordesillas inverso. La historia parece repetirse aquí como tragedia.

7- El bombardeo de Al Qaeda concentró en un mismo escenario todas las contradicciones y miserias del capitalismo postmoderno, y mostró también -como nunca- la obsolescencia de las categorías políticas y sociales fundamentales de la modernidad: ataque indiscriminado de árabes marginados y empobrecidos contra trabajadores y estudiantes del Occidente hegemónico y también brutal, teléfonos celulares como temporizadores-bomba, Madrid-ciudad global como campo de batalla, inmigrantes muertos de más de una decena de países con el agregado de su ilegalidad (doble paradoja: inmigración-neoproletariado e ilegalidad), crisis de la noción moderna y nacional de ciudadanía, ridiculización del estado nacional, sinceramiento de la obscena manipulación mediática, crisis de la política tradicional moderna. todo esto y más todavía en una vorágine descomunal. El contrasentido postmoderno es muy fuerte: si Al Qaeda no hubiera atacado, los inmigrantes no hubieran conseguido la ciudadanía española.

8- El golpe de Al Qaeda mostró contundentemente las limitaciones de la democracia liberal-nacional. Los españoles habían hecho marchas contra la guerra en el 2003 pero no marchas contra Aznar. El pueblo español -si hubiera tenido conciencia política y fuerza moral- hubiera pedido la renuncia de Aznar. La democracia representativa y liberal, moderna y nacional debe dar paso a la democracia participativa y a la ciudadanía global. Cuando cesaron las marchas pacifistas, seguían muriendo miles de personas en Irak.

9- Detrás de la esclerosis de las instituciones modernas está un mundo en descomposición, está la crisis multidimensional del sistema mundial productor de mercancías, tal como lo ha dicho uno de los más lúcidos pensadores de nuestro tiempo, Robert Kurz.

10- «Por todos lados había libros de Harry Potter, apuntes y revistas», tituló Clarín una nota del 14 de marzo (pags. 22-23), tomando una frase de un bombero español. La frase tiene un fuerte simbolismo histórico: marca con sangre los límites de la ingenuidad, del consumismo, del conformismo y del espectáculo mediático globalizado. El postmodernismo se vio violentamente sacudido por la postmodernidad real. Los pequeños lectores de Harry Potter se encontraron con las bombas de Al Qaeda.

11- El pánico actual de los habitantes de las ciudades occidentales -y las grandes marchas pacifistas- son una prueba histórica de los límites del imperialismo moderno y del comienzo cierto del imperio postmoderno del capital, tal como lo han señalado -a su manera- Toni Negri y Michael Hardt.

12- Las matanzas del 11-S, las anteriores a el, las de la Guerra «de Irak» y las del 11-M nos hacen pensar en una vieja frase que Rosa Luxemburgo le gritó a los trabajadores de su época: «proletarios de todos los países: uníos en la paz y degollaos en la guerra». Los pobres del mundo se están matando rabiosamente unos a otros, para beneficio perverso del capital multinacional y de la sociedad del espectáculo. El problema es que ya ni en la paz están unidos. La Máquina Imperial Postmoderna los tritura y los divide. Gladiadores postmodernos: levanten la cabeza y miren a los reyes del imperio.

13- La lucha de Bin Laden contra la hegemonía anglosajona es, como ya lo dijo Negri después del 11-S en EE.UU, una interna del capital.

14- La ideología imperial, el fascismo imperial se vuelve cada vez más racista. Ahora, todo árabe es un potencial enemigo, en cualquier parte del mundo. El perverso mecanismo político es evidente: aglutinar ideológicamente a los temerosos y domesticar al neoproletariado global. El árabe o el inmigrante que quiera sobrevivir dentro del marco imperial debe ser asimilado por el imperio. El otro es el nuevo enemigo, y la industria de la guerra es una de las bases más fuertes del capitalismo real. Etienne Balibar e Immanuel Wallerstein ya nos han venido alertando sobre los nuevos racismos globales.

15- Los comunicados del fundamentalismo islámico amenazan a los «cruzados» occidentales. El presente y el futuro se mezclan con el pasado. La historia parece ser un futuropasado, un futuranterieur. Entre las mil mesetas de la historia parecen ir y venir las luchas y los odios humanos. La memoria histórica de los árabes es doblemente sintomática: por un lado nos muestra las heridas de una historia humana que a veces damos por muerta y pasada, y nos muestra que los condenados de la Tierra nunca van a dejar que unos pocos escriban la Historia. Por el otro, nos invita a dejar de pensar que la historia es el estudio del pasado. El 11-M es un corte epistemológico para el que sabe leer: la historia debe ser la ciencia social que estudia críticamente las relaciones entre pasado y presente. Así comprenderemos que la lucha con memoria es una lucha digna y justa, y que la lucha con resentimiento y odio es el camino de repetición perpetua de la tragedia La postmodernidad es un complejo y abigarrado futuropasado.

16- La postmodernidad se nos presenta, hoy por hoy, como la máxima tragedia del espíritu humano.

17- España vuelve políticamente a Europa por obra y desgracia de Al Qaeda. Covadonga vuelve pero al revés. Más de 200 almas son sacrificadas en el maldito altar de la historia para que Aznar se vaya, para que España reflexione y abandone su rol de miserable cortesana imperialista.

18- Los medios de comunicación dicen «guerra» cuando Bush, Blair y Aznar atacan Irak -y amenazan a otros países-, y dicen «terrorismo» cuando Bin Laden contraataca en España. Desde el punto de vista de las víctimas (o sea, desde nuestro punto de vista), las dos cosas son terrorismo y las dos cosan son guerra: es la guerra global postmoderna. Los medios hablan de lo mismo pero con distintas palabras: es la forma de hablar y de ¿pensar? de los medios. Entre ideológica, interesada e ignorante, vulgar, mediocre y anacrónica, la lógica de los medios es inmunda, cobarde, esquizofrénica y pestilente. La mugre mediática contamina nuestras razones y las pasiones. Ya Osvaldo Tcherkaski ha denunciado el watergate mediático mundial. La basura mediática contamina el sentido común. Debemos repensar las tres ecologías de Félix Guattari.

19- Hasta los más lúcidos cerebros occidentales pecan de occidentalismo y de eurocentrismo, tal es el caso del querido Joan Manuel Serrat. Serrat dijo que esto era un enfrentamiento entre «los bárbaros y los intolerantes». Se equivoca aquí el Nano: los fundamentalistas occidentales (como Bush, Aznar y tantos otros) son tan bárbaros e intolerantes como los fundamentalistas islámicos, pero tal vez sin el coraje y la determinación de éstos.

20- La batalla postmoderna parece fortalecer a las izquierdas regionales y nacionalistas. Da la sensación de que, en estos momentos, las únicas izquierdas con peso político real son las izquierdas regionalistas, tal el caso de los progresismos vasco y catalán en España, pero no solamente ellos. El ascenso de Izquierda Republicana de Cataluña es, a todas luces, excepcional. ¿Esta será la estrategia de la izquierda frente al avance de la globalización capitalista postmoderna?. ¿La única izquierda fuerte será la de los nacionalismos postnacionales?. ¿Cómo se moverán ahora que están cerca del poder?.

21- El fundamentalismo islámico parece tener su propia y sanguinaria «tesis 11». Del 11-S del 2001 al 11-M del 2004 pasaron 911 días (9-11 es 11 de Setiembre). Esa tesis o anti-tesis 11 -debemos decirlo- ha cambiado el mundo.

22- Ignacio Ramonet nos avisa sobre el posible suicidio de las democracias liberales, acosadas por los estados de excepción y el creciente poder de la policía y de las fuerzas de represión. James Petras habla de lo mismo, de la creciente militarización para sostener las políticas neoliberales. Es un hecho, la democracia liberal se sincera, por esclerosis o por esencia y a la corta o a la larga, deviene neofascismo democrático. Este aparente oxímoron es, tal vez, la más fuerte actualidad postmoderna.

23- La única forma de lograr la paz en el mundo es con justicia y con respeto. Si ningún país ni nadie va a invadir ni explotar a nadie, y si todos fuéramos realmente pluralistas y respetáramos todas las culturas, costumbres y religiones, dejarían de existir los gérmenes del odio en el mundo. Si ningún país, como Francia, prohíbe los símbolos religiosos en las escuelas, entonces sentaremos las bases de la tolerancia, el diálogo, el respeto multiculturalista y el pluralismo democrático auténtico.

24- En cualquier caso, debemos ser -como dijo Oscar del Barco- lo post de lo post. Somos un gran movimiento de cultura que debe superar al postmodernismo y a la postmodernidad capitalista. Somos lo post del postmarxismo, del posestructuralismo y del pensamiento postcolonial. Debemos ser el futuro de los post tomando la posta de los post. Lo post de lo post es el Hombre Nuevo.

25- Lo post de lo post es, para nosotros, la igualdad solidaria, porque la liberación real, la libertad del hombre emancipado es la igualdad solidaria, porque la sociedad justa y pluralista es la sociedad de la igualdad solidaria, en todos sus planos y dimensiones. La potencia de la vida es la igualdad solidaria. Los militantes revolucionarios practicamos la igualdad solidaria en los márgenes que deja esta insolente realidad.

Publicado por Izaro News-k argitaratua