El fantasma de la anexión

Hoy es uno de esos días en que uno teme perder la ecuanimidad a la hora de enristrar la pluma. Después de tantos años soportando las estupideces (burradas diríamos coloquialmente) de algunos políticos navarros, ya debería estar atrofiada nuestra capacidad de espanto. Afortunadamente no es así. No quiero utilizar calificativos para describir las palabras que en una de esas tertulias tan tendenciosas de los medios de la corte (lo veía como al tertuliano de la triste figura) ha balbucido nuestro buen Miguelito. Miguel Sanz, siempre tan reiterativo, presidente de la Navarra española, vuelve a ponernos en guardia a los nabarros. Es lo de siempre: “los bascos quieren anexionarnos.

Y no he podido evitar embadurnar de bilis toda mi psique. Sé que debiera ser más humilde y comprensivo, y que descalificar descalifica, pero es que se me atraganta la zafiedad. No lo puedo evitar, aún a riesgo de ser descalificado. Me importa lo que vale su Reyno de Navarra.

No ignoro que los mensajes y artículos de los nabarros abertzales (¡vaya tropa la nuestra, Sr.Sanz) no suelen arribar a los despachos de nuestros gobernantes. Lo habitual es que nos leamos los mismos cofrades, pero ¿quién sabe…? Por eso, aludir a la incultura y a la indigencia mental del buen don Miguel no creo que le suponga ningún insomnio. No se enterará.

En principio, que un presidente de Nabarra hable de anexión es más insultante que mentar la cuerda en casa del ahorcado. Él debiera saber cómo su querida España nos anexionó a sangre y fuego. Nunca un “presidente nabarro” habría de olvidar lo que durante siglos han padecido y llorado sus antepasados por liberarse del yugo de España. Y lo que todavía hoy día soportan, y soportamos, muchos patriotas.

No tenga usted cuidado, señor presidente. Nadie nos va a anexionar, porque ningún basco ha propuesto jamás, oiga bien ¡jamás!, ningún tipo de anexión. Ni por conquista o invasión, ni por pacto o permuta, ni por arbitraje venta u ocupación.

Entérese de una vez que hablamos de integración. INTEGRACIÓN. ¿Le suena a Ud. eso del Estado basco de nabarra? ¿Entiende que lo que pretendemos es una Euskalherría integrada como sujeto de decisión? Nosotros decimos una Euskalherría soberana. Nadie va a anexar a nadie, porque justamente se trata de todo lo contrario. Proponemos que cada herrialde, nosotros decimos que son siete, decida libremente su “statu quo” dentro de una Euskalherría soberana. Y hablamos de una restauración foral plena dentro del Estado de Nabarra. Posiblemente ¿quién sabe?, hasta lo aceptarían muchos sabinianos, como lo hizo el gran Anacleto Ortueta. Si no le suena, le recomiendo sus escritos, altamente lúcidos e ilustrativos.

Así que abandone sus fantasmas, don Miguel, nadie le va a usurpar Nabarra; ya está usurpada. A ver si en el fondo va a ser que lo que usted teme es que le arrebaten el feudo.

Quisiera acabar con unas palabras de Arturo Campión. Bueno sería que todo nabarro que se precie de tal ojeara de vez en cuando sus escritos. “Nabarra, constituida por una raza originaria, la baska; condensada en un pueblo particular, el nabarro; exteriorizada dentro del tiempo y del espacio por una nacionalidad peculiar cuya forma política fue el reino pirenaico, tenía derecho perfecto a continuar su vida histórica. Cuanto contribuyó a desenvolver, perfeccionar y conservar esa vida, me ha parecido bueno y laudable; al revés, cuanto propendió a disminuírsela, enflaquecérsela, ponerla en peligro o destruírsela, execrable y nefasto”. Esté pues tranquilo, señor Sanz, nadie va a anexionarse Nabarra. Los que nos sentimos bascos tan sólo pretendemos “desanexionarla” y constituirla como eje de integración para toda Euskalherría.

Publicado por Nabarraldek argitaratua