El acuerdo nuclear iraní y la guerra siria

 

Antes del conflicto armado sirio, el zoco Hamediye, que desemboca en la gran mezquita de los Omeyas, rebosaba de turistas iraníes, de mujeres cubiertas con negro chador, que acudían a Damasco para visitar los centros religiosos chiís como la mezquita de Amara, en la que se cree que reposa la cabeza de su venerado imán Hussein, o el santuario de Zeinab, a las afueras de la capital.

No era solo un turismo religioso, un comercio de tapices y joyas persas, y de paños y telas fabricadas en las industrias textiles de Alepo y de otras localidades sirias, sino una inestimable salida al mundo exterior para los ciudadanos de la República Islámica del Irán entonces muy aislada.

Siria era uno de los pocos países a los que podían entrar sin visado y aprovechaban la estancia en Damasco para acudir a las embajadas a fin de solicitar su anhelado permiso de viaje. No hay turistas iraníes en Siria, pero sí que hay militares -un general murió hace unos meses en un enfrentamiento en el Golán- expertos, consejeros del ejercito que prestan su eficaz ayuda al régimen de Bachar el Asad en su guerra contra la oposición armada.
Estas relaciones bilaterales entre dos estados muy diferentes en su naturaleza política – un país que presumía de laico y otro fundado en una ideología teocrátita-, basadas en su hostilidad a Israel y a los EE.UU. -se iniciaron en 1979 tras la revolución del imán Jomeini. En 1980 cuando empezó la guerra entre Iraq e Irán, Siria fue el único gobierno árabe que apoyó a los nuevos dirigentes de Teherán, con carros de combate, cohetes antitanques, permitiendo en casos de urgencia el uso de sus aeropuertos. En contrapartida Siria empezó a recibir petróleo iraní a precios muy reducidos de mercado.
Ahora, sin la ayuda económica, militar y diplomática del Irán, el régimen sirio- el nizam como dicen en árabe- no sobreviviría. Antes de que llegase este tiempo de devastación y terror, ya habían firmado en 2005 un pacto de defensa mutua. En Damasco la embajada del Irán es un destacado inmueble de la avenida Mazee.

Cuando le pregunto al embajador por las consecuencias de la firma del acuerdo nuclear iraní .- un tema muy vivo en Damasco- me asegura que ¨no habrá cambios en su acción en el permanente combate contra el terrorismo. Son los países del Golfo los que apoyan con armas y dinero a los grupos terroristas que tienen la misma raíz que los wahabitas saudíes.

“Desde el principio hemos sostenido el gobierno de Siria”. Los errores de la diplomacia europea han provocado que el terrorismo llegue a sus fronteras. Habrá pequeños cambios en sus relaciones con los dirigentes de Siria pero se necesitara tiempo para que el “barco de crucero “modifique su rumbo”.

Me cuentan en Damasco que la pionera reacción de muchos sirios tras la firma del acuerdo nuclear del Irán fue de gran satisfacción porque creían que podría aumentar su ayuda económica y militar, y “enviarían muchos soldados¨.

Moshen Bilal , exministro y exembajador en Madrid, muy próximo al Presidente de la republica, me contaba que el acuerdo ¨dio oxigeno al gobierno y al ejercito sirios. Como aliados de mas de treinta años, nos congratulamos porque supone además la sustitución de la guerra por un proceso de político en Oriente Medio ,pero esto no quiere decir de ninguna manera que nuestra prioridad no siga siendo derrotar al terrorismo¨.

Cito especialmente las palabras del vicesecretario general del Hezbollah, cuando dijo que sin la ayuda de Siria no hubiesen ganado la guerra del 2006 con Israel, al afirmar que “ahora estamos recibiendo la recompensa por lo que habíamos hecho .Nadie nos da nada¨. Es una verdad de Perogrullo que sin Irán , Rusia ni el Hezbollah, Bachar el Asad continuaría en el poder.
Es muy difícil que la guerra siria,con su complejisimo contexto internacional, pueda concluir aunque hay optimistas en Damasco que alimentan sus ilusiones creyendo que el próximo año habrá terminado. Pero sus suerte sigue siendo incierta, sin ningun dialogo entre el regimen y la oposición, y sin ninguna acuerdo de ambito mundial.

LA VANGUARDIA