Títeres

Una pared. Al fondo, un solo hombre iluminado con una sola luz. Acusado de asesinato frustrado. Estamos en la comisaría de Chamartín, en Madrid, en 1983. Hay un solo testigo del asesinato frustrado. Y el testigo, entre los dos policías, no lo ve claro. No acaba de reconocer a aquel señor. Además, el presunto culpable tiene un punto de deficiencia mental. El testigo no lo ve nada claro. Los policías, con todo, le dicen: ‘No importa si no está del todo seguro. No es necesario. No hay que estarlo al 100%’. El hombre, al final, firma. No sólo eso. Luego los dos policías enviarán al juez una mentira. Dirán que el testigo reconoció al acusado sin dudar. Y que le había reconocido en una rueda de reconocimiento. En medio de más personas. Nada de más allá al fondo, un solo hombre, iluminado. Pero para mí lo más bestia es que su deficiencia, tampoco la hicieron constar. El hombre se llamaba Luis Miguel López de las Heras. El juez lo envió a la cárcel. Doce años.

Cinco años después, en 1988, el Tribunal Supremo español anuló la sentencia. El tribunal decía que los dos policías habían pasado información erróneamente. Esta historia se encuentra en la hemeroteca de El País, en dos artículos: primera parte y segunda parte. Los dos policías tramposos eran Antonio Rosino e Ismael Moreno Chamarro. El primero, jefe de uno de los miembros del GAL, el comisario Amedo. El segundo hizo de policía desde 1974, bajo Franco, hasta 1983, en plena transición. Pero en 1983 se hizo juez. De policía a juez. Y de hecho él es el juez que ayer envió a unos titiriteros a prisión. Por increíble que parezca, Moreno Chamarro envió a unos titiriteros a la cárcel… ¡por hacer marionetas!

El caso ocurrió ayer sábado. La compañía se llama ‘Títeres desde abajo’ y el ahora el juez les acusa de enaltecimiento del terrorismo. Porque se ve que los titiriteros hacen sátira política, escenifican muertes, violaciones, e incluso hacen juegos de palabras con ETA y Al Qaeda. De hecho, sus marionetas usaban un cartel que decía ‘Gora Alka-ETA’. Pues los envían a la cárcel. Ahora están allí. Se decidió en Madrid, el 6 de febrero de 2016, bien entrado el siglo XXI: hacer títeres te puede llevar a prisión.

Hay que añadir, y con parte de razón, que se ha montado un gran escándalo porque el espectáculo de marionetas se programó en horario infantil y, por tanto, el humor negro y descarnado fue presenciado por criaturas. ‘Epic fail’. Títeres para adultos vistos por niños. Los padres, indignados, comenzaron a pegar gritos. ‘¡Esto qué es! ¡Aquí hay niños!’ El uno llama a la policía. La policía llega, ve un cartel que pone ETA y detiene a los dos titiriteros. El juez que les toca es nuestro hombre, Ismael Moreno Chamarro. El hombre que les envía a la cárcel, donde han dormido hoy. Leer el auto (http://estaticos.elmundo.es/documentos/2016/02/06/auto_prision_titiriteros.pdf) es hacer un viaje en el tiempo espectacular. Cómo explica los detalles, el momento de la detención, el porqué debe encerrar en prisión a los titiriteros. Qué leyes lo permiten. Y un detalle final: acusa a los acusados de tener un libro titulado ‘Contra la democracia’, de ideología anarquista. Como si tener un libro fuera delito. No es la primera vez que pasa con este libro. Todo ello me ha hecho pensar en el título preciso del autor Lucas Salellas: ‘El franquismo que no se marcha’ (http://www.saldonar.com/html/fitxa.php?id=26)

El juez Ismael Moreno Chamarro (1955) hizo la carrera de derecho trabajando de policía. De los diecinueve años a los veintinueve, Moreno fue policía. A los veintinueve se hizo juez. Hizo de juez en Murcia, Barcelona, Bilbao y Madrid. También imparte clases en la Fundación Ramón Areces (curriculum: http://sgfm.elcorteingles.es/SGFM/FRA/recursos/doc/2012/CV/Octubre/1387253290_210201213649.pdf). Con los años, el señor juez terminará en uno de los máximos órganos de la judicatura española: la Audiencia Nacional. Donde van a parar los casos de terrorismo y, por lo visto, también de titiriteros.

Repasar más casos del mismo juez ayuda a situarlo: este hombre dejó libres a tres falangistas, militantes de Fuerza Nueva, en Burgos, según informa el Diario de Navarra, sin dejar que las acusaciones pudieran apelar y contraviniendo su propia decisión anterior. También dejó libre a Francisco Paeasa, acusado de colaborar con la banda armada GAL según explica este blog (http://mendebaldekoak.blogspot.com.es/2010/09/cuando-eramos-jueces-i.html), con una escena de película: mientras Garzón investigaba a Paesa en el piso de arriba, Moreno Chamarro lo dejaba libre en el piso de abajo. Ni le avisó. La justicia, qué mundo, lleno de detalles: Ismael Moreno recibió un caluroso homenaje de la policía y la Guardia Civil, que recoge el ABC, y en la lucha a muerte sobre los derechos de televisión y Sogecable se decantó por el PSOE y las tesis de Cebrián. Él es el juez que hizo retirar al juez Gómez de Liaño del caso. Por imparcial.

Pues ayer él enviaba a prisión a unos titiriteros. Él, el mismo juez que ordenaba investigar a la Asamblea Nacional Catalana (ANC) y a la Asociación de Municipios por la Independencia (AMI) por sedición. Aquí lo tenemos: el mismo Moreno Chamarro que ha ordenado  investigar a la ANC y la AMI por sedición, ahora envía a prisión a titiriteros. Supongo que eso es la transición bien hecha. El círculo completo. El éxito total: en 2016, un juez investiga independentistas y detiene titiriteros. Y eso, con Franco, también pasaba.

VILAWEB