El demencial debate alemán sobre el control de las Mezquitas

¿Las mezquitas en Alemania, deben estar bajo la vigilancia del Estado? Es lo que propone el jefe del grupo parlamentario de la CDU de Angela Merkel, Volker Kauder, para quien los sermones de los imanes en Alemania son, en parte, incompatibles con la democracia. Exige que el Estado controle todas las mezquitas, debido a los imanes radicales, «Vivimos en un Estado laico donde la religión no está por encima del Estado, sino al contrario», dijo en una entrevista.

De momento, sus correligionarios de la CDU no se han manifestado, ni a favor ni en contra. El debate está abierto, y también en la calle. Para los políticos opositores y numerosos periodistas la propuesta del jefe del grupo parlamentario de la CDU es poco realista e inútil.

Pues la verdad sea dicha, mi perplejidad es que a estas alturas en Alemania todavía los servicios de inteligencia no controlen qué dicen y a qué se refieren en las Mezquitas, es más en un estado laico y democrático se debería controlar regularmente, lo que hacen y lo que dejan de hacer todos los grupos religiosos que libremente pueden celebrar colectivamente su fe, es una garantía para la misma comunidad, para los componentes de otras religiones y para los laicos.

Las religiones, todas las religiones, por definición son «totalitarias», tienen la pretensión de regular el conjunto de la vida de sus fieles, por lo tanto la tendencia a querer interferir o sustituir al Estado es una constante histórica de los diferentes movimientos religiosos. Que el Estado laico establezca los mecanismos adecuados para preservar las libertades de todos los ciudadanos frente a las desviaciones totalitarias religiosas es una necesidad democrática.

Pero la verdad es que no me sé explicar por qué en Alemania, o en cualquier lugar de Europa, los musulmanes de las diferentes ramas de esta religión, deberían estar menos controlados que los cristianos católicos. En Alemania antes de que un nuevo obispo católico sea nombrado y pueda tomar posesión del cargo se debe presentar ante el primer ministro del Estado federal (Lander) en que se encuentra su diócesis.

En esta residencia oficial debe hacer un juramento de lealtad a la Constitución del Estado. Esto, mientras su mano izquierda está apoyada en una Biblia. Procedimientos y juramentos están claramente definidos en los acuerdos y contratos entre el Estado y la Iglesia católica. Si el primer ministro tiene o no algo en contra del obispo que tiene delante o si profesa otro fe, es algo que a la Iglesia no le interesa.

¿Qué quiere decir esto? Que la lucha entre el poder espiritual y el terrenal, entre la Iglesia y el Estado, entre el Papa y el Emperador, se decidió hace mucho tiempo en la historia alemana a favor del Estado. Esta es una de las características de la modernidad y un elemento esencial de la cultura occidental actual. Iglesia y Estado no están separados en sentido estricto, como erróneamente siempre se asegura. No, el Estado y la Iglesia en Alemania están estrechamente entrelazados. Dado que el Estado controla a la Iglesia, el Estado tiene el privilegio de poder oponerse antes de un encuentro de obispos a que se quite el nombramiento de algún candidato problemático.

El Estado espera de la Iglesia su lealtad y a cambio recibe una gran cantidad de privilegios, desde la enseñanza de religión en las escuelas públicas, salarios pagados a los obispos provenientes de las arcas del Estado, y la recaudación de impuestos para la Iglesia por parte de las oficinas de recaudación. Si el control político del Estado puede llegar a cuestionar el nombramiento de un obispo, no veo por qué el Estado laico no debería hacer lo mismo, con las otras confesiones religiosas.

¿Pero quiénes son los Imanes en Alemania? ¿Quién les controla? Pues nada menos que el gobierno turco. Un reportaje del diario Welt am Sonntag ha desencadenado un debate sobre el papel de los imanes turcos en las comunidades musulmanas en Alemania. Hasta ahora, la Unión Turca-Musulmana para Asuntos Religiosos (DITIB) ha propuesto y enviado a cerca de 970 imanes a Alemania.

La pregunta que surgía natural a raíz del reportaje es hasta qué grado el Estado turco y el gobierno del AKP intentan ejercer influencia política sobre Alemania a través de la DITIB y los imanes que esta organización envía. La DITIB no es otra cosa que un instrumento del Estado turco. En lugar de impulsar una verdadera comunidad religiosa, el Gobierno turco utiliza en la DITIB cada vez más como una organización publicitaria del AKP en Alemania. En la práctica, a las comunidades musulmanas no les queda otra opción que recurrir a imanes del exterior, dice la teóloga Hamideh Mohagheghi, de la Universidad de Paderborn. «Hasta ahora no había sido posible formar imanes en Alemania. Los centros de formación son muy jóvenes. Por eso aún no hay titulados».

Lejos de la retórica xenofóbica de la extrema derecha alemana como la AFD, el estado democrático para garantizar la libertad de todos debe controlar quiénes son los dirigentes religiosos, todos los dirigentes religiosos, y no puede dejar ninguna comunidad religiosa, en manos de organismos dependientes de otros estados donde la laicidad no existe o es un espejismo, sea Turquía o la Arabia Saudita, esta ultima la gran financiadora de Mezquitas a nivel internacional, con las que propaga la versión reaccionaría, totalitaria y criminal del Islam, el hanbalisme (https://en.wikipedia.org/wiki/Hanbali).

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