Tres días después, todavía colea la intervención de Gabriel Rufián en el atril del Congreso de los Diputados. Si le parece analizamos lo que dijo a ver si realmente insultó o no a la bancada del PSOE.
Pero antes, recordemos unas declaraciones de Antonio Hernando, cuya cara siempre quedará asociada a la luz verde que el PSOE dio a un gobierno de Rajoy. Son del pasado 11 de julio y han sido colgadas en Twitter por el usuario PabloMM:
Efectivamente, usted lo ha escuchado bien: «Si nos abstuviéramos, estaríamos traicionando la confianza de 5 millones de ciudadanos que han depositado la confianza el Partido Socialista y perderíamos nuestra credibilidad». Era la época del «no es no» y del PP es malo. Lo decía hace seis meses una ilustre ex diputada socialista:
Recordado eso, vamos a la cosa.
Y. sí, ya sé que en un escaño del PSOE estaba sentado Eduardo Madina, un señor a quien ETA intentó asesinar por pensar diferente y que tuvo la suerte de perder sólo una pierna. Pero eso no justifica a los GAL. ¿O sí? ¿Alguien piensa que lo justifica? ¿Sí? Pues entonces, adelante, si sólo son capaces de conseguir este argumento, mezclen una cosa con la otra.
Y también sé que el PSOE es el partido hermano del PSC de Ernest Lluch, asesinado, sobre todo, porque quería establecer puentes de diálogo y no quería llevar escolta por BCN. Pero tampoco olvido que uno de los mejores amigos de Ernest y actual diputado socialista, Odón Elorza, el sábado votó NO.
Y también sé que el 19 de mayo de 2015, PP y PSOE hicieron valer su mayoría absolutísima para impedir hacer en el Congreso un acto conjunto de víctimas de ETA y del GAL. Serán sensibilidades, pero para mí eso sí que es un insulto. Concretamente a la reconciliación, una cosa que para mí tiene un gran valor. Quizás al final es que estamos ante una cuestión de valores.
«¿No les da vergüenza dar la gobernabilidad de su país a quienes consideran inconstitucional prohibir la tortura y asesinato de un animal en una plaza pública? ¿Nos les da vergüenza dar la gobernabilidad de su país en quienes obligan que en un carnet de identidad Sonia sea llamando Antonio? ¿No les da vergüenza dar la gobernabilidad de su país a los amigos del amigo de un narco que compara una urna con ETA? ¿No les da vergüenza dar la gobernabilidad de su país a quienes tapan el asesinato y escupen en la memoria de José Couso? ¿No les da vergüenza vender la memoria de un partido centenario? ¿No? Igual es porque ya no tienen.
Si le hacen esto en su secretario general y a su militancia, imaginen qué no le harán en la gente. Por cierto, Sr. Sánchez la España que le niega a usted votar en su partido es la misma que nos niega a nosotros votar en nuestro país.
Y acabo dirigiéndome una vez más a los compañeros Iglesias y Domènech. Compañeros, teníais razón, el bipartidismo ha muerto. Ahora es un solo partido. PPSOE y el Frente Nacional Naranja. Más fuerte. Más reaccionario. Más hegemónico. ¿Cuánto más necesitáis? Os ayudaremos siempre. Pero nosotros sí que podemos. Si queréis ganar a un partido, no nos escuchéis. Si queréis ganar un país, ayudadnos.
Viva Galiza Ceibe, Viva Andalucía libre, Viva Castilla libre, Gora Euskalherria Askatuta, Visca Catalunya lliure, Visca els Països Catalans. Vivan todas las naciones sin estado.
Muchas gracias y buenas tardes».
¿Insultos?
Sí, ya sé que ahora me haré muy pesado, pero es que no encuentro ningún insulto tampoco en la parte del texto no leído.
Ah sí, pero hay unos cuantos ofendidos que hablan del tono. Se ve que les molestó mucho el tono. Mire, sí, para ser catalán, es un tono poco Duran i Lleida, como para comparar, ¿verdad? ¿Fue agrio? Sí, cómo lo son muchos discursos pronunciados en el Congreso o en el Parlament de Catalunya. ¿Hacemos la lista?
¿Fue injusto con el PSC? No soy diputado (ni diputada) del PSC, pero yo no me habría dado por aludido (ni por aludida), sobre todo porque el PSC ha mantenido su determinación de desmarcarse totalmente del PSOE. Por lo tanto, era evidente que la cosa no iba contra ellos (ni contra ellas).
¿Se equivocó el señor Rufián? ¿Fue inoportuno? Puede ser, en todo caso es un problema del señor Rufián y de su partido. Y de sus estrategias. Pero de un discurso que podría ser considerado por alguien como inoportuno a un discurso calificado de insultante y que indigne tanto a algunos profesionales de la crispación, mire, qué quiere que le diga…
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