Nacionalismo canario: entre el pájaro en mano y el anticolonialismo africano

En este dossier les contamos las claves del nacionalismo más desconocido del Estado español, el canario

Este martes, mientras en Madrid se firmaba el acuerdo entre el PP y el único representante de Nueva Canarias, el que aseguraba una mayoría para el presupuesto de los populares, en las Islas se celebraba el Día de Canarias, en conmemoración de la primera sesión del parlamento canario. Dos caras del comportamiento del nacionalismo mayoritario en el archipiélago, que oscila entre la reivindicación de Canarias como nación y el ‘pájaro en mano’.

La jornada, el martes pasado, no estuvo exenta de polémica. Ciudadanos denunció que el anuncio oficial tenía ‘tintes independentistas’ que ‘fomentan la ruptura y la separación’, porque hablaba de Canarias como país y no como parte del Estado español. Lo mismo sucedió con un twit del C.D. Tenerife, que felicitó el Día de Canarias diciendo ‘siempre hay algo que nos une: construir un país’.

La cuestión nacional había saltado al centro de la política el 22 de octubre del año pasado, cuando cuatro de los siete gobiernos insulares (cabildos) aprobaron mociones en homenaje al 52º aniversario de la creación de la bandera independentista, la de las siete estrellas. También lo hicieron varios municipios, incluido Santa Cruz de Tenerife. El Estado español, a través de la abogacía del Estado y la delegación del gobierno, actuó para detener la celebración de estos actos, que fueron prohibidos. Dos mil personas respondieron con una manifestación en Santa Cruz por el llamado ‘Día de la bandera nacional’.

En términos sociológicos, las Islas Canarias tienen una identidad muy fuerte, sólo por detrás de Cataluña, el País Vasco y Navarra. Un 34% de la población se siente más canaria que española o sólo canaria.

 

Los nacionalistas canarios, una muleta para Rajoy

El representante de Nueva Canarias, con quien el PP ha firmado el acuerdo, se presentó conjuntamente con el PSOE en las listas socialistas, bajo la condición de apoyar a los socialistas en la investidura, pero con autonomía garantizada y pasando a formar parte del grupo mixto. Dirigentes socialistas, como Susana Díaz, exigían de ‘compartir’ la posición sobre las cuentas, pero el diputado canario insiste en que cumplió el acuerdo, incluso más que el PSOE. Dice que él mantuvo el ‘no es no’ a la investidura de Rajoy y pidió un gobierno de cambio y progreso. En la anterior legislatura, también votó a favor de permitir el referéndum catalán.

El gobierno español había pactado antes con Coalición Canaria, pacto que ya significó unos ingresos extras para Canarias de 220 millones de euros para el 2017 (que se incrementarán a 360 € en 2018 y a 550 € en 2019). El pacto subsiguiente con Nueva Canarias está valorado en 204 millones en seis meses, varias inversiones en infraestructuras y una bonificación del 75% de los billetes de avión y barco entre los residentes en las islas y del 100% para las mercancías. El PP también acepta la tramitación del estatuto de autonomía enviado por PSOE y CC a finales de 2016.

 

¿Como se explica el pacto con el PP en el contexto canario?

Coalición Canaria gobierna el archipiélago ininterrumpidamente desde 1993, sea en solitario o con el apoyo del PP o con el del PSOE. La formación es un conjunto de partidos insulares con ideologías muchas veces contrapuestas (están nacionalistas, Izquierda Unida y la Unión de Centro Democrático, por ejemplo). El discurso se ha cosido con las reivindicaciones económicas y competenciales y la demanda de un trato diferencial basado en la lejanía respecto de la península y la dispersión territorial. También denuncian que son la ‘comunidad peor financiada’ y que tienen la tasa más alta de riesgo de pobreza y exclusión social (44,6%).

Además, a diferencia de Cataluña, que se encontró con la negativa del Estado a cualquier mejora del encaje o el autogobierno y con la sentencia del Tribunal Constitucional que mutilaba el estatuto, en Canarias la reforma estatuto parece que ahora será facilitada por el gobierno español y, en general, las fuerzas estatales son más permisivas con el autogobierno y los rasgos diferenciales.

De hecho, fue un diputado del PP quien impulsó, en 1991, la ley que prohíbe el uso de animales en fiestas y espectáculos que conlleven maltrato, crueldad o sufrimiento, y definió la tauromaquia como una salvajada’. Ni el PP ni el TC no se ha preocupado nunca por ello.

En general, se puede decir que, siendo un pueblo que ha perdido hace siglos la lengua propia, el nacionalismo se ha centrado en las mejoras económicas y en la negociación de más competencias para las Islas. Por ello, aunque tiene sentido, para ellos, este ‘pájaro en mano’ del siglo XXI.

Con todo, también surgen momentos de tensión, cuando chocan los intereses. Paulino Rivero, presidente hasta 2015, denunció el desprecio absoluto de Madrid hacia las Islas. A raíz de las prospecciones petrolíferas, convocó una consulta sobre la cuestión el 23 de noviembre de 2014 (dos semanas después del 9-N) que fue suspendida por el Tribunal Constitucional por invadir competencias del Estado.

El gobierno canario, finalmente, la sustituyó por una encuesta, que mostró que el 75% de la población estaba en contra de las prospecciones. Además, acusó al Estado de tener tics ‘autoritarios’ y de querer ‘silenciar la voz de los canarios’. El hecho de que Repsol, que hacía los sondeos, abandonara el proyecto después de comprobar que no era rentable, evitó que el conflicto creciera y se pusiera en peligro el turismo, que representa el 32% del PIB y el 36% de los puestos de trabajo de Canarias.

También es clave para este acuerdo que, el 23 de diciembre, CC y PSOE rompieran el pacto de gobierno, principalmente por diferencias sobre cómo repartir el fondo de desarrollo, por la ley del suelo y por las tensiones en ámbitos municipales. Justamente, la ley del suelo ha dividido el nacionalismo, con PP, CC y la Agrupación Socialista de Gomera por un lado, y el PSOE, Podemos y NC por otra. Denuncian que la ley permitiera altarse los trámites ordinarios en programas de actuación, ampliar el uso turístico fuera de zonas reservadas para esta función y pasar por alto los criterios de sostenibilidad y adaptación al cambio climático. Tras el acuerdo presupuestario, el PP se ha mostrado dispuesto a entrar en el gobierno canario para formar una mayoría en el gobierno.

 

El nacionalismo canario: un caso singular

La autonomía canaria tiene unas características singulares. Si el discurso del nacionalismo canario se basa en las condiciones de lejanía y fragmentación, este mismo discurso es utilizado por las formaciones insulares dentro del país para una pelea constante en la que denuncian maltrato y desequilibrios entre las diferentes islas.

Como condición para apoyar el primer estatuto, las islas menores (El Hierro, La Gomera, La Palma, Fuerteventura y Lanzarote) pidieron el mismo número de parlamentarios que Gran Canaria y Tenerife. Esto hace que las islas menores, con el 17% de la población, tengan la mitad de los escaños y, por tanto, haya una gran desproporcionalidad. De este modo, por ejemplo, Ciudadanos, con 54.000 votos, no tiene ningún representante y, en cambio, la Agrupación Socialista de La Gomera, tiene tres, con 5.000 votos. Además, hay una doble barrera electoral -del 30% en las islas y del 6% autonómico- para evitar la fragmentación en partidos de ámbito insular.

En las elecciones al parlamento, el nacionalismo se llevó el 38% de los escaños, aunque Coalición Canaria sólo obtuvo el 18,2% de los votos y Nueva Canarias el 10,2%. El apoyo entre islas es dispar, la suma de las dos formaciones fue del 48,16% en El Hierro, del 16,68% en La Gomera, y del 24,68% en Gran Canaria. En Gran Canaria hay que diferenciar entre la capital, Las Palmas, donde el nacionalismo saca el 13% de los votos, y el resto de la isla, donde obtiene el 34%. Además, encontramos diferencias significativas en el nacionalismo: en Gran Canaria es, mayoritariamente, de izquierdas, y en Tenerife tiene un peso más conservador.

Coalición Canaria, creada en 1993, representa una mezcla de partidos. Desde agrupaciones insulares de centro-derecha que formaban las Agrupaciones Independientes de Canarias y reunieron tanto a nacionalistas como a políticos procedentes de UCD (como Paulino Rivero), hasta formaciones de izquierdas como Iniciativa Canaria Nacionalista (ICAN), que había sido el referente de Izquierda Unida. La coalición considera a Canarias una nación y acepta la bandera de las siete estrellas verdes.

Nueva Canarias, que ahora es conocida por haber dado a Rajoy el voto necesario para aprobar el presupuesto, es una escisión nacida en 2005 de Iniciativa Canaria Nacionalista. Aunque en 2011 se presentaron conjuntamente a las elecciones españolas, las diferencias persisten, principalmente en la política del archipiélago. Además, no forma parte del gobierno. En este sentido, Nueva Canarias está menos ligada a acuerdos, lo que le permitió votar a favor de la demanda de referéndum del parlamento catalán, mientras que CC se abstuvo. El mejor resultado del nacionalismo en términos globales fue el 42,17% de votos obtenidos en 1999.

Nueva Canarias considera su voto a Rajoy una victoria, ya que le permite acortar terreno con Coalición Canaria, que hace 24 años que gobierna y siempre se ha presentado como el partido negociador en Madrid. En el Día de Canarias, Coalición Canaria hizo un llamamiento a ‘la unidad y el diálogo’ del nacionalismo, de cara a tratar de alcanzar algún pacto que no conlleve un debilitamiento para las elecciones del 2019. Sin embargo, los obstáculos para a entenderse son notables. Hay divergencias en la ley del suelo y también en la gestión de la Televisión Canaria, que dio una información sesgada del acuerdo de Nueva Canarias y el reparto del fondo de desarrollo (Fdcan).

Con todo, tampoco sería justo situar el nacionalismo canario sólo en las demandas económicas. Existe una Academia Canaria de la Lengua (española) como la que hay en varios países americanos; se creó una policía autonómica; y el estatuto que debe aprobarse contiene la competencia en puertos y aeropuertos, costas y playas, y la capacidad de mantener relaciones con los países de África Occidental. Además, se reivindica el control de las fronteras, una hacienda propia e, incluso, una reforma laboral propia, que dé preferencia a los residentes de larga duración y a las empresas canarias en los concursos de obra pública.

 

El independentismo canario

El origen del nacionalismo canario se encuentra en la pérdida española de Cuba, y la diáspora tiene un papel fundamental en su nacimiento. En 1901 se crea el Partido Popular Autonomista, vinculado al sindicalismo, y en 1924 se funda en Cuba el Partido Nacionalista Canario (PNC). En el periodo republicano, incluso, se comienzan los trámites para obtener un estatuto de autonomía.

El primer independentismo surge en la década de los sesenta, como un movimiento de liberación influido por la revolución cubana, la lucha armada y, sobre todo, la descolonización de África, continente del que Canarias forman parte. En 1964, se crea en Argelia el ‘Movimiento por la Autodeterminación e Independencia del Archipiélago Canario’ (MPAIAC), que denuncia la situación de imperialismo y de colonia de Canarias, y surgen varios movimientos armados. En 1968, la Organización para la Unidad Africana considera al archipiélago una parte de África y, por tanto, una colonia de España, y le reconoce el derecho de autodeterminación. El líder del MPAIAC, Antonio Cubillo, sufre un atentado en 1978 efectuado por los servicios secretos españoles, que en aquel momento dependen del ministro de gobernación, Rodolfo Martín Villa.

En 1979, se forma la Unión del Pueblo Canario, que llegará a ser la tercera fuerza en Gran Canaria y obtendrá un diputado en Madrid y la alcaldía de Las Palmas. Pero las diferencias ideológicas llevarán a la desintegración de la UPC en varios grupos, el más exitoso de los cuales será Izquierda Nacionalista Canaria, que conseguirá dos escaños en el parlamento canario en 1987.

Un discurso centrado aún en el africanismo y en aplicar las resoluciones de descolonización de la OUA, así como las divisiones y escisiones, han hecho del independentismo un movimiento con resultados electorales muy escasos. Los mejores resultados fueron los de 1987, cuando la formación de Antonio Cubillo recibió un 1,31% después de su regreso de Argel.

En general, el apoyo electoral a los actuales grupos independentistas se sitúa en torno al 1%, y la formación más importante es, actualmente, Alternativa Nacionalista Canaria -http://alternativanacionalistacanaria.org/anc/- (0,61%). La ANC lideró la Coordinadora 22 de octubre, que llevó las mociones sobre la bandera independentista por todas partes. Hay otras organizaciones, como Azarug (‘independencia’, en lengua amazigh), una organización juvenil creada en 1992 que defiende la independencia y el socialismo, la democracia directa, el ecologismo, el antimilitarismo y el feminismo.