Corona de soberanía

Hay unos prejuicios sobre las coronas en los escudos que no tienen ninguna razón de ser. En la heráldica municipal las coronas indican la categoría del municipio, en un pueblo, una villa o una ciudad, y la corona que timbra el escudo de aquellos municipios que históricamente, y antes de la abolición del antiguo régimen, habían sido centro o capital de una baronía, vizcondado, condado, marquesado, ducado o principado llevan la correspondiente a este título (art. 40.3, Decreto 139/2007, de 26 de junio).

En mi tarea de asesor de heráldica y genealogía de Cataluña he podido comprobar aquellos prejuicios. Unos dicen -sin fundamento- que la corona mural es republicana y otros afirman -también sin fundamento- que la corona real es «borbónica». Nada de todo eso.

La corona mural representa la muralla que defendía una población del enemigo y es empleada tanto en repúblicas como en monarquías. Actualmente, en Cataluña, tenemos casos de municipios que han suprimido de sus escudos la corona, que ellos mismos aprobaron por mayoría, lo que hace que se puedan confundir con las entidades municipales centralizadas, que, precisamente, se distinguen de los municipios porque no pueden llevar corona.

La corona real es el símbolo, por antonomasia, de la soberanía. En la Edad Media y después, sólo el soberano podía llevarla, precisamente, porque era el soberano. En una corona la representación de la soberanía está precisamente en las diademas que la cierran y que figuran sólo en las de emperador, rey y príncipe.

En Cataluña, sólo un ayuntamiento timbra su escudo con la corona real: Barcelona, porque explica y recuerda que había sido la capital de un país soberano.

La mayoría de países de la Europa del Este perdieron su soberanía al ser ocupados por los soviéticos, y lo primero que han hecho tras recuperarla ha sido sustituir la simbología soviética por la histórica o tradicional. Lo podemos constatar en los actuales escudos de Rusia, Hungría, Serbia, Montenegro, Bulgaria y Georgia, que ahora son repúblicas.

Una señal de la recuperación de nuestra memoria histórica ha sido la sustitución del escudo borbónico del Parlamento por el escudo de Cataluña, con la corona que le corresponde y que indica que había sido un país de plena soberanía y, que yo sepa, nadie se ha espeluznado ni escandalizado. Sin embargo, aún tenemos una deuda con nuestro país: Cataluña es el único país de Europa que no tiene escudo oficial, cuando resulta que es el más antiguo de Europa.

Un ejemplo de lo que estoy exponiendo lo encontramos en la república de San Marino, donde el Consejo Soberano de la República estableció que «l’Arma della Repubblica debba avere la corona chiusa, simbolo della Sovranità”. Lo que no puedo entender es cómo el «Principado» de Andorra, que es un Estado soberano, no timbra su escudo con la corona de príncipe. La soberana orden hospitalaria de Malta también demuestra su soberanía con la corona real que timbra su escudo. Y, por último, el escudo de Barcelona timbrado (el único en Cataluña) con la corona real, recordando que Barcelona fue la capital de un país soberano.

EL PUNT – AVUI