Del Laurac bat a la Ikurriña de Sabino Arana

Nos referimos a la “bandera de Euskal Erria” o “del Laurak Bat” que fue diseñada y presentada en 1881. Dos rasgos destacan de este primer intento de “bandera de Euskal Erria”, como fue denominada en su momento, y cuya fecha de nacimiento está datada justo en los momentos en los que se estaba levantando el complejo deportivo de la Plaza Euskara en Buenos Aires. El primero de ellos es el interesante proceso conceptual por el que pasó el diseño del nuevo emblema. Si bien las razones que llevaron a su creación no permanecen muy claras, todas las fuentes coinciden en explicar su nacimiento a través de una iniciativa política conjunta de las cuatro diputaciones de Álava, Vizcaya, Guipúzcoa y Navarra para dotarse de un emblema común.

Algunas informaciones sin confirmar afirman que esta bandera fue diseñada para representar el stand de las «cuatro provincias vasco-españolas» en las exposiciones Universales de Chicago (Estados Unidos) y de París, que se celebraron aquel mismo año de 1881. Si esto fuera así, no sería la única vez que un emprendimiento similar habría sido implementado por las Diputaciones vascongadas y navarra al alimón para una ocasión similar. Joseba Agirreazkuenaga afirma que en 1929 las mismas diputaciones hicieron otro intento de bandera común para la feria internacional de Sevilla.

Bandera vasco-navarra.- A título de curiosidad reproducimos de una “Crónica de París”, publicada por el Noticiero Bilbaino, los siguientes apuntes, que coinciden en lo esencial con los datos que en carta fechada en la capital de la vecina república en los primeros días del corriente mes, nos fueron remitidas directamente, con ocasión de la manifestación cívica en honor de Víctor Hugo: El domingo pasado el inmortal poeta Víctor Hugo tributó merecidos y entusiastas elogios al pais euskaro, cuando la visita que le hizo el sub-director de La Correspondencia de Paris, á quien escribió para darle las gracias por la parte que había tomado España en la manifestación del domingo 27 de Febrero pasado.

El ilustre Victor Hugo habló de España con un verdadero delirio; la considera como segunda pátria, pues fué en Madrid donde pasó su niñéz y donde se educó, siendo interno del Colegio de Nobles, dirigido entonces por los PP. Jesuitas; cuando su padre, el celebre general vizconde de Hugo, era capitan general de Madrid. Pero su entusiasmo creció cuando habló del pueblo basco, de la Euskal-erria, cuyas nobles y libres aspiraciones, la hidalguía y génio particular de sus habitantes, siempre desde su niñéz le han encantado. Cuando el caballero-colegial Victor Hugo regresaba fugitivo á Francia, al detenerse la columna francesa en Hernani, tal impresion produjo en su mente el nombre de dicho pueblo, las casas solariegas de las Provincias Vascongadas, las peñas de los castillos de Santa Bárbara, de Burunza y de Oriamendi, la tumba del gran capitan don Juan de Urbieta, el que hizo prisionero al rey Francisco I en Pavia; los diferentes encuentros con los tercios y miqueletes de los generales Jauregui, Alava y Mina; las conversaciones con los prisioneros vascongados que llevaba á Bayona; etc., etc., que todo aquello fué el primitivo orígen de sus primitivas obras, como Hernani y RuyBlas.

Entre los 324 estandartes y banderas, los colores españoles le impresionaron vivamente, pero el que mas llamó la atencion del gran poeta del siglo XIX, el dia de su apoteósis, fué el vasco-navarro, como varias veces lo repetía al sub-director de La Correspondencia de Paris. La reconstitucion de dicho célebre é histórico estandarte es debida á los datos é investigaciones de nuestro querido amigo D. Pedro de Soraluce-Zubizarreta y Bolla, residente en Paris, poderosamente secundado por dos amigos suyos archivistaspaleógrafos, el uno vascongado, y el otro discipulo laureado de la escuela Diplomática de Paris y oficial de la célebre y riquisima Biblioteca Nacional de Francia. Segun el hijo del renombrado historiador vascongado, miembro de la Real Academia de la Historia, (quien tiene escrito un folleto inédito sobre el particular, con datos curiosisimos) y que tuvo la insigne honra de recibir una carta autógrafa de felicitacion del gran Victor Hugo, la bandera del Laurac-bat es como sigue: Se divide en dos partes, siendo los colores verticales.- El rojo junto al palo de la bandera representa la Navarra, y el blanco las tres provincias vascas.- En cada ángulo de la bandera se vé una estrella dorada, representando las Cuatro Hermanas. En el centro se halla el histórico escudo del Lau-buru. Sobre fondo de oro destácanse cuatro manoplas de guerreros formando cruz, y en cada cuartel vése una cabeza de reyes árabes ó moros, ó sea el Lau-buru, (las Cuatro-Cabezas.) La divisa en una cinta ostentando los colores nacionales de España, dice Laurac-bat (las Cuatro-Una).

Al inicial y fulgurante éxito obtenido por la “bandera de Euskal Erria” de 1881, y su rápida aceptación -y adaptación- por las más importantes colectividades vasco-americanas muy poco tiempo después de su diseño y presentación pública, le seguiría sin embargo un proceso de decadencia que llevaría a su casi completa desaparición. A lo sumo, aquella bandera dejaría apenas algunos restos o reliquias iconográfica cuya comprensión, sin embargo, quedaba ya fuera del alcance de las nuevas generaciones de vasco-americanos, que ya no veían en el la representación de la identidad vasca -simbolismo que fue adquirido por nuevas propuestas iconográficas hasta la general aceptación de la ikurriña tal y como hoy la conocemos-. El centro vasco de Montevideo fue la colectividad que más rápidamente optó por deshacerse del contenido simbólico de esta bandera, y en especial de la imagen del “Laurak-Bat” reflejado en el emblema de las cuatro manos entrelazadas.

De este modo, en 1886 acabaría por adoptar oficialmente un diseño de estandarte totalmente diferente, de nueva factura y una significación totalmente diferente en lo que respecta a los límites de la identidad vasca en su conjunto. No obstante, el emblema del Laurak Bat sí perduraría en la cabecera del órgano de prensa de la Sociedad Euskara hasta su desaparición a fines de 1888. En el caso de Argentina, su agonía fue más larga; sin embargo, todo parece indicar que la tímida reactivación de su uso que parece intuirse en la segunda mitad de la década de 1910, dentro de la pugna simbológica entre el sector españolista (por entonces aún mayoritario en el centro Laurak Bat) y el sector nacionalista, llevaba aparejada una redefinición de su significado, reducido ya a mero estandarte representativo de la entidad, y no ya a la idea de la vasquidad en su conjunto. Sólo en el caso de Cuba, y como una notable excepción al resto de las colectividades vascas en las que hemos documentado su uso, han tenido la bandera y el escudo de Euskal Erria de 1881 una pervivencia mayor en el tiempo, que alcanzaría prácticamente hasta nuestros días. En gran medida, se debería este hecho a que ambos símbolos acabarían por ser admitidos como emblemas propios de la Asociación Vasco-Navarra de Beneficencia.

La ikurriña, fue creada en 1894 por los hermanos Luis y Sabino Arana (el fundador del Partido Nacionalista Vasco), y en un principio correspondía, dentro de la serie de banderas que diseñaron, a la que identificaba el territorio de Vizcaya.

Anteriormente habían existido diversos intentos de inventarse una bandera que simbolizara en conjunto a las provincias de Álava, Vizcaya y Guipúzcoa pero no fructificaron, como el realizado por Pedro de Soraluce.

En 1894, durante la «Gamazada», Juana Irujo, esposa de Estanislao Aranzadi, borda un estandarte parecido al de la cruz de Borgoña de los carlistas, según el boceto realizado por los hermanos Arana en el «Café Iruña» de la capital navarra, que consistía en una Cruz de San Andrés roja sobre fondo blanco. Si bien algunos han considerado que este estandarte se correspondía con la primera ikurriña, el propio Luis Arana desmintió tal hecho.

Al inicio de su actividad política, Sabino Arana, el 14 de julio de 1894 fundó la sociedad «Euskeldun Batzokija», en el número 22 de la calle Correo de Bilbao, iniciándose así la organización del Partido Nacionalista Vasco; en la ceremonia de apertura del centro, a las seis de la tarde, el socio de más edad, Ciriaco de Iturri, izó por primera vez la «ikurriña» que había sido diseñada para esa ocasión por Sabino y Luis Arana.

Según explicaba Arana (por ejemplo, en 1895, por boca de un personaje bizkaitarra en La bandera fenicia), el diseño de la bandera se basó en el del escudo de Vizcaya.

El fondo de nuestra Bandera es rojo, como el fondo del Escudo (de Vizcaya)…

La Cruz blanca de la Bandera es la Cruz blanca del Escudo y el Jaun-Goikua [Dios] del Lema…

La Cruz verde de San Andrés representa a un tiempo por su color el Roble del Escudo y las leyes patrias…

Unidos están la Cruz y el Roble en el Escudo unidos por el eta, el Jaun-Goikua y el Lagi-Zaŕa: del Lema; y unidas por lo tanto en un centro común deben estar en la Bandera las dos Cruces, blanca y verde. Y así como en la unión de la Cruz y el Roble en el Escudo, aquélla ocupa el lugar preferente, y en la unión del Jaun-Goikua y el Lagi-Zaŕa: en el Lema lo ocupa el primero: así también en la Bandera la Cruz blanca está superpuesta a la verde de San Andrés.

Sabino Arana en su artículo «La bandera Fenicia»
La palabra ikurriña, con la grafía ikuŕiña, es también creación de Arana, un neologismo procedente de ikur (símbolo en euskera).

Arana diseñó bocetos de banderas para otros territorios vascos, pero no llegaron a tener difusión alguna. La ikurriña, inicialmente símbolo de Vizcaya para el entorno del PNV, se convirtió en unos años en símbolo de Euskal Herria.
Se adoptó como enseña oficial de Euskadi en 1936, pero fue ilegalizada por el gobierno militar surgido del golpe de Estado contra la II República en 1936. Durante la dictadura franquista, su exhibición fue duramente perseguida en España, lo que la convirtió en un símbolo antifranquista.

Luis Arana desmiente que la ikurriña naciera en Castejón y comienza señalando que “voy a deshacer el error de los que creen que esa misma bandera u otra análoga enarbolara mi hermano Sabino cuando fuimos a Nabarra por la famosa Gamazada”.
Y a este respecto aclara que “no fué la bicrucífera todavía no ideada, señor Eleizalde, la izada por mi hermano en Castejón. La bandera izada allí fue la que con el diseño que se hizo en una mesa del Café de Iruña la noche del sábado (17 de Febrero de 1.894) al domingo, fué confeccionada por manos nabarras diligentes, que obtuvo nuestro agradecimiento. Y consistía en una cruz roja de San Andrés sobre fondo blanco, por un lado, ostentando una inscripción en euzkera y español alusiva al acto”(sic).

Llama la atención que esta bandera o estandarte evidentemente no sólo no es la ikurriña, sino que resulta imposible confundirla con ella. Por la descripción, se trataba de un lema bordado sobre la tradicional bandera carlista la cual, a su vez, lo supieran los Arana o no, se trata de la Cruz de Borgoña o Cruz de San Andrés sobre fondo blanco, que fue durante siglos nada menos que la bandera de la España imperial, siendo la que la temida infantería española paseaba por todo el mundo desde Flandes hasta Florida.

Así, ahora hace 115 años que se gestaron los emblemas que hoy sirven para representar al País Vasco. Desarrollaban gráficamente una ideología nacionalista en la que el lema JEL era esencial. Era la interpretación del periódico “Aberri”, que en 1916 exigía que el nacionalismo aceptase la ikurriña como la única bandera. “En ella -decía- “está simbolizado lo esencial del credo sabiniano y nada sobra.