El Castillo Mayor de Estella tenía ocho torres y ocupaba 5.400 m2

El Centro de Estudios Tierra de Estella (CETE), en colaboración con la Asociación de Belenistas de la Merindad y varios particulares, está trabajando desde hace meses en un original proyecto: crear una maqueta de lo que fue el Castillo Mayor o de Zalatambor, del que hoy apenas se conservan restos y que los monarcas navarros utilizaron entre los siglos XII y XVI. Tendrá unas dimensiones de 2,30×2,30 metros, a una escala de 1/150, y será de poliespán.

Así mismo, han decidido incorporar a la misma la iglesia de San Pedro de la Rúa, la fortaleza de Zalatambor y parte del barrio de San Martín, un área de 350×350 metros de la ciudad e intentando simular cómo era en el siglo XIV. En el trabajo han participado historiadores, así como una topógrafa (Rakel Ugartondo), un arquitecto (Patxi Lizarraga) y, por supuesto, la mano de obra de la Asociación de Belenistas, en concreto, de Yolanda Alén, Milagritos Ruiz, Marian Martínez, Lali Sáez, Marga Cobos, Pablo Ruiz de Larramendi y María Puy Urdangarín.

También podría sumarse al proyecto la Asociación de Amigos del Camino de Santiago y el fin que se persigue, además de “motivar” a las instituciones a hacer algo más en la zona, es exponer la maqueta en un edificio emblemático, como Santa María Jus del Castillo.

Sergio Casi explicó que la idea nació de una voluntad de potenciar esta zona (ahora muy abandonada) y que se tenga un mayor conocimiento de cómo era el castillo. También recordó el trabajo realizado en los ochenta por José Andrés Fernández y Carlos Echávarri, o en los últimos años por Navark, base para este proyecto.

El historiador Toño Ros añadió que el Castillo Mayor fue uno de los más importantes de Navarra, además de Palacio Real, y que contaba con ocho torres. Lo poco que se conserva y la complejidad de la estructura, asentada en un espacio con muchas pendientes, hacen complicada su recreación, aunque dice que el margen de error será modesto. Para ello se han realizado numerosas mediciones y muy precisas in situ, se han tomado datos de herramientas como el Sitna y se ha elaborado un plano 3D antes de hacer la maqueta físicamente. También han visitado el castillo de Loarre, cuya construcción es similar. Aun así, “no es fácil interpretar ruinas”, apostilló Ros.

Alén, de los Belenistas, aseguró que es una experiencia “muy ilusionante”, aunque “es más complicado que hacer un Belén, aquí hablamos de algo que tiene que ser muy real”. De momento, tienen partes de la maqueta bastante adelantadas, aunque esperan que se pueda terminar para diciembre.

Se estima que lo que es el castillo tuvo unas dimensiones de 60×90 metros (5.400 m2), y dentro de la maqueta ocupará 40×60 centímetros, pero permitirá hacerse una idea de sus proporciones contextualizado en la zona. De momento, cuentan con 1.000 euros de financiación aportados por el CETE, aunque esperan aumentar la partida y poder hacer otras acciones. Con este primer paso, esperan que las instituciones muevan ficha. “Podrían acondicionar los senderos para que la gente pueda visitarlo, colocar paneles explicativos, hacer alguna delimitación de su volumen… Eso atraería turismo”.

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