La mayoría de los muertos por abusos policiales no tenía vinculación política alguna

El lehendakari, Iñigo Urkullu, se reunirá el próximo viernes con los alcaldes de los 128 municipios vascos

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LA reunión que el lehendakari, Iñigo Urkullu, mantendrá el próximo viernes con los alcaldes de los 128 municipios vascos en los que ha habido víctimas de la violencia tiene como objetivo facilitar a cada uno de los regidores un documento que contiene el nombre de todas las personas asesinadas por violencia política en su respectivo pueblo y transmitirles la importancia de desarrollar iniciativas públicas de memoria y de recuerdo a las víctimas y, al mismo tiempo, impulsar un Día de la Memoria cada vez más unitario.

Los Retratos Municipales de la Memoria que el lehendakari entregará a cada uno de los alcaldes en la futura sede de Gogora en Bilbao contienen el listado de todos los muertos relacionados con ese municipio, desglosados y diferenciados entre los causados por ETA y organizaciones afines, los cometidos por los GAL y otros grupos de extrema derecha como BVE y Triple A, los causados por las Fuerzas de Seguridad y otros casos que necesitan mayor contraste e investigación.

Así, entre 1960 y 2010 hubo, según estos Retratos, un total de 707 muertos por vulneración de derechos en la CAV, de los que 572 fueron asesinados por ETA y los Comandos Autónomos Anticapitalistas; 61 fueron causados por el GAL, GAE, BVE y Triple A; 58 perdieron la vida por la acción de las fuerzas policiales; y hubo 16 fallecimientos de autoría confusa.

La polémica ha sacudido la convocatoria de la reunión de Urkullu con los alcaldes ante la acusación de que la mezcla de todas las víctimas, incluidas las de abusos policiales, vulnera el sentido de un homenaje y puede diluir la violencia de ETA dentro de la teoría del conflicto, por lo que partidos como el PSE han pedido “diferenciar” a los muertos por acción de la Policía del resto.

Pero, ¿quiénes son estas víctimas llamadas “de abusos policiales”? ¿En qué circunstancias murieron? ¿Eran terroristas muertos en enfrentamientos? ¿Están reconocidos oficialmente?

La gran mayoría de estas víctimas murieron entre 1960 y 1982, muchos de ellos en controles policiales o al ser confundidos con miembros de ETA, y se da la circunstancia de que casi la totalidad de ellas no solo no estaban relacionadas con actividades violentas, sino que ni siquiera tenían vinculaciones políticas. Simplemente, pasaban por allí. Es más, aunque en los Retratos Municipales de la Memoria figuran 58 casos reconocidos, contrastados y sin dudas sobre la autoría, la realidad es que el número es bastante superior, hasta el punto de que el Informe-base de vulneraciones de derechos humanos en el caso vasco (1960-2013), elaborado por el equipo formado por Manuela Carmena, Jon Mirena Landa, Ramón Múgica y el obispo emérito Juan Mª Uriarte, cifra en 94 las personas muertas por las Fuerzas de Seguridad. He aquí algunos ejemplos reales de estas víctimas, contenidos en los Retratos Municipales de la Memoria de las capitales Bilbao, Donostia y Gasteiz.

Cuarenta y cuatro tiros en una emboscada

Bilbaino de 41 años y con un hijo pequeño, Francisco Javier Batarrita fue acribillado sin mediar palabra en una emboscada disfrazada de control policial en Bolueta después de que él y los otros dos ocupantes de su coche fueran confundidos con miembros de ETA. Sin vinculación política alguna, recibió cuatro disparos en la cara y al menos cuarenta más en el resto del cuerpo. Jamás fue reconocido como víctima, aunque el Gobierno civil de la época lo calificó de “lamentable error”.

Confundido con un etarra

Aficionado al auto stop, viajaba mediante este sistema hacia Madrid, aunque el conductor que le recogió le dejó en el cruce hacia Legutio (Araba). Allí fue confundido con uno de los autores del asesinato del alcalde de Oiartzun, Antonio Etxeberria Albizu, ocurrido el día anterior, y fue abatido a tiros por la Guardia Civil. Los agentes, para encubrir el error, le llegaron a acusar de resistencia y de intento de hurto de un vehículo.

Reventado a golpes y obligado a beber aceite de ricino y coñac

Tras ser golpeado de forma brutal durante una manifestación proamnistía en Bilbao en la que no participaba -de hecho, iba camino de su casa de la mano de su hija de solo cuatro años-, Francisco Núñez fue a poner una denuncia al Gobierno Civil por la injusta agresión sufrida y al salir fue abordado por dos policías de paisano que le dieron una gran paliza y le obligaron a beber un litro de aceite de ricino y una botella de coñac. Completamente reventado, falleció tras una dolorosa y larga agonía de trece días.

Abatido a tiros tras una discusión con un agente

Luis Quintana era trabajador de Babcock Wilcox, militante del PSE-PSOE y afiliado a UGT. Murió por disparos de un policía de paisano en el barrio de Las Cortes de Bilbao, en el contexto de una discusión en la calle. En estos hechos resultaron heridas otras tres personas por los disparos del policía.

Dieciocho disparos en un control confuso

De solo 21 años, Mikel Salegi no se percató de que había un control a la entrada de Donostia porque la señal estaba tapada por otros vehículos retenidos. Recibió 18 disparos por arma de fuego. Su evacuación al hospital fue interceptada por la Policía Armada y fue retenido, aún con vida, durante diez minutos más. No hubo investigación de los hechos ni reparación alguna a la familia.

Alemana muerta por un tiro en la autopista

De nacionalidad alemana y vecina de Neguri, fue alcanzada por un disparo realizado por un agente de la Policía Armada cuando viajaba en el asiento del copiloto de un vehículo que conducía su hija por la autopista Bilbao-Behobia a la altura de Donostia.

Muerto por “anemia” y “paro cardiaco” con un disparo a quemarropa

Estudiante de 23 años y militante de EMK, recibió un disparo a quemarropa al paso de una manifestación contra las sentencias a muerte de Txiki y Otaegi. La versión oficial certificó su muerte por “anemia” y “paro cardiaco”.

La joven ecologista desangrada por un tiro durante una sentada

Natural de Caracas (Venezuela), donde se había exiliado su familia tras la guerra, la joven Gladys del Estal, militante ecologista, murió desangrada tras recibir un tiro en la cabeza en el transcurso de una sentada pacífica.

“Escapó” y “se tiró” al río esposado o murió ahogado por torturas

Trabajador de una compañía de autobuses de Donostia, fue detenido e interrogado en Intxaurrondo. La versión oficial aseguró que escapó esposado y se tiró al río Bidasoa -aunque no sabía nadar-, donde apareció flotando veinte días después. Denuncias anónimas de guardias civiles relataron que murió mientras le torturaban con la bañera o la bolsa y se arrojó el cadáver al río para tapar la verdad.

3 de marzo, cinco muertos en una masacre de trabajadores

Junto a Pedro Martínez Ocio, Francisco Aznar Clemente, José Castillo García y Bienvenido Pereda Moral, murió al irrumpir la Policía a tiros y gases lacrimógenos en una asamblea de trabajadores dentro de una iglesia en Gasteiz el tristemente famoso 3 de marzo de 1976. También se registraron más de 150 heridos de bala. No hubo responsabilidades. Sus familias aún están exigiendo su reconocimiento. Hubo otros dos muertos por la Policía durante las manifestaciones de protesta.

Un matrimonio abatido cuando circulaba en su coche

Mª Ángeles Barandiaran y su esposo Victoriano Aguiriano Cortazar, propietarios de una agencia de transportes, murieron al ser alcanzados por cuatro impactos de bala cuando circulaban con su Seat 127 por la calle Portal de Gamarra de Gasteiz.

DEIA