El gudari desconocido

Ni rastro de él. Los familiares del pamplonés Julio Ibiriku saben que se pasó a la zona republicana aprovechando la fiesta de Navidad pero no han podido saber su final. Ahora lanzan un mensaje con una foto para intentar obtener información.

Infografía Itxaso Mitxitorena

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Julio Ibiriku Huarte es la tercera persona en la fila de abajo empezando por la izquierda. La familia desconoce el nombre de sus compañeros.

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La historia de Julio Ibiriku Huarte reúne todos los condimentos de una película de cine, pero sin final feliz. Ni siquiera tiene final. Las dificultades documentales para reconstruir la memoria histórica, por un lado, y el gran manto de silencio que durante años cubrió lo sucedido en los años de la Guerra Civil en su familia (como en muchas otras navarras) han provocado que su biografía continúe siendo desconocido casi 80 años después de los acontecimientos. Apenas se sabe que se pasó al bando republicano y que murió en Bizkaia. Una sobrina suya, María José Ibiriku, es la que ha reactivado su caso tratando de juntar piezas y buscar el hilo que le lleve tras los pasos de su tío, sobre el que tampoco tiene muchos datos. Un par de testimonios de familiares, una fecha, una anécdota y sobre todo una foto en blanco y negro que guardan como un tesoro. Ahora la quieren difundir para ver si alguien más se reconoce en la imagen y puede dar más información.

Porque es muy probable que en esa foto se encuentren más navarros. De hecho, lo único que saben a ciencia cierta es que aprovechando el ambiente más relajado y navideño de diciembre de 1936, 14 jóvenes que habían sido enrolados a la fuerza en el ejército franquista, se pasaron al lado republicano. Para entonces ya había caído Gipuzkoa y la zona republicana empezaba en Bizkaia. El destino, según explica, fue Bilbao. Y en esa ciudad se tomó la foto. “En mi familia esto era tabú. Y más cuando a mi abuelo casi lo fusilan… Durante todos los años del franquismo ni se habló de esto en casa. Siempre que mi hermano sacaba el tema, mi aita se ponía muy nervioso”, recuerda María José.

Sin embargo, poco o poco ha ido reuniendo flecos. En primer lugar, sobre el pasado de su tío en Pamplona. En segundo, sobre lo que pudo suceder una vez que cruzó el frente. “Hay diferentes versiones, pero mi tío era mañuetero y republicano como mi abuelo al que, por cierto, el hecho de ser albañil le salvó la vida porque cuando lo llevaban a fusilar a la Plaza de Toros, un tal Saldías le mandó para casa al reconocerlo. Cuando iba por la Estafeta escuchó los tiros…. Pero esa es otra historia”, añade. Sobre Julio dice que “unos dicen que era albañil y otros que trabajaba en la estación de tren. Eso sí, todos lo ubica “como militante de la UGT”, explica. “Mi tío era soltero y, al parecer, se encontraba haciendo la mili obligado, aunque gran parte de la familia era republicana”, agrega.

Ese compromiso político es importante para entender los dos siguientes pasos: su huida a Bizkaia y su posible muerte cerca de Sollube. Desde la Fundación Sabino Arana se indica que no aparece en sus fondos documentales, pero que en el listado de personas fallecidas en la Guerra Civil contenido en la obra 1936. Guerra en Euskal Herria. Los protagonistas de la guerra (vol 8, Aralar 2009) figura un tal “Julio Ibiriguen Ugarte”, que murió en la localidad de Morga el 12 de mayo de 1937. Esa fecha coincide con la importante ofensiva del macizo montañoso entre la costa y Bilbao, uno de los últimos baluartes previos a la defensa del cinturón de hierro de la capital ante el avance de las tropas franquistas compuestas, paradójicamente, por requetés navarros y soldados italianos. Pero aún hay más coincidencias. “A través de uno de los Chocarros afincados en Rentería y de primos de sus primos, debió llegar en aquellos días a Pamplona la noticia de que mi tío podría haber muerto en un combate cerca de un monte que se llamaba Bizkargi”, relata María José. Morga es una localidad vizcaína situada a los pies de este monte que acogió una dura y decisiva batalla entre los días 11 y el 15 mayo. Perdida esta cima (días antes había sido bombardeada Gernika), sólo quedaba la peña de Lemoa como punto alto antes de que las tropas franquistas cayeran sobre el propio Bilbao. Los combates fueron muy cruentos y las bajas se contaron por miles. La aviación alemana fue determinante. En este lugar se ha levantado un monumento a los gudaris del ejército vasco (con apoyo de brigadas asturianas y santanderinas) que defendieron con uñas y dientes estas cotas. Entre sus filas había una heterogénea mezcla de cuerpos, brigadas y batallones de diferentes ideologías (ANV, PVN, STV, UGT, PCE, CNT…). Según apuntan desde la Fundación Sabino Arana, “Ibiriguen” estaba inscrito en el Batallón Lenin, de orientación comunista. Las piezas, al menos la ideológicas, encajan de nuevo pero su pista vuelve a perder en los ingentes archivos de Salamanca a no ser que surjan más testigos…

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Libros y publicaciones. Las referencias a Julio Ibiriku o son escasas o inexistentes. En el libro Navarra 1936 de la Esperanza al Terror aparece como uno de los “navarros muertos en el ejército de Euzkadi” (entre 1.500 y 2.000 se enrolaron) con una data genérica de “Bilbao” sin más detalles (ni fecha, ni batallón…). Hay otros tres navarros cuyas muertes en Bizkargi están documentadas en esta publicación en fechas similares a la posible de Ibiriku: Eliseo Yagüez Colmenero (Alsasua, del batallón UHP), Pablo Vergara Ochoa (Fitero, enrolado en el “Salsamendi”) , lo mismo que Manuel Aragón Olascoaga, también de Pamplona. Otros 16 pamploneses figuran entre los muertos en frentes de la CAV. El mayor experto en el frente vizcaíno, Francisco Manuel Vargas Alonso, no incluye su nombre entre la víctimas en su estudio.

Si sabe algo… La sobrina de Julio, Mª José Ibiriku Navas, quiere tener información a través de sociedad@noticiasdenavarra.com

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