La figura del mariscal Pedro de Navarra ha sido el protagonista principal de la edición de esta año de la Marcha de Noain. No en vano se cumplían 500 años desde que el mariscal fuera apresado por las tropas castellanas y paseado en una jaula por las calles de Iruñea.
El mariscal Pedro de Navarra, encadenado, en primer término (Jagoba MANTEROLA-ARGAZKI PRESS)
La marcha ha partido desde el monumento que recuerda a los resistentes navarros y que fue elaborado por el escultor Joxe Ulibarrena en Getze. Desde allí, han recorrido la distancia existente hasta Iruñea, pasando de mano en mano una makila conmemorativa. En Iruñea, tras hacer un alto en la plaza de los Fueros, han recorrido distintas calles de Alde Zaharra para acabar en el plaza de los Burgos.
En este punto, se ha recordado la figura del mariscal Pedro de Navarra, que en 1516 lideró un intento de recuperar el reino perdido apenas cuatro años antes. Tras fracasar los intentos diplomáticos, recurrió a la solución militar. Al frente de 1.200 hombres entró en Nafarroa por Zaraitzu y Erronkari, pero una nevada en Burgi bloqueó la expedición navarra y el mariscal fue detenido por las tropas castellanas. Fue llevado preso a Atienza, donde rehusó jurar fidelidad al rey castellano Carlos I para obtener el perdón, manteniéndose fiel al juramento prestado a los reyes navarros. Fue trasladado a la prisión de Simancas, donde apareció degollado en noviembre de 1522.
Koldo Viñuales, de Irujo Etxea de Lizarra, ha sido el encargado de leer el pregón de este año
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