Atxorrotx era ‘castillo y medio’

atxorrotx

Trabajos arqueológicos en la peña anexa. Al fondo, el peñasco principal, que albergaba el castillo y desde el siglo XVI la ermita de Santa Cruz. / F. I.

·      En el peñasco ‘principal’, donde se halla ahora la ermita, hubo un castillo del reino de Navarra, que cayó en manos castellanas en 1200

·      En la excavación hecha en la peña anexa han aparecido indicios de otra edificación defensiva

Iñaki Sagredo acometió a mediados de julio la séptima campaña en el castillo de Atxorrotx, en Eskoriatza, una edificación del siglo XII, más concretamente en la peña anexa, situada a un centenar de metros. Los resultados han sido satisfactorios: se ha descubierto que esa peña también tuvo algún tipo de edificación defensiva, o al menos así invitan a pensar los indicios encontrados, tanto restos dispersos de argamasa como clavos de gran tamaño, que servirían para unir tablones. En opinión del director de los trabajos, Iñaki Sagredo, «esta campaña ha ayudado a entender mejor lo que fue el enclave de Atxorrotx».

Los vecinos de la zona denominan Atxorrotx al enclave, si bien en la documentación hasta la fecha predomina la variante del dialecto guipuzcoano: Aitzorrotz. Es un paraje muy querido por las gentes de Eskoriatza y alrededores. La costumbre es subir hasta el punto más alto, donde está la ermita de Santa Cruz, tocar allí la campana y bajar nuevamente al pueblo. Se celebra fiesta el primer domingo de mayo.

·      Vínculo con los cuencos de oro de Axtroki

Sagredo y su grupo de unos diez o doce ayudantes -según los días-, ya han acabado la campaña en la peña anexa. Además de descubrir la importancia defensiva de esa peña que anteriormente parecía desvinculada del castillo, en la excavación han aparecido objetos relevantes, como restos de unos apliques sobre dorados medievales, una punta de espada, unas puntas de flechas de ballesta y un trozo de mango de madera de un cuchillo. «Es curioso que se haya conservado un resto de madera, quizá sea debido a que acabara sepultado entre tierra parecida a la turba», explicó el arqueólogo.

Todo lo encontrado será depositado en el depósito de Gordailu, dependiente de la Diputación Foral de Gipuzkoa. Todos esos restos se han podido salvar de esa gente que peina los yacimientos con sus detectores de metales. «Ya nos avisaron que por aquí ha andado ese tipo de gente, y sabemos que fueron detectados también en el castillo de Ausa Gaztelu. Estos robos son imposibles de frenar», comentó Iñaki Sagredo.

Además, el arqueólogo y sus ayudantes -entre los que se encuentran dos jóvenes venidas desde la señorial ciudad rusa de Novgorod- han limpiado algunas zonas de la peña principal y consolidado partes de la muralla.

El enclave tiene una larga historia. Ha aparecido una fíbula de la cultura de La Tene, del siglo IV antes de Cristo, dentro de la Edad de Hierro. También hay restos de cerámica romana, monedas de la Edad Media, una iglesia erigida en el siglo XVI y hasta trincheras de la guerra de 1936.

El principal elemento es el castillo de la peña ‘principal’. Está claro dónde se situaba la entrada, y el elemento más diáfano es el aljibe. Aquellas gentes de hace algo más de mil años tuvieron que excavar varios metros cúbicos de roca caliza, y consiguieron un depósito de agua con capacidad para 20.000 litros.

El castillo perteneció en un primer momento al reino de Navarra. «Fue el castillo más importante, controlaba buena parte del territorio guipuzcoano, principalmente el camino que iba desde Vitoria hasta la costa. En Gipuzkoa había dos puntos clave para el reino navarro: Atxorrotx y San Sebastián», declaró Sagredo.

La primera constancia del castillo es un documento de 1184 sobre el fuero de Atarrabia. Allí se cita como tenente de la fortificación a Enecone de Oriz. Los tenentes eran nombrados por el rey y tenían la obligación de defender y administrar un amplio territorio. Era una época convulsa. En el año 1200 el castillo fue conquistado por las tropas castellanas del rey Alfonso VIII. «Vitoria aguantó el asedio de los castellanos durante ocho meses. Atxorrotx caería con más facilidad», dijo Sagredo.