Castilla renuncia a España y mira a Alemania

12 DE DICIEMBRE DE 1509

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Carta d’Europa. Any 1500

 

Tal día como hoy, hace 507 años, Fernando el Católico y Maximiliano de Habsburgo (el emperador alemán) firmaban el Tercer Tratado de Blois. La situación de la ciudad que acogió las negociaciones revela que Luis XII de Francia, también –como en las anteriores ocasiones– era parte activa e interesada. La nueva situación política, sin embargo, había modificado sustancialmente el rol y las estrategias de los negociadores. Fernando (retirado a sus dominios catalanoaragoneses, «viejo catalanote, vuélvete a tu nación») renunciaba a cualquier derecho que le podría haber correspondido por matrimonio con la difunta Isabel. Aceptaba a su nieto Carlos de Habsburgo como heredero de la corona castellanoleonesa y Fernando se reservaba el presente y el futuro de la corona catalanoaragonesa.

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Ferran el Catòlic

 

En Castilla la situación política se había complicado extremadamente. Felipe de Habsburgo (el Hermoso), yerno de Fernando e Isabel, había muerto tres años antes. Oficialmente de una neumonía. Extraoficialmente corrieron los rumores –razonablemente fundados– que había muerto envenenado por orden de Fernando y, también, debido a las enfermedades venéreas que le atacaban. Y su mujer Juana (la Loca) había sido recluida en un castillo de Tordesillas, afectada por una enfermedad mental –se ha apuntado que parece que fue provocada por el contagio de las venéreas maritales– y que la incapacitaba para gobernar.

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Maximilià d’Habsburg

 

El emperador alemán sospechó que la herencia de su nieto Carlos –el hijo del Hermoso y de la Loca– podía estar en riesgo por las ambiciones ocultas que podía tener Fernando sobre el trono castellano. Atrajo a su causa –a sus intereses– a las oligarquías castellanas, haciéndoles ver que el proyecto hispánico liderado por Castilla se había convertido en una quimera. Las oligarquías castellanas, que siempre habían rechazado la catalanidad de Fernando, comulgaron plenamente con la idea. Del proyecto hispánico se pasaba a un redibujo político de los equilibrios europeos, trazado por dos grandes ejes: Castilla-Sacro Imperio (Alemania) versus Francia-Aragón, con el Pontificado arbitrando el partido.

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