El euskera en Nafarroa

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El euskera es la lengua del territorio navarro. Lengua indígena europea que ha sido capaz de supervivir a las invasiones indoeuropeas. La llegada de otros pueblos no acabó con esta lengua, aunque sin embargo sí que desde ese momento tuvo que convivir con infinidad de lenguas, que, sin duda, han influido en su evolución y desarrollo.

Es hacia el siglo X cuando comienza su retroceso en el territorio navarro, coincidiendo con la creación de los reinos francos, aragoneses, castellanos, leoneses…; pero en contra de lo que piensan muchos, la lengua vasca permaneció hasta el siglo XIX en gran parte de Navarra. Y hoy día, además de ser la lengua natural del norte de Navarra, se está recuperando en una gran parte del territorio.

A pesar de que es en el siglo X cuando la Ribera comienza a abandonar la lengua vasca, tenemos testimonios escritos en los que se demuestra que el euskera fue la lengua hablada por muchas familias ribereñas, y que estuvo presente durante varios siglos más.

Veamos el ejemplo de Tudela, nada menos y nada más que en el año de 1535. Se trata del caso de Pedro Lopiz, zamorano de origen, que llegó a Tudela y a los diez años de vivir en la ciudad navarra opositó para veterinario y lo consiguió. Sin embargo, las Cortes y cofradías navarras prefirieron otro candidato y llevaron el nombramiento a juicio, alegando que no conocía el vascuence. En el juicio cuatro testigos ratifican la importancia de la lengua navarra en Tudela (es decir, testifican que este veterinario no podía ejercer ya que las personas con que se relacionaba, la mayor parte de ellos eran euskaldunes) por aquellos años, y cómo Pedro Lopiz no podía lograr aquel puesto por desconocer la lingua navarrorum. Se consideraba al zamorano inútil para la plaza porque en Tudela el año 1535 era necesario conocer el euskara y él “ni lo habla ni lo entiende”. Los testigos creían lógico que debía haberlo aprendido, pese a ser de Zamora y llevar diez años residiendo en Tudela, a orillas del Ebro, en plenas Bardenas, en el extremo sur de Navarra.

Este pleito demuestra que en Tudela en 1535 vivían personas que solo hablaban el vascuence y que no necesitaban el castellano en su vida diaria, otras que dominaban castellano y euskara, y también personas que solo hablaban en castellano.

Por extraño que parezca hoy, la situación del vascuence en la Ribera no siempre ha sido la que nos han querido hacer ver. El euskera fue la lengua de la Ribera. Numerosos textos escritos evidencian su uso y la defensa que hacían los vecinos de estas poblaciones del sur de Navarra en pro de su conservación.

En la zona media, pueblos entre la Ribera y las ciudades de Pamplona, Estella, Tafalla y Sangüesa perdieron el euskera en una época muy posterior. Zona que abandonó el uso del vascuence hace unos 500 años; pero que, sin embargo, una gran parte de la población sigue considerándose vasca. Y así lo demuestran las costumbres transmitidas por los antepasados y con tanto esmero conservadas, la gran cantidad de palabras de origen vasco que se siguen conservando en el habla: abarca, abarra, achuna, ago-ago, aida…, al igual que los apellidos de los habitantes de estas zonas, los cuales en su gran mayoría son euskaldunes: Acedo, Albeniz, Alegria, Agirre, Ayucar… En esta zona la población mantiene la conciencia de pertenecer a un pueblo distinto y peculiar, manteniendo los vestigios vascos de generación en generación, a pesar de que la conquista castellana y la imposición de la administración extranjera tras la conquista de 1512 supuso una gran regresión.

Ascendamos paulatinamente en la geografía hacia el norte, no todavía mucho, nos encontramos en la zona media de Navarra, donde el euskera se dejó de hablar hace tan solo siglo y medio. Es el caso de la zona que va desde Acedo hasta Pamplona, por ejemplo los valles de Lana, Amescua, Puente la Reina… Existen cientos de documentos oficiales donde se recoge que los habitantes de estas zonas son euskaldunes: protestas de los feligreses ante el Obispado al enviarles sacerdotes que no conocen el vascuence, por lo que no se pueden entender y tienen problemas para cumplir sus obligaciones cristianas, abundantes son los documentos de los notarios que dejan constancia de que los documentos habían sido traducidos a la lengua vascongada para que los interesados los pudiesen entender, catecismos manuscritos en euskera… Se trata de documentos de finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX.

El euskera, por tanto, es la lengua habitual hasta el siglo XIX en una gran parte de la geografía navarra, y además donde más población se congregaba, ya que estamos hablando de ciudades como Estella, Sangüesa o Pamplona. Estos documentos son de una gran importancia, ya que una vez desaparecida la lengua, no queda más constancia que la toponimia y los vestigios orales. Es más, el hallazgo de estos documentos, los que demuestran que la población era euskaldún hasta hace tres días, ha sorprendido a una gran parte de la población, ya que una vez desaparecido el idioma, no es fácil que las siguientes generaciones perciban esa pérdida como algo cercano, sino que se tiende a pensar que fue mucho más lejano en el tiempo. Estos documentos y los estudios que se están realizando actualmente dejan patente que la lengua vasca se ha hablado hasta no hace mucho en una gran parte de Navarra, y especialmente nos hace entender mucho mejor lo que ocurre en aquellos lugares donde el uso del euskera se perdió hace cinco o diez siglos.

Y ya por último, y lo más importante, es recordar algo que muchos de los lectores no conocerán o que, si lo conocen, no sabemos por qué razón no se le da la consideración debida, y es ésta: la parte de Navarra donde el euskera nunca ha desaparecido y sigue siendo la lengua propia de sus habitantes. Zona que no es marginal y residual, sino que va desde Olazagutia hasta Bera. Con lo que todavía hoy en día una parte importante de la geografía navarra sigue hablando el idioma de aquellos indígenas que no sucumbieron ni a las invasiones indoeuropeas, ni a los romanos, francos, visigodos, musulmanes ni castellanos.

Este dato, que ha sido ocultado y obviado al resto del Estado español, y sin embargo nos parece crucial para poder entender la situación lingüística navarra. El Gobierno navarro de derechas, no tuvo mejor ocurrencia que dividir Navarra en tres zonas lingüísticas. La Ley Foral del Vascuence se aprobó el 15 de diciembre de 1986, la cual divide a los navarros en la zona vascófona (unos 60.000 habitantes), zona mixta (unos 350.000) y zona no vascófona (220.000). En el año 2001 el 6% de esta zona no vascófona, sin embargo, era vascoparlante, zona en la que no existe enseñanza pública en euskera, por lo que los alumnos que lo deseen hacerlo se ven obligados a desplazarse a colegios de la zona mixta.

Muchas y variadas han sido las críticas hacia el Gobierno de Navarra (Real Academia de la Lengua Vasca, expertos del Consejo de Europa), por no considerar cooficial al euskera en todo el territorio, por dividir la Comunidad Foral en zonas lingüísticas, por discriminar a la población navarra por razón de la lengua, por el incumplimiento de los compromisos adquiridos por España de la Carta Europea de las Lenguas Minoritarias… No entendemos cómo no se quiere reconocer la oficialidad del euskera para Navarra cuando es la lengua propia de su territorio, discriminando a una parte de la población navarra, diferenciando a unos navarros de otros.

https://lavozdenavarra.wordpress.com/2011/12/07/el-euskera-en-nafarroa/