El Archivo de Navarra recuerda el quinto centenario de la muerte de la reina Catalina de Foix

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Cuando se cumple el quinto centenario de la muerte de Catalina de Foix, el Archivo Real y General de Navarra dedica a este aniversario su microexposición del mes de febrero dentro del ciclo Conmemoraciones, con la exhibición de cuatro significativos documentos estrechamente vinculados a la reina.

El 12 de febrero de 1517 fallecía en Mont de Marsán (Francia), al otro lado de los Pirineos, Catalina I de Foix, la última reina privativa de Navarra. Moría apenas unos meses después de que lo hiciera su esposo, Juan III de Albret, en la localidad bearnesa de Monein (Bearne). Alejados de su reino pero a resguardo en sus señoríos patrimoniales franceses, ambos fueron enterrados en la catedral de Lescar junto con otros miembros de su linaje.

La microexposición ‘Fallecimiento de Catalina de Foix (1517)’, de acceso libre y gratuito, permanecerá abierta durante el mes de febrero en la galería baja del Archivo Real y General de Navarra. Los horarios de visita son de lunes a viernes de 8.30 a 14.30 horas y de 17 a 20 horas; los miércoles de 8.30 a 20 horas y los fines de semana y festivos de 11 a 14 horas.

LA REINA CATALINA DE FOIX

Catalina había nacido en 1468 del matrimonio entre Gastón de Foix, hijo de la reina Leonor y heredero por tanto del trono navarro y de Magdalena de Francia, hermana del monarca francés. Era bisnieta de la reina Blanca de Navarra y de Juan II de Aragón y última representante de la estirpe de soberanos navarros de dinastías francesas que hundía sus raíces en el siglo XIII, representados por dinastías como Champaña, Capeto, Evreux, Foix y Albret.

La temprana muerte en 1483 de su hermano Francisco, primogénito del matrimonio de sus padres, que había subido al trono navarro como Francisco I en 1479, convirtió a Catalina en reina de Navarra con tan sólo 15 años. Esa minoría de edad determinó que durante la primera parte de su reinado su madre, Magdalena, ejerciera la regencia, tal y como había hecho también con su otro hijo, el también menor de edad Francisco I.

La microexposición se abre precisamente con un interesante pergamino que contiene un mandato de Leonor I, datado en 1468, referente a una concesión a favor de Luis Enríquez de Lacarra, que había otorgado su padre Juan II años antes. La singularidad del pergamino reside en que posteriormente sería utilizado primero por Magdalena de Francia, como regente de su hijo Francisco, y después por su hija Catalina, como reina, para confirmar dicha concesión.

Por ello, el pergamino contiene en realidad tres documentos distintos en cada uno de los cuales figuran a la finalización del respectivo texto las firmas autógrafas de las tres mujeres que ejercieron sucesivamente el poder político en Navarra: Leonor, Magdalena y Catalina, según ha informado el Gobierno foral en una nota.

LA CORONACIÓN DE LOS REYES

Un año después de subir al trono, Catalina fue desposada con Juan, hijo del señor de Albret. A pesar de haber recibido la corona en edad tan joven, pasaron muchos años hasta que la pareja real pudo pisar su propio reino. Su alejamiento de Navarra venía determinado por la complicada situación en que se encontraba el reino, sumido en las luchas entre los dos bandos irreconciliables de agramonteses y beaumonteses. Después de nueve largos años de reinado desde la distancia, a finales de 1493, Juan III y Catalina I pudieron finalmente cruzar los Pirineos y adentrarse por primera vez en sus dominios peninsulares. Ello fue posible gracias a las arduas negociaciones que realizaron sus tíos, los Reyes Católicos, para alcanzar una tregua en la lucha nobiliaria que logró apaciguar a los beaumonteses.

Unos días después, Juan y Catalina pudieron entrar a Pamplona para ser coronados como reyes de Navarra. La fastuosa ceremonia de coronación tuvo lugar un 12 de enero de 1494 en la catedral de Pamplona. Los monarcas juraron los fueros y fueron ungidos y coronados delante de su pueblo, representado por los más altos dignatarios eclesiásticos, la nobleza y los procuradores de las buenas villas, y en presencia de los embajadores de Castilla y de Francia, cuya sola presencia garantizó la culminación del evento.

De aquel solemne acontecimiento, la última de las coronaciones celebradas en el reino, el Archivo de Navarra conserva una copia del acta que se expone también en la micromuestra y en la que destacan los nombres de los reyes escritos con una letra de mayor tamaño que la del resto del texto.

EL HOSTAL DE LA REINA

Son conocidos los gastos de Catalina de Foix, como cualquier reina de su época, en su hostal, es decir, el conjunto de servicios de palacio destinados a la reina, tales como alimentación o ropa. La microexposición se completa con otros dos documentos otorgados por la reina, en los que se aprecia su firma, relativos a este tipo de gastos de palacio.

Es de destacar que los dos documentos están fechados en Pamplona, siendo más que probable que fueran redactados precisamente en el propio Palacio Real de Pamplona, residencia en la capital navarra de la reina hasta que en el verano de 1512 huyó a sus posesiones al otro lado de los Pirineos al producirse la invasión de Navarra por las tropas del Duque de Alba.

Hoy en día, quinientos años después, el que fuera Palacio Real y morada de los últimos reyes privativos de Navarra, alberga la sede del Archivo de Navarra y custodia estos dos documentos, precisamente en el lugar en el que fueron escritos hace más de cinco siglos.

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