Enhorabuena, pirenaicos

Para los entusiastas de las 7 provincias

El viernes, en el Parlament, la vicepresidenta de la Corporació Catalana de Mitjans Audiovisuals (CCMA), Núria Llorach, compareció ante la Comisión de Control de la actuación de la corporación y anunció que, de ahora en adelante, TV3 y Catalunya Ràdio dejarán de referirse al Alto Pirineo como Pirineo de Lleida, tal como hacían hasta ahora.

Se trata de una reivindicación que se arrastraba desde hace tiempo y que últimamente había tomado más intensidad a raíz de un editorial de Viure als Pirineus, un medio de comunicación que informa básicamente de noticias que tienen que ver con aquellas comarcas. Era un editorial contundente donde se detallaba la incongruencia que significa llamarlo Pirineo de Lleida, una incongruencia que entra en contradicción con lo que dispone el Plan Territorial General de Catalunya y la ley de Veguerías del 2010. Al editorial de Viure als Pirineus se han añadido el Consell Comarcal de l’Alt Urgell y Albert Batalla, alcalde de La Seu d’Urgell. En consecuencia, el libro de estilo que utilizan en Catalunya Ràdio y en TV3 ha quedado modificado, y desde ahora el criterio es: “En contextos geográficos, podemos utilizar Pirineo Occidental, es la denominación que tiene más tradición desde un punto de vista geográfico y la utilizan obras solventes como la Gran Enciclopèdia Catalana. En contextos más administrativos, preferiremos la denominación Alto Pirineo (o Alto Pirineo y Aran), tomando como referencia el Plan Territorial General de Catalunya, de la Generalitat. De acuerdo con el informe del Institut d’Estudis Catalans y otros autores de prestigio (como Joan Coromines), evitaremos la denominación Pirineo de Lleida”.

Excepto alguna degustación de ‘girella’ y ‘freginat’ en Sort, no tengo ningún vínculo con aquellas comarcas, pero siempre que a lo largo de mi vida he oído eso de Pirineo de Lleida se me han revuelto las tripas. No puedo dejar de imaginar la ciudad de Lleida, con la silueta de su ‘Seu Vella’ (‘Catedral Vieja’) sobre un fondo de montañas nevadas justo detrás. Y no es así. En el Segrià no hay montañas, como mucho hay colinas y cerros. Pirineo de Lleida, como Pirineo de Girona, son denominaciones viejas, que responden a la época en la que, antes que ninguna otra cosa, lo que marcaba la pauta eran las sacrosantas provincias. Que continúan omnipresentes salta a la vista. No ha habido forma de borrarlas para impulsar el sistema de veguerías. Durante mucho tiempo, a partir de la autodenominada transición, se hablaba día sí día también de la voluntad de enterrarlas. Ahora todo eso ha caído en el olvido y lo máximo que hace la gente es utilizar eufemismos: “las comarcas de Girona”, “la demarcación de Tarragona”… Como si con esos disimulos ya bastase. ¿Y el cuento de la “provincia única”? Nunca más se supo. Que se haya fracasado en esos intentos no impide que, al menos, desaparezca la barbaridad de “Pirineo de Lleida”, aunque sólo sea para que no nos sangren los oídos cada vez que la oímos.

LA VANGUARDIA