Nabarralde cree que el acto del 3-J contra el Gobierno nace “con voluntad de engaño”

Más de un centenar de personas firman un manifiesto que ve la marcha como una nueva ocasión para “proscribir la realidad vasca” de Navarra

La Fundación Nabarralde ha publicado un manifiesto titulado Navarra con Campión en el que critica que la marcha contra el Gobierno convocada por la oposición (y respaldada por partidos como Falange y los carlistas franquistas) para el próximo 3 de junio es una movilización que nace “con voluntad de engaño” y con la intención de “vaciar de significado la bandera de Navarra” para cargar contra “la realidad vasca de nuestra tierra”.

El manifiesto, dado a conocer ayer, cuenta con la adhesión de más de un centenar de personas, entre las que se encuentran Jose Mari Esparza, Arantzazu Amezaga, Juan Martin Elexpuru e Iñaki Perurena. En él, los firmantes y la asociación cultural consideran un “disparate” la manifestación convocada para el 3 de junio en Pamplona “en defensa de la bandera de Navarra”. Un acto que, a su juicio, “tergiversa la historia y la memoria” de la sociedad navarra, “desprecia la voluntad mayoritaria”, y va “en contra de la bandera de Navarra”, a la que los convocantes “vacían de significado” para enfrentar a los navarros “con una manifestación en contra de la paz y la convivencia” y “en contra de la ikurriña”.

“no defienden la navarridad” Además, Nabarralde alerta que en esencia el 3-J va a favor de “lo más retrógrado, a favor del monolingüismo, la asimilación y de España”, y que el acto cuenta con la adhesión de “fuerzas y grupos hispanos, algunos abiertamente de ultraderecha”, que, según remarca, “nunca” han defendido la navarridad de esos símbolos ni las instituciones actuales.

Por ello denuncia la “voluntad de engaño” que expresa dicha convocatoria, la “falacia” que supone llamar a la concordia “cuando lo que pretenden es dividir a la población, enfrentar la bandera navarra a la ikurriña, marginar el euskera y proscribir la realidad vasca de nuestra tierra” y la “nostalgia enfermiza” que remite a “una sociedad cerrada, que mira al pasado” y “no contempla otro marco de convivencia que la indisoluble unión a España”.

En el manifiesto los firmantes muestran su “preocupación” por “la fractura social” que se impulsa con la manipulación de la simbología, y en este sentido declaran que la convocatoria toma como justificación o excusa la derogación de la Ley de Símbolos de Navarra, que instauró en 2003 el Gobierno de Miguel Sanz y que fue “nefasta para la población navarra”, a la que “dividió”.

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