Sobre «el rey más alto de la historia»

Ayer día 17 de septiembre el sermón dominical que a modo de resumen semanal el señor José Murugarren imparte desde DIARIO DE NAVARRA estaba dedicado de manera mayoritaria al affaire catalán. No obstante, reservaba la traca final de la homilía para hablar de alcaldes. Cualquiera hubiera podido pensar que era un buen momento para que hablase sobre el alcalde de Marcilla, señor Fabo (UPN), que el martes de esa misma semana había tenido una esperpéntica y escandalosa salida de tono, pero él ha preferido acordarse del alcalde de Pamplona, con el que al parecer tiene menos afinidad ideológica.

Y he aquí que, más allá del fondo absolutamente baladí de su crítica, me llama la atención la forma, la “periferia” si se quiere, de su comentario. Porque llevado de su fervor monárquico (el señor Murugarren es muy dado a este tipo de excesos apologéticos), califica al actual rey Felipe VI de Borbón como “el rey más alto de la historia”, por sus 1’97 m. de alto. Así. Y se queda tan tranquilo.

Pasemos por alto que existen testimonios claros y contundentes que indican lo contrario, incluso en la casa real de Aragón, con el caso de Jaime I. Lo realmente curioso es que quien pontifica y rezuma navarridad desde las alturas de su página semanal no haya oído hablar del rey Sancho VII el Fuerte de Navarra, que según quienes han trazado su perfil antropométrico sobrepasaba muy ampliamente los 2 metros de alto.

El señor Murugarren ya nos tiene acostumbrados a hacernos semanalmente partícipes de sus indisimuladas pasiones políticas. Que nos haga partícipes de la ignorancia que sobre algunos temas tiene es una decepcionante novedad.

 

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