¿Quién engaña a quién? Cinco preguntas con respuesta

En estas últimas horas asistimos a una enorme campaña de desprestigio del independentismo, la llamada #MediaStorm, basada en afirmar que el govern engañó a la ciudadanía cuando le dijo que la independencia era posible. Agarrándose a frases descontextualizadas de políticos soberanistas, y manipulándolas, se intenta crear la impresión de que en realidad el proceso independentista ha sido una farsa y que no había nada preparado. Esto no es cierto y sólo pretende alterar el estado de ánimo de los votantes.

El hecho es que están preocupados por lo que vieron el sábado en Barcelona y temen que, a pesar de la enorme represión abocada contra Cataluña desde septiembre, el independentismo gane las elecciones aún por más margen que el 27-S. En estas circunstancias es de manual que si quieren evitarlo no les basta, con sus votos. Hoy la única manera de conseguir que no gane el independentismo es rebajando el número de votantes soberanistas: o bien a base de inhabilitaciones y prohibiciones, que es algo que no deberíamos descartar, o bien a base de erosionar el movimiento. Y por ahí va todo esto que vemos y lo que veremos más adelante. Claro y catalán: buscan la manera que nos desencantemos y no vayamos a votar porque saben que si van todos los independentistas, ellos no tienen nada que hacer.

Trataré de explicarme respondiendo a cinco preguntas.

 

1. Un poco de sentido común, primero: si todo era una farsa, ¿cómo es que se proclamó la independencia?

Ya sé que la pregunta es casi de parvulario, pero la manipulación ha llegado hasta ese extremo. ¿Cómo puede ser una farsa hacer lo que habían prometido que harían? Si se proclamó la independencia -como se hizo-, entonces, ¿dónde está el engaño? ¿Que la victoria aún no es completa? ¿Y quién dice que esto se haya acabado y que los independentistas hayamos perdido? Es sencillo: lo dicen los que decían que esto no pasaría. Lo dicen quienes decían que los políticos catalanes no se atreverían a dar el paso. Lo dicen los que decían que el independentismo no ganaría las elecciones. Lo dicen los que decían que no habría referéndum. Lo dicen quienes van contra la independencia y utilizan cualquier excusa para oponerse a ella. Y la pregunta es ¿qué credibilidad tienen precisamente ellos para hacer acusaciones de farsa y engaño?

 

2. Una aclaración: ¿qué pasó en octubre?

La expresión de Sergi Sabrià en el sentido de que el govern no estaba ‘preparado’ para lo que sucedió después de la proclamación de la independencia ha servido de gran argumento para desencadenar la campaña que ahora vivimos. Sus declaraciones han sido sacadas de contexto y manipuladas, al igual que las declaraciones del presidente Puigdemont en Le Soir (https://www.vilaweb.cat/noticies/desintoxicacio-que-ha-dit-realment-puigdemont-a-le-soir-sobre-una-altra-solucio-a-la-independencia/) y las de Joan Tardà (https://www.vilaweb.cat/noticies/desintoxicacio-que-ha-dit-realment-tarda-sobre-la-majoria-social-independentista-i-com-sha-manipulat/) en el sentido de que hay que seguir aumentando la mayoría independentista.

Repasemos los hechos. El golpe de estado del 20 de septiembre, con la detención de cargos importantes de Vicepresidencia y Economía, malogró la preparación del referéndum. Parecía que no se podría hacer pero en diez días se montó de nuevo. Y el primero de octubre votamos pero vivimos una represión nunca vista y una agresión impropia de un régimen democrático. El govern entendió entonces dos cosas. La primera, que debía proclamar la República precisamente para dar respuesta a la heroicidad de la gente. La segunda, que el Estado español sería mucho más violento de lo que se preveía.

Y entonces llegó la aplicación de eso que llaman el 155, que no lo es. La reacción a la aplicación del 155 estaba a punto, preparada y documentada, pero es que resulta que no aplicaron el 155. Fueron mucho más allá de lo que deja hacer el 155, violaron su constitución completamente y aplicaron cosas que no sólo no estaban previstas, sino que habían sido descartadas de manera explícita y prohibidas por los mismos constituyentes españoles que, por ejemplo, dejaron escrito que no era posible la disolución del parlamento. Y actuaciones como ésta, era impensable que el PP pudiera llevarlas a la práctica. Porque son completamente ilegales, pero sobre todo porque todo el mundo pensaba que el PSOE no aceptaría una violación tan flagrante de la constitución y que Europa tampoco se avendría a ello. Pero resulta que pasó.

Y el día de la proclamación de la independencia, en vista de la nueva situación creada por la violación flagrante de la constitución española, el presidente Puigdemont tomó una decisión. Que la nueva república no nacería del enfrentamiento armado entre las policías española y catalana y que había que negociar. En este punto la consejera Ponsatí sí ha hecho una crítica razonable y muy interesante, cuando se ha preguntado si la estrategia negociadora del presidente era la adecuada. Pero, en este caso, al final, no hablamos sino de una decisión estratégica. Si el presidente hubiera dado a los Mossos la orden de defender la población -cosa que estaba preparada-, ¿dónde estaríamos ahora?

¿Cataluña tenía que haber previsto que España incluso violaría gravemente su constitución y que el PSOE y la Unión Europea aceptarían y aplaudirían un hecho tan grave e inaudito como éste? En serio? ¿Es eso lo que se reprocha al gobierno catalán? Pues si es eso, tiene poco que ver con el hecho de estar preparados o no y, digámoslo claro, no es ningún engaño a los electores. Si acaso, quien engaña es quien viola la constitución después de pasar el día diciendo que es intocable y que hay que cumplirla en todo momento y en toda circunstancia.

 

3. La gran cuestión: pero, ¿la República estaba preparada o no?

Claro que sí. Si la Generalitat rindió la administración fue únicamente como respuesta a la violencia del Estado español y por la voluntad de evitar problemas a los funcionarios y peligros a la población civil. ¿Pero habría funcionado la República si el Estado no hubiera reaccionado con tanta violencia? Sí. La hacienda estaba preparada, la diplomacia estaba preparada y los Mossos estaban preparados. Los Mossos, como habían demostrado durante los atentados yihadistas, podían tener y conservar el control del territorio, y había países dispuestos a reconocer el nuevo Estado. Tan obvios y evidentes que no hace falta ni mencionarlos porque incluso los antiindependentistas saben cuáles son.

Los que dicen que no se había preparado nada esconden hechos tan tangibles como el despliegue de la hacienda propia, completado -aunque abortado por medio de otra medida ilegal: la intervención de las cuentas bancarias de la Generalitat. El despliegue de la diplomacia catalana, por otra parte, era tan evidente y tan activo que lo primero que ha hecho el gobierno español nada más ocupar la Generalitat es desmantelar Asuntos Exteriores. Y, en cuanto a la capacidad de los Mossos, insisto en poner de referencia todo lo que pasó tras el ataque yihadista y la crisis brutal que se desencadenó con el gobierno español por aquellos hechos. Pueden decir que quieran, pero el trabajo había sido hecho.

 

4. Un poco de perspectiva: ¿quién dice que la República ha fracasado? ¿Cómo continuará viva después de las elecciones?

Imaginemos que los partidos independentistas ganan las elecciones. Imaginemos que obtienen la mayoría en el parlamento. Imaginemos, puestos a imaginar, que superan la barrera del 50% de los votos. No es una perspectiva extraña ni tan difícil. Imaginemos que, hecho esto, el parlamento impulsa el proceso constituyente y comienza a aplicar la ley de transitoriedad. Y que la calle se moviliza en la línea del día 3 de octubre o del miércoles de la semana pasada. ¿Qué pasa entonces?

La República está viva. El gobierno existe y una buena parte de la población lo apoya. Incluso dentro de la administración, y esto es muy importante, comienza a expresar la resistencia a la ocupación de la Generalitat por el PP. Si el parlamento impulsa el proceso constituyente será porque la República ha sido proclamada y la ley de transitoriedad está vigente -por más que el Constitucional español haya emitido una opinión contraria-. La prueba será indiscutible. Y entonces, ¿cómo reaccionará el gobierno español? Rajoy dice que volverá a aplicar el 155 y volverá a disolver el parlamento. ¿Pero a qué precio? Para hacerlo la primera vez ha necesitado el apoyo total y absoluto del PSOE y de las instituciones europeas. ¿Lo tendrá para una segunda disolución? Del PSOE, no espero nada, pero la tensión en Europa subiría muchos grados. ¿O es que no hay nadie capaz de defender que hoy Europa mira a Cataluña con los mismos ojos que la miraba a finales de septiembre? La cuestión no es convocar elecciones sino ganarlas y hoy el independentismo parece más reforzado que hace dos meses. ¿Cuánta arbitrariedad más podrá soportar Europa? ¿Cuánta crisis podrá soportar España?

(Atención, por cierto, que ayer el Ibex ya bajó de los 10.000 puntos tras encadenar diez días seguidos de bajadas y volvió al punto donde había caído por la huelga general del 3 de octubre, es decir, perdió todo lo ganado tras la aplicación del 155. Parece que no se fían…)

Hay quien, en vista de ello, pregunta si no habría otro camino que volver a ganar las elecciones. Yo no lo veo. Pero, sea como fuere, la pregunta es otra: y si nos rendimos y perdemos las elecciones, ¿qué sacamos? ¿Es que Cataluña estaría mejor en manos del tripartito unionista? ¿Es que se resolverá alguno de los problemas que nos ha traído hasta aquí?

5 Y que no nos pase por alto: el cinismo es digno de ser denunciado

La independencia estaba preparada y si no se ha concretado más hasta ahora ha sido por la agresión y la represión brutales que España descargó en Cataluña. Por eso es de un enorme cinismo guarecerse tras las porras de la Guardia Civil, aprovecharse de los barrotes de los Jordis y guarecerse en el refugio de la arbitrariedad judicial y política para denostar a quienes han luchado para hacer la República y han cumplido la tarea para la que fueron votados. De modo que lecciones de quienes han hecho, hacen y harán cualquier cosa para impedir la República ni una, ni media, ni ninguna. Que se les ve demasiado el plumero…

PD. Y mientras siguen sin querer entender que la calle dirige el movimiento independentista. Y vuelven a repetir el esquema que habiendo expulsado a Mas se acaba el independentismo. Como si la declaración de este político o aquel pudiera deshacer la ola que inundó Barcelona el sábado 4. Qué ganas de no entender nada.

VILAWEB