Iñaki Agirre, realizador del documental «Haizea eta Sustraiak»: «Cuando se pierde la memoria se pierde el futuro»

Iñaki Agirre Errazkin es el realizador del documental «Haizea eta Sustraiak», un intento de recuperar la memoria de lo que sucedió un 27 de setiembre de 1975, en aquella madrugada en la que el régimen franquista fusiló a cinco jóvenes militantes opositores cuyos nombres, como contará Alberti, serán los clavos del féretro del dictador: Jon Paredes «Txiki», Anjel Otaegi, Humberto Baena, Ramón García Sanz y José Luis Sánchez Bravo.

El documental realizado por Iñaki Agirre recoge durante 90 minutos una treintena de testimonios de quienes vivieron en primera persona aquellos asesinatos y la farsa que les precedió: familias, amigos, abogados van desfilando ante la cámara para contar sus recuerdos hasta que llegó el tiro de gracia. Fue «al alba» como canta Luis Eduardo Aute y lo cuenta al principio y al final de la película Jon Maia, el vasco hijo de emigrantes y txapeldun de bertsolaris. Iñaki Agirre nos lo contó así para izaronews:

(Los párrafos en cursiva se corresponden con apuntes de la entrevistadora recogidos del documental)

P.- ¿Cómo surge la idea de hacer el documental?

R.- Somos un grupo de amigos que nos constituimos en asociación «Haizea eta Sustraiak» y a quienes nos une la lucha antifranquista y la militancia en la cárcel. Inmigración y memoria histórica son cuestiones por las que se mueven la mayor parte de nuestros debates y a partir de ahí consideramos que la figura de Txiki cumple todos los requisitos, es un símbolo del emigrante, que se integra.

«Hay parlamentarios que le tuvieron en su casa, le ayudaron, y ahora están allá arriba. Fue un luchador por la clase obrera, un antifranquista y ahora ¿es un terrorista?. Yo no les entiendo» (Diego Paredes, hermano pequeño de Txiki)

P.-Txiki llega a Zarautz con ocho años

R.- Sí, era pastor con su padre, desde los cinco años, llega con el boom de la industrialización, en un momento en el que el número de inmigrantes se incrementa en un 40% y eso supone un choque cultural tremendo. Todavía estamos percibiendo ese golpe, ese choque de culturas, sólo hace falta pasearse por localidades como Eibar o Ermua. Pero aunque Txiki es una persona que culturalmente no ha entendido otra cosa que el concepto de España, llega aquí y decide integrarse. Es un ejemplo de tolerancia, un modelo incluso para los nuevos emigrantes. Me consta que el de los emigrantes era uno de los temas de sus reflexiones.

Si algo llama la atención en la época es la convivencia entre inmigrantes y nativos. No hay relaciones xenófobas, como sí las hubo a finales del XIX. (Francisco Letamendia «Ortzi»)

P.- Y el Che Guevara es uno de sus referentes

R.- Yo no he querido dar mi opinión, pero como investigador, curioso, si dejó ver cinco fotos en las que Txiki aparece con la camiseta del Che Guevara. Cinco fotos en cinco sitios distintos, en un tiempo en el que no es habitual vestir una camiseta del Che. En todas está sólo y eso me indica el peso que tuvo su figura. Lo mío es una licencia, un permiso que me tomo para sugerir.

Estabamos en Barcelona mirando para unos atracos porque estaba lo de la fuga de Segovia y salieron la policía y empezamos a tiros. (Iñaki Pérez Beotegi «Wilson»)

P.- Haizea eta Sustraiak ¿por qué así?

R.- Haizea es Txiki. Fue su testamento, «soy viento de libertad». A través de su vida nos adentramos en los últimos fusilamientos del franquismo. Su historia, sus amigos y sus sueños de libertad, mientras otros sepultan la memoria en la fosa común del olvido. Son testimonios aún no borrados bajo el interesado manto del olvido. Es historia viva, es parte de nuestra propia historia.

«Después de cinco días de torturas se le hace causa aparte, un proceso sumarísimo. Entonces le queda claro «van a por mi». Desde ese momento se ve que la intención es la pena de muerte». (Jordi Oliveras, abogado)

P.- Y ¿sustraiak?

R.- Otaegui es el contrapunto de Txiki. Hijo de madre soltera, nacido en las entrañas de Euskalerria, deportista. Es un cabeza de turco, como le dice a su madre «yo no he matado a nadie». Hoy en día se tienen los suficientes datos para saber que él no era el autor del asesinato del policia. De Otaegi llama la atención su personalidad, era un tío silencioso, callado, era un colaborador, no un militante como Txiki. Murió sólo, digamos que porque su abogado tenia dolor de cabeza.

Se lo dijó a su ama, momentos antes de ser fusilado «Ama, yo no he matado a nadie» (Mertxe Otaegi, tía de Anjel)

P.- Txiki, Otaegi, Humberto Baena…¿son víctimas?

R.- Son las víctimas innombrables. Nosotros les estamos poniendo rostro. Están olvidados por la inmensa mayoría del país, y lo están porque así se ha querido intencionadamente, porque se pretende meter debajo de la alfombra acontecimientos que no interesan al poder. La memoria de Txiki y Otaegi, y más incluso, la de los 30.000 fusilados por el régimen franquista.

«Si los condenas a muerte. Si los matas, ellos serán los seis clavos de tu caja. Mueran o no tú estás ya muerto, muerto ya, en la tapa de tu caja hay seis clavos».( La poesía es de Rafael Alberti y va dirigida a Franco. La recuerda el abogado Miguel Castells en una de sus intervenciones en la película. Franco murió dos meses después de los fusilamientos).

P.- ¿Por qué ese olvido?

R.- Son situaciones incómodas, rostros de personas, ciudadanos normales y corrientes, son las víctimas del poder, gente que no tuvo a un abogado cuando fueron detenidos, que estuvieron más de un mes incomunicados, que sólo pudieron hablar durante el juicio. Ten en cuenta que la transición es un pacto de silencio entre socialdemócratas, incluso parte del PC se sumó al acuerdo. Se sabe que el PC prohibió a sus abogados defender a los acusados del FRAP, pero hay cosas que todavía se callan.

Tras los fusilamientos, en Zarautz, donde vivía Txiki, todo el mundo salió a la calle. En el extranjero la respuesta fue incluso superior que tras el Proceso de Burgos. Hay estadistas como Olof Palme que se dirigen a Franco y a su régimen como «esos malditos criminales».

P.- Veo que además de tu trabajo como realizador te interesa la historia, te tomas en serio esto de la investigación

R.- Tengo memoria (Iñaki lo dice serio, casi sin dejarme terminar la pregunta), pero sí soy un poco ratón de biblioteca. Porque cuando se pierde la memoria se pierde el futuro. Lo habrá dicho más gente, algo parecido, si no se sabe de donde sale esto, de qué conflicto surge…

Los fusilamientos son la respuesta del régimen a las movilizaciones, un escarmiento a la oposición en un momento de debilidad política del régimen.( Doris Benegas, abogada).

P.- ¿Habeis tenido alguna subvención del Gobierno para hacer el documental?

R.- ¿Como se hace eso? No. Está hecho con ganas, con mucho trabajo voluntario, robando horas de aquí y de allá.

P.- Sabrás que algunos jueces de la Audiencia Nacional quieren quitar de algunas calles los nombres de Txiki y Otaegi

R.- Y estoy pasmado. Euskadi debe ser muy diferente. El año pasado estuvimos, Haizea eta Sustraiak, con militantes del PSOE, de ERC, organizaciones de Derechos Humanos en Catalunya: Allí se celebraron actos de homenaje. Es curioso que se puedan celebrar en Catalunya y aquí no. ¿Las calles? si se han puesto es porque la gente lo ha querido y si se quitan a punta de bayoneta más pronto o más tarde se volverán a poner.

Le ataron a una especie de trípode … le hice la señal de la victoria … empezó a cantar Eusko Gudariak y con la primera estrofa le tiraron la descarga. Cayó cantando. Luego le pegaron el tiro de gracia y si no es por los abogados hago una pirula de un par de narices. La historia es que se fue. Un chaval que era un idealista, como éramos entonces… (Mikel Paredes, hermano de Txiki)

P.- ¿Y la nueva ley que va a hacer el Gobierno para las víctimas olvidadas?

R.- Tampoco la nueva ley incluye a estas víctimas del poder en la transición. Y es un grave error, porque si pretendemos que se solucionen las cosas, que haya comunicación, diálogo, que no haya violencia, algo fundamental es el reconocimiento de las víctimas de ambas partes. Y la nueva ley tampoco abre puertas. Las cierra. Txiki, Otaegi y los fusilados en 27 de setiembre eran personas. También les gustaba escalar, ir al monte, irse de juerga, estar con su familia. También eran personas. Son iguales que las otras víctimas, las reconocidas. Pero es una constante de los Gobiernos anular a parte de las víctimas.

P.- Eran muchos los detenidos, pero el régimen franquista ¿eligió a sus víctimas?

R.- El régimen franquista eligió a sus cinco víctimas para dar un castigo, un baño de sangre en un momento en el que estaba en su peor situacion. Para dar ejemplo, para evitar movilizaciones y sobresaltos en la transición. Se da un castigo ejemplar. Para que nadie se rebelase. Intentan amedrentar para que en la transición no se diesen grandes movimientos sociales, pero sin excederse, para que los franquistas se pudiesen vestir de largo en el futuro, para que los franquistas llegaran a la negociaicion en la mejor situacion posible.

Mañana cuando yo muera no me vengais a llorar. Nunca estaré bajo tierra soy viento de libertad (Jon Paredes Manot «Txiki).