Más luz para iluminar una historia oscura

El surco de Babel

Edit. Arabera

Jon Nikolas

El surco de Babel

Arabera
Género: Ensayo histórico
Idioma: castellano
Nº de pág: 395
ISBN: 978-84-95774-22-4

El nuevo título que presento con ARABERA, “El surco de Babel”, es ante todo una reflexión crítica de los silencios propios de sanedrines académicos y universitarios. Es el segundo tomo de una trilogía que insiste en seguir con la tesis del nacimiento de las nacionalidades y su peculiar formación y desarrollo alumbrando los elementos que le son propios: identidad, territorio, lengua, recursos e historia. El ensayo descubre a la nación, Euskal Herria, como razón de la formación del Estado de los vascos, Vasconia antes que Nabarra Estado europeo.

“El surco de Babel” está relacionado con un marco de acontecimientos objetivos que han hecho invisible a Euskal Herria en la historia de nuestro pasado. Es por esto que pretende llenar un espacio de la historia por donde las sombras extendidas por los invasores arios, romanos, visigodos o francos, hacen irreconocible al pueblo del euskara. El surco marcado por una trayectoria de milenios es la huella de la toponimia labrada en la corteza de la geografía de Euskal Herria por el euskara. Un rastro anterior al repliegue como pueblo de unos confines más extensos ante la presión y el avance de los conquistadores arios iniciado hace XXI siglos.

El trabajo que NABARRALDE viene realizando ha supuesto la puesta al día de la historia de Nabarra como Estado de los vascos. Ha centrado metodológicamente el problema vasco al margen de la ensoñación del pactismo como sistema de organización política que nunca fue. La geografía del Estado nabarro aparece así con perfiles bien definidos desde sus contornos marítimos más occidentales hasta la referencia de la libertad de sus gentes. Sus estudios históricos siguen consolidando la realidad de Euskal Herria. Una existencia dura y comprometida en un territorio azotado por todos los vientos de la agresión permanente; una geopolítica nacional y territorial donde los castillos de Nabarra son testigos de la firmeza y decisión de nuestra continuidad como pueblo. Una nación que quiere un futuro para su lengua, su cultura, sus gentes, esforzándose ante el desafío por construir el Estado independiente, donde se haga visible la concordia y la solidaridad para todos.

El libro que se presenta pretende aportar luz a una historia que los autores españoles, básicamente, consideran un tiempo oscuro. Y sin embargo, la historia de una serie de acontecimientos que se suceden en el territorio de Euskal Herria son aportaciones de autores grecolatinos y escribanos posteriores de la Alta Edad Media. Son los autores modernos, españoles primordialmente, quienes se alzan revestidos del hegemonismo imperialista y doctrinario de su  doctor egregius Isidoro, e insisten en negarnos la propia existencia como pueblo. Un despropósito de su falta de rigor histórico ante el hecho de que los vascos somos, quizá, los únicos supervivientes de una Europa anterior al rapto de la misma por los arios. Sus argumentos, dicen, es que los vascos no aportamos tesoros manuscritos, ni crónicas aduladoras, a pesar de que contamos con las palabras que reflejan en euskara el proceso vivo de la oralidad.

“El surco de Babel” es el segundo libro de un ensayo que nos introduce en el cauce de la historia tras los pasos de los últimos milenios de un espacio temporal. Allí donde el aislamiento en los nichos ecológicos y culturales del Paleolítico dio lugar al origen de las distintas nacionalidades. Es la continuación de “Arquitectura de las naciones”, primero de la trilogía.

No es ocioso reconocer que el trabajo en comunidad como base de la relación nacionalitaria es el resultado de la ayuda mutua donde el yo individual sigue construyendo el yo colectivo. El AUZOLAN es la práctica de la solidaridad, el AUZALORRA es el lugar común que aporta los recursos para desarrollar las potencialidades en la igualdad de oportunidades desde la responsabilidad en el trabajo. Con el avance de la cultura del hierro, Euskal Herria se sumo al progreso de las naciones interiorizando en el pensamiento y el euskara la historia de la palabra y su propia etimología.

Euskal Herria sufrió en sus comunidades la tragedia de la primera invasión de la historia, el avance arrollador de los guerreros arios en su afán de conquista. Supo oponerse a los movimientos arios de la vanguardia celta pero tuvo que padecer la conquista romana. Las derrotas, muerte y desolación a manos de las legiones romanas se dieron en ambas vertientes de AUÑAMENDI, BORTUETA, Pyrenæus.

La geografía de la conquista romana hizo de Euskal Herria provincia, ‘país de conquista’, según Cicerón. Los generales romanos Cneo Pompeyo y César comandaron las legiones invasoras con éxito. El primero, desde su campamento de invierno instalado en IRUÑA, Pompeluna, destruyó las ciudades del ámbito de los vascones. La ruina y total destrucción de Uxama y Calagurris y la muerte de sus habitantes fue el tributo de sangre que se cobraron los romanos de manera implacable. In provincia redigere, escribió César, esto es, ‘reducir a provincia’, quitar a la nación vencida sus leyes y gobierno, y sujetarla a las leyes y a un magistrado romano, haciéndola tributaria. El propio César dejó escrito que la conquista de la nación que llamó Aquitania era la tercera parte de las Gallias y tenía una lengua distinta de los galos (celtas). También reconoce que la conquista de Aquitania se desarrolló desde primavera hasta que llegó el invierno; y sus legiones, después de matar a treinta y siete mil (37.500) vascones y aquitanos arrasando a sangre y fuego el territorio, sometieron a los supervivientes bajo la pax romana.

Después de estos trágicos hechos cesó toda lucha organizada contra los invasores y los vascones y aquitanos no participaron en los levantamientos posteriores de los galos-celtas. Mantuvieron la separación en provincias diferenciadas pagando el tributo a Roma de forma autónoma. Sin mayor rasgo de soberanía, todos los pasos dados por vascones y aquitanos marcan su identidad diferenciada. El concierto económico para el pago del tributo como pueblo viene, pues, de lejos. La autonomía de los vascones o aquitanos dentro del conjunto general de las Gallias permitió el renacimiento de una ‘provincia’, trescientos años más tarde, con un crecimiento  sostenido de población y cultura.

Sin embargo, durante los siglos III-V la historia de los bagaudes contextualiza  los límites territoriales de Euskal Herria desde el Iberus Fluv. hasta situarse por encima del antiguo Perigord. Era el territorio de la bagaudia, la antigua Euskal Herria, esto es, el territorio del pueblo que hablaba euskara o eskuara. Todos los historiadores coinciden en que la romanización en la bagaudia fue escasa entre sus gentes. El Imperio romano se hallaba en fase de decadencia y sometido a una grave crisis social y política, que llevó hacia el año 395 a la misma desmembración con la división del Imperio de Occidente y el Imperio de Oriente.

En aquella época de grave crisis social y económica, en la que los impuestos ahogaban a las gentes humildes, los saqueos de las tropas romanas eran habituales y las enfermedades y el hambre se extendían, se explica la existencia de los bagaudes. En definitiva, la consolidación del territorio de los bagaudes, la bagaudia, fue la respuesta de un pueblo, donde un grupo de gentes se sublevaron contra el orden público establecido por el Imperio romano. Por las razones comunes en estos casos, cuando la miseria, la falta de libertad y las diferencias de clases, hacen insostenible la convivencia en el respeto que exige la dignidad humana.

Frente a las tradicionales interpretaciones extrahistóricas de la historia de España (presentes en las obras de autores como Sánchez-Albornoz, Américo Castro o Martín Duque) ésta interpretación está defendida por los profesores Abilio Barbero y Marcelo Vigil. Estos historiadores se han atrevido a manifestar, incluso, que el fenómeno de la bagaudia es el antecedente histórico del independentismo vasco. Antes que los Estados de Vasconia, el reino de Pamplona, luego reino de Navarra.

Publicado por Nabarralde-k argitaratua