Atapuerca, 1 de Septiembre de 2012

Atapuerca, 1 de Septiembre de 2012.

 

Nafarroako lurraldetasunari buruzko zenbait gogoeta .

 

Declaración de MartinTtipia Kultur Elkartea y Navarrate Taldea en la visita que se realizó el pasado 1 de septiembre a las campas de Atapuerca, en recuerdo y homenaje a los navarros que lucharon en defensa de su Estado.

 

Ongi etorriak izan zaitezte Atapuerkara, Nafarroako leku maitagarri eta ahantzezin honetara.

Duela 958 urteko irailaren lehenengo egunean, hementxe bertan zorigaiztoko bataila gertatu zen, Nafarroako erregea eta hainbat nafar beren lurraldearn eta estaduaren defentsan borrokatu eta bizia eman zutelarik.

Garai hartako Nafarroa honaino iristen zen eta guzti honek denbora hobe batzuren aierupena dakarkiguke. Oraingo lurraldetasunarekin erkatuz, batetik CFN bestetik CAV, Trevino eta Turtzioz gaztelarrak izaten jarraitzen dutela kontutan izanik, tamalgarria , lotsagarria eta etsigarria da.

Hanbaterainoko txikitasunera, hanbaterainoko suntsiketara eta zatiketara , hanbaterainoko ipargalketara eta hondamenera etsaiak eraman gaitun! Atzar gaiten nafarrok!

Gaur Atapuerkara etorri gera hango batailan gure lurraldetasunaren defentsan erori zirenen aldeko omenaldi xume baino hunkigarria egitera.

Bihoa jarraian irakurriko deguna beren oroimenez eta omenez.

 

La época de Sancho III el Mayor fue importante porque en ella se alcanzan las fronteras naturales de Vasconia, aquellas que comprenden, teniendo como eje la cordillera pirenaica, desde el nacimiento del Ebro hasta el del Garona, con límite por el norte en el curso de este río y por el sur en la cordillera Ibérica.

Sancho III reinó en Pamplona entre los años 1004 y 1035. Por el oeste consolidó los límites de Vasconia, tras siglos de lucha contra visigodos y asturleoneses, en la línea del río Miera, la Peña Amaia, que como sabemos significa final o confín, y los Montes de Oka. Queda así delimitada con claridad la frontera entre el Reino de Pamplona y el condado de Castilla. No podemos olvidar que nuestro rey Sancho III era bisnieto del conde Fernán González y cuñado del conde García de Castilla y del rey Alfonso V de León. Navarra históricamente había mantenido, con gran habilidad política, al condado de Castilla como un estado tapón frente a las amenazas expansivas del Reino de León.

Por el sur, el reino de Pamplona abarca toda Rioja, hasta el cerro de Garrai, donde se ubicaba la antigua Numancia, quedando las tierras al sur del Duero para Castilla. La frontera con el Reino musulmán de Zaragoza se apoyaba en una sólida línea fortificada a lo largo del río Aragón, con Caparroso y Zaharragaztelu (Çarcastillo), y de allí por Uncastillo, Luesia, Biel, Agüero y Murillo de Gállego hasta Loarre. Por el Pirineo el Reino de Pamplona abarca Sobrarbe y Ribagorza hasta, como se ha dicho, las fuentes del Garona en la Val d’Aran. Al norte el ducado de Gascuña, regido por Sancho Guillermo, era vasallo del rey de Pamplona, con quien el duque estaba emparentado.

La frontera  en los Montes de Oka venía señalada por el Olmo de Burgos o de Atapuerca, Ateburga, Puerta de Burgos, uno de los árboles malatos, al llegar a los cuales era costumbre, en cumplimiento del derecho pirenaico, que los vascones clavasen la espada o el hacha y renunciasen a seguir avanzando, pues consideraban que el territorio en adelante no les pertenecía.

Sancho III dispuso que a su muerte los territorios del Reino de Pamplona fuesen gobernados por sus hijos, siendo su sucesor, como rey, García, el mayor de sus hijos legítimos, que estableció su capital en Nájera. Su hijo mayor, natural y reconocido, hijo de Sancha de Aibar, recibió el gobierno de Aragón; Gonzalo, el tercer hijo, recibió el gobierno de Sobrarbe y Ribagorza; el segundo hijo, Fernando, había heredado de su madre  en 1029 el Condado de Castilla en sus precisos límites, es decir, entre los ríos Arlanzón y Duero, hasta su cabecera por el este y hasta el río Cea por el oeste, y al norte hasta la Peña Amaia.

García apoyó a su hermano Fernando para recuperar los territorios entre los ríos Pisuerga y Cea, de los que se había apropiado el rey Bermudo III de León, cuñado del conde de Castilla. En el enfrentamiento, ocurrido en Tamarón, unos 15 kilómetros al oeste de Burgos, en 1037, Bermudo muere y Fernando es proclamado rey de León. Tras este suceso, Fernando reconoce a García su soberanía sobre los territorios antes citados.

El año 1054, Fernando se enfrentará a su hermano García por estos territorios. Al parecer fue instigado a ello por el clero castellano, ya que el rey García había hecho pasar los territorios occidentales de su reino, de la diócesis de Burgos a la de Nájera, suprimiendo la diócesis de Valpuesta.

El enfrentamiento se produjo el 1 de septiembre entre Atapuerca y Agés, resultando muerto el rey García. Sobre el mismo campo de batalla es proclamado rey su hijo Sancho, de catorce años de edad. El cuerpo del monarca es trasladado para su enterramiento a Nájera, pero se le extraen las entrañas para retardar la descomposición del cuerpo. Éstas se entierran en la entrada de la iglesia de Santa Eulalia de Agés.

Las fronteras permanecieron más o menos estables hasta la muerte del rey Fernando en 1065, excepto algunos territorios en los valles de los ríos Ubierna y Urbeltz que, influenciados por los monasterios, se pasan a Castilla. En estas circunstancias influyen también los deseos de los monjes de Oña por independizarse de los de San Millán. La paulatina conquista se materializó por la ambición de los señores de la zona, alentados a ello por la política del reino de León. Por otra parte, Fernando dejó establecido que, a su muerte, su hijo Alfonso heredase León y su hijo Sancho Castilla, lo que originó una guerra fratricida que acabó con la muerte de Sancho de Castilla en 1072.

El primer gran mordisco al Reino de Pamplona tendría lugar en 1076, con el asesinato del rey Sancho IV en Peñalén, debido a una conjura urdida por el rey de León y Castilla Alfonso VI, instrumentada por los hermanos del rey navarro, los traidores Ramón y Ermesinda.

 

Todo lo anterior es historia. Nuestra presencia este año entre Atapuerca y Agés, reivindica la realidad de un espacio natural, que no es otro que el de la antigua Vasconia, que la historia ha conocido como Navarra. Ante la descomposición tanto del sistema liberal-capitalista que nos ha sometido hasta ahora, como del ente político llamado España, fracasado desde sus inicios, nosotros reivindicamos la reinstauración del estado vascón de Navarra, con sus límites naturales consagrados por la historia, entre el Garona y el Ebro, en ambas vertientes del Pirineo, regido por los principios del derecho pirenaico. Eso es lo que nos exige la naturaleza de las cosas.

 

 

NAVARRATE TALDEA

MARTIN TTIPIA KULTUR ELKARTEA