Las nueve claves para entender el anuncio del referéndum del 1 de octubre

El presidente Carles Puigdemont ha anunciado que el referéndum sobre la independencia se hará el 1 de octubre, con la pregunta ‘¿Desea que Cataluña sea un Estado independiente en forma de república?’ El anuncio se ha hecho pasadas las diez de la mañana en el Patio de los Naranjos del Palau de la Generalitat. Han estado presentes los diputados de la mayoría parlamentaria independentista, los miembros de la mesa favorables al derecho de autodeterminación y los consejeros del gobierno. Analizamos algunos elementos del anuncio para sacar unas cuantas conclusiones.

 

Puigdemont-Junqueras

La puesta en escena no ha sido improvisada. Tampoco el hecho de que hubiera intervención de Junqueras antes de Puigdemont. La presencia de los diputados de la mayoría parlamentaria es un mensaje claro: no se convoca el referéndum por un capricho del presidente o del gobierno, sino por mandato electoral con un apoyo mayoritario. Además, se ha mostrado de manera más limpia que nunca la unidad que simbolizan el presidente y el vicepresidente. De alguna manera, Puigdemont y Junqueras se han conjurado públicamente por dos cosas: hacer el referéndum asumiendo las consecuencias que tenga y ejecutar el resultado como un mandato inexcusable.

 

Ni el 24 ni el 8

Finalmente, la fecha elegida ha sido el primer día de octubre. Se había hablado siempre de la segunda quincena de septiembre. Pero el 17 de septiembre dejaba poco margen para la campaña, y el día 24 es la fiesta de la Mercè en Barcelona, una coincidencia nada recomendable para una buena participación. Últimamente, se había especulado también con la posibilidad del 8 de octubre. Puigdemont, Junqueras, Munté y Romeva -sus equipos- han considerado que era necesario no alejarse tanto del compromiso adquirido en la cuestión de confianza hace nueve meses.

 

En forma de república

Otra incógnita era la pregunta. ‘¿Desea que Cataluña sea un Estado independiente en forma de república?’ Esta es la fórmula anunciada por Puigdemont. Vayamos por partes. La pregunta utiliza el tratamiento de ‘vos’ y no de ‘usted’ (dos niveles de tratamiento de respeto en catalán -algo similar al ‘berorika’ frente al ‘zuka’ del euskera-. Nota del Traductor), lo que ha sido celebrada por los mejores lingüistas del país. En segundo lugar, el Estado independiente ‘es la manera más clara y comprensible de concretar la decisión que tome la ciudadanía. Es la terminología más homologable de cara a la comunidad internacional. Finalmente, se ha decidido de añadir este ‘en forma de república’. Es una expresión innecesaria técnicamente, pero que algunos sectores del independentismo han decidido que era beneficiosa políticamente. Cuesta creer que sin continuidad dinástica se pudiera establecer una monarquía en 2017 en Cataluña. Uno de los argumentos a favor de resaltar la cuestión de la república es que favorece la comparación con la monarquía española.

 

La reacción

Se han hecho también muchas especulaciones sobre cuál podía ser la reacción del Estado español ante el anuncio de este viernes. Finalmente, el gobierno español ha optado por un perfil bajo. La vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, no ha salido en la conferencia de prensa posterior al Consejo de Ministros. Ha sido el portavoz habitual, Íñigo Méndez de Vigo, quien se ha ocupado de hablar en nombre del gobierno. Y lo ha hecho para decir que no consideraban que el anuncio de hoy fuera constitutivo de delito porque ‘las expresiones y los pensamientos son libres’. En este artículo (*), Josep Casulleras explica el sentido del tono que hoy ha tomado el gobierno español.

 

Fernández Vara como síntoma

Más allá de la reacción del gobierno, el anuncio de la fecha y de la pregunta ha empezado a hacer efecto entre las filas del españolismo clásico. Un caso sintomático ha sido el del presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, que ha pedido que ante la situación actual España tenga algún gesto ‘con Cataluña. Y ha propuesto que, como mínimo, se reinstaure el estatuto de Cataluña tal como fue votado en 2006 por los ciudadanos. Que alguien del perfil de Fernández Vara haga una propuesta como esta es una prueba del miedo que ha provocado el anuncio de Puigdemont y Junqueras. Cada vez más gobernantes y políticos españoles se dan cuenta de que el referéndum no es ninguna amenaza ni chantaje, como les han hecho creer determinados medios y analistas políticos, sino una decisión serena y firme de una mayoría parlamentaria.

 

Colau

‘Siempre hemos defendido un referéndum con garantías como solución real y democrática para Cataluña. Continuaremos trabajando para hacerlo posible’. Este ha sido el mensaje de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, tras el anuncio de la fecha y la pregunta. No ha quedado claro si Colau daba por buena la fórmula propuesta por el gobierno o si la expresión ‘con garantías’ es una condición que piensa que ahora no se da. Nos quedamos con la segunda parte del mensaje y este compromiso de ‘continuar trabajando’ para hacer posible el referéndum. La actitud de Colau contrastó con el tono de ‘cachondeo’ de Joan Coscubiela y Lluís Rabell.

VILAWEB

 

 

¿Qué esconde el perfil bajo repentino del gobierno español con el referéndum?

Josep Casulleras Nualart

La reacción del Ejecutivo de Rajoy de hoy contrasta con las amenazas y las comparaciones con un golpe de estado hace pocos días

Había una gran expectación por saber cómo reaccionaría el gobierno español en el anuncio de la fecha y la pregunta del referéndum que tenía que hacer este viernes el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont. Se podía esperar una reacción muy contundente, teniendo en cuenta el tono que había ido cogiendo el discurso del ejecutivo de Mariano Rajoy en relación con el proceso de independencia, equiparándolo con un intento de golpe de estado, y afirmando que haría ‘todo lo necesario’ para impedir el referéndum. Pero, sorprendentemente, el gobierno español ha optado por un tono mucho más suavizado y desde un perfil mucho más bajo.

La vicepresidenta española, Soraya Sáenz de Santamaría, no ha hecho ninguna comparecencia de urgencia. Ya la hizo el lunes de la semana pasada, adelantándose a la reunión convocada por Carles Puigdemont en el Palau de la Generalitat con las fuerzas soberanistas. Entonces dijo, con un tono muy duro: ‘Haremos lo que tengamos que hacer. […] Que nadie tenga ninguna duda de que la legalidad será preservada’.

Hoy ha habido la comparecencia habitual de después de la reunión del consejo de ministros, con el ministro portavoz, Íñigo Méndez de Vigo, que ha tenido un tono muy diferente del de Santamaría la semana pasada. Un tono pretendidamente conciliador, repitiendo una y otra vez que estaban dispuestos a dialogar, pero que esto se tenía que hacer en el congreso y que, si se quería hacer un referéndum de autodeterminación, había que cambiar la constitución. Y si hay una mayoría favorable a esta reforma, adelante.

Además, el gobierno español y la fiscalía habrían podido forzar una actuación contra el anuncio de la fecha y la pregunta. De hecho, los servicios jurídicos del Estado y la fiscalía general examinarán el acto de hoy, según ha explicado el ministro de Justicia, Rafael Catalá. Sin embargo, Catalá ha dicho que no parecía que constituye ‘ninguna infracción jurídica susceptible de impugnación en este momento’. Méndez de Vigo, en la misma línea, había dicho que no podían actuar contra un deseo, o contra un pensamiento, y que no sería hasta que se pasara ‘de las palabras a los hechos’ que habría consecuencias. Porque, eso sí, el portavoz del Ejecutivo ha repetido un montón de veces que ‘el referéndum no se hará’. Es decir, que lo impedirán.

El tono, sin embargo, ha sido muy diferente de lo que habíamos visto en Méndez de Vigo mismo, que no hace mucho semanas fue uno de los ministros que salió a calificar de golpe de estado el proceso de independencia. Entonces, los miembros del gobierno iban a la vez que los principales diarios de Madrid en el discurso sobre el ‘golpe de estado’; ahora también. Hoy por la mañana, a primera hora, el editorial de El País, crítico con Puigdemont, tenía un tono más rebajado de lo que habíamos visto otros días. Todos a la vez: hoy que Puigdemont anuncia la fecha y la pregunta, que da el primer paso decisivo hacia el referéndum unilateral, nosotros ofrecemos un perfil dialogante. Es decir, que se vea al presidente y su gobierno como los inmovilistas, quienes tiran por la directa, los que no quieren escuchar… Y nosotros, los que nos esforzamos por el acuerdo hasta el final. Como una especie de reavivamiento ‘post mortem’ de aquella operación diálogo’.

Como el tiempo avanza, los pasos para hacer realidad el referéndum también irán viniendo. Y será entonces cuando el Gobierno volverá a modular el tono, a subirlo. Veremos hasta qué punto. Algunos periodistas, extrañados por el cambio de tono, han pedido a Méndez de Vigo qué pensaba hacer para que sea realidad su afirmación de ‘no habrá referéndum’, y le han recordado sus palabras sobre el golpe de estado. Él se ha mantenido sonriente, y no ha respondido a estas preguntas.