Albano-Dante Fachin, portavoz del ‘no’

Si yo fuera miembro del Govern o uno de los pensadores de la ANC (cosa que, por fortuna colectiva de la tribu, no es el caso) haría todo el posible para iniciar cuanto antes mejor una campaña institucional sobre el referéndum de autodeterminación que incluyera la participación de los votantes del ‘no’ a los consiguientes debates ciudadanos esparcidos por todo el territorio. Si alguien merece ser el portavoz del ‘no’ es Albano-Dante Fachin, el líder de Podem a quien Iglesias, Echenique, Monedero y –muy pronto– incluso el espíritu de Gramsci pedirá que abandone la dirección de aquello que los líderes progres madrileños, siguiendo con su tradición jacobina, ven como una pura sectorial catalana. El pecado de Fachin es el de muchos federalistas de corazón que han querido iniciar los procesos constituyentes de las naciones de Iberia saltándose el centralismo y cometiendo la osadía de hacer votar a los ciudadanos a quien representan.

Entiendo que, desde la perspectiva de Iglesias, Fachin sea el ser más incómodo del mundo, porque ha sido él y solo él quien, sin decirlo, ha puesto de manifiesto que todo el discurso de Podemos sobre la desobediencia política (con respecto a la necesidad de pagar la deuda externa o no financiar públicamente a los bancos quebrados o corruptos) desaparece misteriosamente cuando se habla de Catalunya. Solo Fachin ha hecho que toda cuanta cita sobre Rosa Parks se aplique a movilizar al electorado el próximo 1-O, piense lo que piense: y evidentemente si algo no perdonan los progresistas españoles es que alguien aplique sus ideas pero en la nación equivocada. Iglesias y los suyos quieren hacer la revolución, no hay ningún tipo de duda: pero la quieren hacer en España y, si Catalunya osa iniciarla primero, les saldrá el pequeño Franquito que llevan escondido en la barriguita y empezarán a hablar de cajitas de cartón.

Errejón ya cometió el error de apoyar a aquello que denominaremos referéndum unilateral y ya sabéis cuál fue la dosis de fraternidad con la que sus amigos se lo ventilaron sin piedad. Desde Catalunya, Fachin y los suyos están demostrando una resistencia y unas vísceras que la pedantería de Errejón no pudo ni oler. Alguien puede extrañarse que, en un proceso constituyente como son los instantes previos al 1-O, Iglesias sea mucho más beligerante con su lugarteniente catalán que con Puigdemont o Junqueras: pero si te sorprendes, amigo mío, es que no tienes ni puñetera idea de lo que es España. Fachin está descubriendo, poco a poco, que ya puedes disfrazarte de morado, rojo o azul, que aquí las cosas se hacen desde el kilómetro cero o, en caso contrario, ya te puedes preparar, chato. A Fachin, si sigue como ahora, le espera alguna portada comprometedora de algún diario madrileño. Hacedme caso.

Insisto, amigos de la ANC, yo de vosotros me llevaría a Albano-Dante por todas las plazas del extrarradio a defender el ‘no’ a la independencia. Sería fantástico ver como Parlón, Ballesteros y otros alcaldes socialistas de pro le niegan la plaza pública a la cara más visible de Podem y el portavoz más demócrata del ‘no’. ¿Llamar a la participación desde el progresismo rupturista? ¿Pero Fachin, hijo mío, quién carajo te has pensado que eres? Corred, miembros del Govern: montad debates por todo el país y llevad a Fachin a defender el ‘no’ porque si las cosas continúan así en dos meses en Podem, todavía se repensará el voto y se nos volverá normal, pobre hijito mío. Lo que le espera no tiene nombre.