La demolición de la presa de Igerizarreta en Ituren

Si nadie pone freno, el próximo martes día 12 de septiembre, la correspondiente empresa de demoliciones, comenzará el derribo de Igerizarreta. Sin duda será una gran pérdida patrimonial, para los vecinos de Ituren, Malerreka y para todos los navarros. Apenas le quedan unos días.

Hace aproximadamente dos años se puso en marcha el proyecto Life Irekibai (Life 14 Nat/Es/000186), cuyo objetivo principal es revertir la que se considera la principal problemática de los ríos cantábricos, su fragmentación, que hace disminuir su conectividad. Como resultado, los ecosistemas se ven alterados y las especies más sensibles (mamíferos semiacuáticos y peces) ven reducida o fragmentada su zona de distribución. El proyecto, redactado por la empresa Nostratec Ingeniería y Diseño SL en 2013 contempla distintas actuaciones sobre los ríos Bidasoa y Leitzaran. La coordinación del mismo corre a cargo de la Diputación General de Gipuzkoa contando como socios a URA (Agencia Vasca del Agua), HAZI (Fundación del Gobierno Vasco para el desarrollo del medio rural y marino) y el Gobierno de Navarra a través del Departamento de Desarrollo Rural, Medio Ambiente y Administración Local y de GAN (Gestión Ambiental de Navarra SA) sociedad pública adscrita al mismo. El presupuesto total es de casi tres millones de euros, de los cuales un 60% serían aportaciones de la Comunidad Europea. Desde que se inició el proyecto han sido realizadas ya algunas de las actuaciones previstas como las demoliciones de las pequeñas presas de Endarlatsa y Zalain en Bera.

Y ahora le ha llegado el momento a la acción C-8 de dicho proyecto, titulada literalmente: “Demolición azud en el río Ezkurra de la piscifactoría de Ituren. Permeabilización de Ituren”. Analizaré algunos aspectos derivados de esta actuación. Para empezar la redacción del título contiene un error de bulto, seguramente consciente, que desde el punto de vista subliminal y de transmisión de información es muy importante ya que peyoriza o menosprecia el valor de la estructura a demoler. Se dice que es el azud o presa de la piscifactoría de Ituren, cuando debería decir presa del molino de Ituren. La piscifactoría fue puesta en marcha en los años setenta del pasado siglo, es decir cuenta con tan solo unos cuarenta años de historia, historia además envuelta en oscuras, negativas y confusas actuaciones, incluyendo la implicación de gobiernos anteriores. La presa en cuestión, llamada Igerizarreta, tiene más de tres siglos de historia, ya que desde ella se tomaba el agua para mover el antiguo molino de Ituren. Curiosamente, el edificio de dicho molino está catalogado (ref. 6701) en el Inventario de Patrimonio Arquitectónico del Gobierno de Navarra pero, como suele ser habitual, nada se dice de los anexos a estos valores patrimoniales, sin los cuales el edificio pierde una buena parte de su entidad como tal. Para los habitantes de Ituren el molino, con todas las estructuras que lo forman, incluyendo el canal y el azud, es parte importante de su ancestral historia, así lo debieran valorar y así, sentir el orgullo de su pertenencia. Localidades cercanas, Zubieta o Labaien así lo han entendido y han conseguido revalorizar las importantes muestras de su protoindustria, a veces paralizando actuaciones como la que nos ocupa.

La presa de Igerizarreta, reconstruida en la primera mitad del siglo XVIII, hace casi trescientos años, tiene además un indudable y singular valor arquitectónico, por su peculiar estructura que consta de un gran machón central de piedra de sillería que da consistencia a la propia presa, también de sillería, de algo más de veinte metros de longitud y casi cinco de altura. Sus piedras ancladas con grandes clavos a, la que se adivina, una roca natural en el cauce del río le dan a la estructura una peculiar cimentación, muy distinta a las actuales. Nada tiene que ver con otras muchas presas de los ríos Ezkurra y Bidasoa, que también afectan a la conectividad, que tampoco tienen actividad en la actualidad y en las que no está prevista actuación alguna en el proyecto citado. El lugar, muy cerca del viejo y precioso puente de Latsaga, es idílico y tiene mucho de mágico. Las saltarinas aguas del río aportan el sonido necesario al sombrío y rico verdor de sus orillas. Cada mes de febrero, desde hace siglos, al encanto del lugar se une el sonido de los ioaldunak de Zubieta e Ituren que, precisamente, tienen su punto de encuentro anual junto al puente y la presa. El señalizado camino, entre Latsaga y Aurtiz tiene en este sitio, Argisuar, un hito más para el disfrute de visitantes y orgullo de vecinos.

Con la mejora de la conectividad de los ríos se mejora su ecología primigenia, nadie lo duda. Los ríos, como los bosques, las montañas o los mares, evidentemente sufren y han sufrido durante una buena parte de su historia de la acción del hombre. Todo lo que lleve a que la interrelación del hombre con el medio ambiente mejore, es bueno. Es, sin embargo cuando menos curioso, que en la divulgación del proyecto Irekibai se diga que en 1900 se pescaban en el Bidasoa 3.000 salmones/año, en 1949, 165, en 1982 ninguno y que en 2016 se pescaron 60. A principios del siglo XX la presa de Igerizarreta llevaba más de 150 años construida, en la misma forma y localización que en la actualidad, por lo que intuyo que debe de haber otros factores, y no la presa, que han influido en lo que parece una clara disminución de la presencia de salmones en el Bidasoa. En los años ochenta del pasado siglo se le añadió una estructura anexa como escala de peces, escala muy deteriorada y que en los informes actuales se considera ineficaz. Ecológicamente el rio está más libre sin presas ni azudes, sin vertidos, sin canalizaciones pero también sin pescadores deportivos. Hoy día, tanto la pesca de rio como la caza para nadie es una actividad vital que influya en su subsistencia. Permítaseme que me sigan chirriando los acuerdos entre los departamentos de medio ambiente y las sociedades de caza y pesca, como ha ocurrido en el caso que nos ocupa.

Si nadie pone freno, el próximo martes día 12 de septiembre, la correspondiente empresa de demoliciones, comenzará el derribo de Igerizarreta. Sin duda será una gran pérdida patrimonial, para los vecinos de Ituren, Malerreka y para todos los navarros. Apenas le quedan unos días. Desde aquí, solicito públicamente la paralización, una moratoria y el estudio detallado y profundo por parte de los responsables de patrimonio y medio ambiente de lo que va a significar este derribo. Intentando ser constructivo, hay actuaciones sobre la presa mucho más respetuosas con nuestra historia e incluso menos gravosas económicamente. Quizás, la adecuación de una escala de peces que fuera realmente eficaz, (sé que las hay) o incluso la conservación de gran parte de la presa, con un pequeño derribo parcial que diera salida al rio por uno de sus laterales cumpliría con ambos objetivos, mejorar la conectividad y preservar un elemento patrimonial importante en nuestra historia. Son muchos años y muchas actuaciones que nos la pretenden hacer olvidar y es nuestro deber conocerla y valorarla para poderla transmitir a generaciones venideras.