Nafarroa 2008

Ya estamos en el 2008 y todavía hay mucho trabajo que hacer. Nuestro Estado, Navarra, continúa ocupado por los estados imperiales, español y francés. Sus recursos son infinitos, comparados con los nuestros. Dominan la mayoría de los medios de comunicación; prensa escrita, radio y T.V. Solo desde algunos medios, contados con los dedos de la mano, podemos intentar que nuestra pluma (palabra) sea leída (escuchada).

Algunas veces medios que creemos afines nos apuñalan por la espalda, ya sea no publicando nuestros escritos, redactando crónicas atravesadas, cerrándonos el micrófono o no mostrando las imágenes de nuestra reivindicaciones, tan legítimas como las de otros estados que se encuentran en similar situación, Kosovo, Escocia, Cataluña…

Pero la información está cambiando. La aparición de Internet nos permite difundir nuestra historia, como pueblo, como país y como Estado. Un medio que nos ofrece la posibilidad de dar a conocer acciones y actos reivindicativos y, a su vez, la necesidad imperiosa de recuperar la soberanía para nuestro Estado, Navarra.

Somos un pueblo acostumbrado a luchar, así nos lo recuerda nuestra historia. Infinidad de gentes han cruzado por este país, que nuestro pueblo habita desde la prehistoria. Estas invasiones, más o menos violentas, han pretendido el exterminio del pueblo vasco(n) primero. Al no conseguirlo, han intentado su sometimiento, y luego la asimilación, mediante la desaparición de cualquier recuerdo del Estado propio de Navarra.

En este empeño hemos sufrido los intentos de desaparición de nuestra cultura milenaria, con la negación de nuestra lengua, el euskara o “lingua navarrorum”. Desde esos estados imperiales se menosprecia el tesoro lingüístico, no sólo de los vascos, sino de toda Europa, esta lengua más antigua de este continente, al ser pre-indoeuropea. En contra, su cultura, la cultura del exterminio; que se lo pregunten a los sobrevivientes del genocidio de Centro y Sudamérica.

La necesidad de recuperar la soberanía es absoluta, no solo en materia cultural, sino también económica y política. Cada vez son mayores las cargas económicas que los navarros debemos soportar, ante las imposiciones y tributos de conquista por parte del imperio español, y la despoblación del norte de los Pirineos, obligada por la política centralista y de des-industrialización ejercida por el imperio francés.

Yo este año me he propuesto trabajar por la recuperación de la soberanía para Navarra, pero un poco más que en el año pasado, el 2007, ya que en él, no conseguimos nuestros objetivos. Sé que este propósito no es exclusivamente mío. Cada vez somos más los vasco(ne)s que queremos recuperar el término político de navarros.

Un término político que data desde tiempos de Carlomagno, como podemos encontrar en las crónicas de Eginardo, nueve años antes de la batalla de Orreaga (778). Un término que diferenciaba a los vasco(ne)s controlados por el Emperador franco, de los vasco(ne)s independientes, los navarros.