Dos de los protagonistas de la charla, Angel Rekalde, director de la publicación; y Olaia Aldaz, responsable de edición, se sentaron con DIARIO DE NOTICIAS para apuntar algunas de las claves de este hermanamiento literario entre humor y política.
Según explica Angel Rekalde, han afrontado el jumelage entre humor y política desde la perspectiva de Nabarralde, “es decir, lo que nos hace país, lo que nos hace pueblo. Alguien dirá, ¿y qué tiene que ver esto con el humor? Nosotros trabajamos el tema de la identidad, algo que está muy vinculado al humor en cuanto a forma de ser, de expresarse. Pero, por otro lado, cuando se ríen de ti a través de un estereotipo, también te están adjudicando una identidad. Así, tanto desde un ángulo como desde el otro, es algo que nos afecta”.
Un enfoque que, lógicamente, sirve como premisa inicial pero que, tratándose del humor, plantea multiversos, caras y aristas por doquier. Uno de ellos, comprobado televisivamente y con mucho éxito en los últimos años, es que la política, con humor entra y cala mejor. “Efectivamente. Cuando te hablan directamente de política, la gente lo ve desde su posición de voto, por ejemplo. Pero si te la presentan a través del humor, esas mismas personas rebajan su nivel de prevención y se ve de otra manera, aunque se meta mucha más caña”, apunta Rekalde, apostillado por Olaia Aldaz: “Por una parte tienes el discurso oficial, en el que hay que cuidar las formas, y por otra el discurso humorístico, que no está restringido ni censurado, y la gente acepta lo que transmite sin mayor reserva: porque es humor y es bueno reírse, aunque, en ocasiones, no seamos ni conscientes de los que nos están metiendo”.
Respecto a las utilizaciones del humor, Rekalde, haciendo referencia al artículo de Olaia (Estaban un escocés, un irlandés y un galés…), apunta “que nos servimos del humor para posicionarnos socialmente. Reír es un acto gregario, es una manera de relacionarnos con los demás. Pero hay dos formas de reírse: con alguien y de alguien. Cuando te ríes con alguien, te adhieres, te agregas al grupo y te identificas. Cuando te ríes de alguien, te estás poniendo por encima, y eso tiene toda una carga de significados”.
Haciendo referencia al humor y la política, tampoco podía dejarse de lado el trágico suceso de Charlie Hebdo y, paralelamente, la pregunta de dónde está el límite del humor. “Cuando ese humor se dirige a un ciudadano normal, tiene un límite, pero cuando se toca otro tipo de figuras, se restringe muchísimo más. Sin embargo, cuando te ríes de Mahoma, o de los moros, como ya no son sujetos de derecho, parece que es mucho más leve. Nosotros estamos en contra de lo que le ha pasado a Charlie Hebdo pero su humor, ¡ojo!, es muy duro, muy agresivo y muy afilado, con un carga ideológica muy importante y muy francesa”, explica Rekalde. “En este sentido, aunque el límite está en el código penal, no es muy claro, basta recordar que Charlie Hebdo nace de las cenizas de otra revista, Harakiri, que cerró tras parodiar en una portada la muerte de De Gaulle. Sin embargo, ahora, cuando hacen una parodia de Mahoma, no pasa nada. Por lo tanto, el límite no sería solo el código penal, también estaría en lo que no gusta al Estado. Asisko Urmeneta, al ser preguntado por la situación actual del humor, lo tenía muy claro: ‘Es mucho peor ahora que hace 20 años porque los artistas tenemos que buscar muchos recovecos y utilizar mucho arte para poder sacar algo similar a lo que se publicaba hace dos décadas; porque sacar lo mismo sería inconcebible”, apunta Olaia.
la revista
Firmas. El nuevo número de Haria cuenta con artículos escritos, tanto en euskera como en castellano, por: Uxoa Anduaga, Dani Fano, Angel Rekalde, Asisko Urmeneta, Kike Amonarriz, Adur Larrea, Javier Vizcaíno, Fredi Paia, Fernando Sánchez Aranaz, Tasio, Olaia Aldaz, Eneko Urliaga, Luis María Martínez Garate y Gerardo Luzuriaga.
Noticias de Navarra
