La verdadera unidad nacionalista vasca

El mundo nacionalista en todas sus vertientes se debe unir en un acuerdo de mínimos, y todas nuestras discrepancias, filosóficas, políticas, económicas y sociales, todas respetables, deben ser aparcadas. No se trata de hacer un partido único, donde las diferentes ideas no pinten nada, y la sumisión sea nuestra conducta.

Dentro de la discrepancia, el diálogo. El compromiso de lo que nos une. Algunos dirán que es poco, pero el creer que nuestra nación dividida artificialmente, pueda un día convertirse en un estado soberano, independiente, dentro de Europa, es suficiente

Si somos amantes de nuestra nación vasca, no debemos pelearnos por el nombre: Euskal Herria, Reino de Navarra o Gran Navarra, ni por la bandera: Ikurriña, Arrano Beltza, o la Navarra, ni por el himno: Gora ta Gora, Árbol de Gernika o el de las Cortes de Navarra. No nos perdamos en las anécdotas. Al fin y al cabo somos un pueblo, con una mismo fin, la paz y la convivencia, y con la ilusion de formar un estado soberano independiente dentro de Europa

Nuestro modelo de sociedad no debemos imponerlo a los otros, si fuera así, lo tenemos mal. Si nuestros intereses son de partido y no de patria, no tenemos nada que hacer.

DEIA