Medalla de Oro de Nafarroa a título póstumo para Arturo Campión, Hermilio de Olóriz y Julio Altadill

El Gobierno liderado por Uxue Barkos ha acordado conceder la Medalla de Oro de Nafarroa, a título póstumo, a Arturo Campión, Hermilio de Olóriz y Julio Altadill, «por su aportación a la historia, la cultura y la identidad» del herrialde, además de ser los artífices, a comienzos del siglo XX, del diseño de la actual bandera.

A través de un decreto foral aprobado por el Gobierno en su sesión de este martes, Arturo Campión, Hermilio de Olóriz y Julio Altadill, ideólogos de la resistencia a la Gamazada, recibirán a título póstumo la máxima condecoración de Nafarroa. Estas tres personalidades, que vivieron a caballo de los siglos XIX y XX, destacaron «por su contribución a la historia y la cultura navarras, y los derechos históricos del antiguo Reino de Navarra».

El Ejecutivo subraya que Campión, Olóriz y Altadill «son contemporáneos y tuvieron relación intelectual en distintos foros culturales y de reivindicación y valorización» de la historia de Nafarroa, como la Asociación Euskara o la Comisión de Monumentos Históricos y Artísticos del herrialde.

El Gobierno foral resalta, además, «su labor decisiva a la hora de definir para Navarra un símbolo permanente de su identidad del que carecía hasta entonces: la bandera de Navarra tal y como se conoce hoy». La Diputación Foral les encargó, en su calidad de miembros de la Comisión de Monumentos Históricos y Artísticos de Nafarroa, la confección de la bandera, roja y con el escudo en el centro, y el 15 de julio de 1910 publicó un acuerdo ordenando la primera izada, «en el balcón del salón regio del Palacio» el día 16 de julio, coincidiendo con el aniversario de la Batalla de las Navas de Tolosa.

Abundando en ello, el Ejecutivo destaca que los premiados diseñaron, «sobre la base de su trabajo de recuperación del pasado y del patrimonio histórico y cultural de Navarra, y con respeto a las tradiciones y elementos simbólicos queridos por navarros y navarras de distintas sensibilidades, un símbolo con la que todos y todas pudiéramos sentirnos identificados».

«A pesar de las dificultades históricas que ha vivido la bandera a lo largo del siglo XX, continúa el Gobierno, hoy es un símbolo querido y respetado por la ciudadanía navarra, un símbolo de la pluralidad que caracteriza nuestra tierra y nuestra historia», concluye.

Naiz